Las críticas de Laura Zurita:
La pecera
Noelia, enferma de cáncer, no quiere tratarse y decide buscar vías de escape regresando a su Vieques natal, una isla paradisíaca puertorriqueña en cuyas aguas se esconden toneladas de residuos contaminantes provocados por el ejército norteamericano. La trama personal de esta mujer en busca de que respeten sus decisiones se entreteje con su implicación en un grupo de denuncia política y medioambiental por la situación que vive la isla de su hogar materno.
La pecera está escrita y dirigida por Glorimar Marrero Sánchez, e interpretada por Isel Rodriguez, Modesto Lacen, Magali Carrasquillo, Maximiliano Rivas, Georgina Borri, Anamin Santiago, Carola García y Nancy Millan. La película se estrena en España el 26 de mayo de 2023 de la mano de Sideral Films.
Estupendo debut
El caso en la isla de Vieques es poco conocido, lo que llama mucho la atención porque es un exponente claro de abuso de poder y actitud colonialista con pocos miramientos. En la isla de Vieques, el ejército estadounidense hace ejercicios militares con armas activas, napalm, uranio empobrecido, agente naranja y otras municiones tóxicas, lo que ha ocasionado contaminación del medio, y casos de envenenamiento y muerte de civiles. Las pruebas militares cesaron tras las constantes protestas portorriqueñas, pero el material sigue allí dando lugar a casos como el de Noelia.
Noelia, natura de Vieques, padece una cáncer un estadio muy avanzado: Como suele suceder, es difícil relatar causa y efecto con el cáncer, pero los diálogos con la población nos muestran que los casos de cáncer son muy frecuentes en la su isla natal. Su regreso a su hogar natal es una mezcla de huida, miedo y desafío, ya que quiere apoyar a las organizaciones civiles que tratan de remediar la situación.
La profundidad de la mirada de la directora hace que La pecera sea mucho más que una película de denuncia. A pesar de ser una opera prima, Marrero Sánchez sabe concentrarse en la historia personal de Noelia, consiguiendo así una obra que traspasa las fronteras culturales. En La pecera asistimos al dolor de la protagonista, tanto el tormento físico que la atenaza y al debilitamiento de su cuerpo que combate con una voluntad de hierro. Su enfermedad también la anima a la creación, sabiendo que el tiempo que le queda ser limitado. Noelia es una artista, trabaja y crea, recogiendo la belleza y la intensidad de la naturaleza de su isla y mezclándola con sus temas personales, esas telas con las que trabaja y a veces se convierten en simbólicas mortajas.
Inciso documental que ayuda a profundizar en la ficción
El agua es un tema recurrente en La pecera. Noelia empieza la película soñando con el mar, un mar que vemos repetidamente como una fuente de placer, de armonía, de belleza luminiscente (¡qué hermosa esa escena nocturna, hecha sin efectos especiales, un ejemplo de pura poesía cinematográfica!) pero también de muerte. La directora ha conseguido unas tomas reales de los restos tóxicos enterrados bajo el mar, un inciso documental que no nos deja olvidar que vemos una obra de ficción, pero trata de algo muy real e insoslayable.
Hay algunos problemas de ritmo en La pecera, a veces parece pararse en un momento del tempo, y de repente llega el final. Pero son defectos menores, ya que hay tanta belleza y tanta intensidad en la cinta que esas pequeñas aristas pierden importancia, porque el espectador se siente cautivado y capturado.
La pecera es dura, sincera en cuanto a las realidades del cuerpo (Isel Rodríguez tiene una doble de cuerpo que entrega su realidad de forma generosa y discreta), pero sin estridencias gratuitas. Por eso, y por brindar la oportunidad de una profunda simpatía con Noelia y su familia, conviven en La Pecera el dolor, el duelo y un intenso amor a la vida, aunque sea breve y se nos escape entre los dedos.
La labor de Isel Rodríguez como Noelia es portentosa, con una actuación muy física en la que la vemos tanto relajarse al sol como palidecer de dolor, cargada da todo el tiempo de fuerza y de rebeldía. La actriz brilla en su papel, vivimos y sufrimos con ella, y hace de esta película lo que es.
La pecera es una obra hermosa, dura y sincera, que habla del duelo y del amor a la vida en todos los momentos. Es un visionado personal y rebosante de honestidad, que recomendamos encarecidamente.
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La pecera
