Las críticas de Laura Zurita:
La habitación de las maravillas
La vida de Thelma da un giro trágico cuando un accidente deja en coma a su hijo Louis de 12 años. Decidida a despertarlo por todos los medios, acepta el alocado reto de completar una a una las «10 cosas que hay que hacer antes del fin del mundo» que él había escrito en su diario, para mostrarle todas las cosas maravillosas que ofrece la vida. Este viaje a través de los sueños de su hijo adolescente la llevará mucho más lejos de lo que nunca había imaginado, llegando a reavivar sus propias ganas de vivir.
La habitación de las maravillas está dirigida por Lisa Azuelos e interpretada por Alexandra Lamy, Muriel Robin, Hugo Questel, Xavier Lacaille, Martine Schambacher, Camira Amourache, Eye Haidara, Rafi Pitts y Edwyn Burger. La película se estrena el 21 de abril de 2023 de la mano de Notorious Pictures.
Pensamiento mágico
Pensamiento mágicoLa habitación de las maravillas está basada en la novela homónima de Julien Sandrel. En ella, Thelma es una madre con una vida muy normal. Cría sola a su hijo, tiene un trabajo a tiempo completo no demasiado bien pagado, quiere avanzar en la empresa y aprender inglés, y está agotada. Louis, su hijo, acaba de entrar en la adolescencia, ambos se quieren y se llevan bien, pero también hay momentos de conflicto entre ambos. En un momento fatídico, Louis tiene un terrible accidente
Cuando Louis ha estado en coma durante meses, Thelma empieza a desesperar. Llena de impotencia, ve que su hijo puede marcharse sin que ella pueda hacer nada, y, al encontrar un cuaderno de su hijo, encuentra consuelo al recurrir al pensamiento mágico. Sin muchas razones para ello, empieza a pensar que, cumpliendo los deseos de su hijo, puede ayudar a despertarlo y curarlo.
La idea es original y da lugar a distintos episodios. En algunos de ellos, Thelma tiene que replantearse sus decisiones, como la de no incluir al padre de Louis en las vidas de ambos. En otros, Thelma se entrega a experiencias que nunca se había planteado, como los bellos momentos en los que bucea en un mar muy azul.
Cierto es que en algunos momentos se fuerza bastante la credulidad del espectador, como creer que realmente la madre se puede comportar como lo hace por las calles de Tokio, o el resultado final de ese periplo. Pero teniendo en cuenta que el final queda muy abierto, y no sabemos a ciencia cierta cuánto de lo que vemos es realidad y cuánto ilusión, podemos ver La habitación de las maravillas en clave de fábula. Lo que vemos pueden ser, o no, imaginaciones de una madre intentando recuperar la alegría de vivir, de la que parece no le quedaba mucha. Thelma parece suponer que solo disfrutando de la vida y rompiendo la cotidianeidad puede devolvérsela a su hijo.
Los mejores momentos de La habitación de las maravillas son probablemente aquellos en los que Thelma se relaciona con unos amigos de su hijo que ella no sabía ni que existieran, que le abren los ojos a todo un mundo de experiencias y posibilidades.
Optimista y olvidable
Optimista y olvidableEl resultado es una película optimista y grata, aunque poco memorable. La dirección es correcta, pero plana, y el final se siente algo forzado, como un ejercicio en el que se intenta reconciliar el cine realista con algún toque social con el intento de abrir la historia a un final feliz.
La película se salva por la excelente interpretación de Alexandra Lamy que da vida Thelma con contención y sensibilidad, una mujer sobrepasada y frágil, pero que se va abriendo poco a poco a la posibilidad de ser feliz. Tiene una notable química con Odette, su madre (Muriel Robin), un tanto escéptica, pero sólida como una roca. Odette es la voz de la razón, y, sin embargo, apoya a su hija, la crea o no.
La habitación de las maravillas es una obra optimista, ligera y grata, que nos cuenta una historia entre la realidad y la ilusión, de una madre que recupera su vida para salvar a su hijo.
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La habitación de las maravillas
