sábado, abril 27, 2024

Crítica de ‘Cowboy de Copenhague’: La nueva mesías y los cerdos salvajes

Las críticas de Daniel Farriol:
Cowboy de Copenhague

Cowboy de Copenhague (Copenhagen Cowboy) es un thriller dramático danés realizado en formato de miniserie que ha sido creada por Nicolas Winding Refn (The Neon Demon, Solo Dios perdona) y Sara Isabella Jønsson Vedde (Miss Osaka, Ustyrlig). El primero dirige todos los episodios y ambos colaboran en los guiones junto a Johanne Algren (Holiday, Kamikaze) y Mona Masri (Dinero fácil, Amina). La historia nos sitúa en el inframundo criminal de la ciudad de Copenhague que está dominada por proxenetas, traficantes de armas y asesinos, y donde una mujer con misteriosos poderes sobrenaturales se convierte en un amuleto de la suerte humano hasta que decide vengarse de quienes le han hecho daño.

Está protagonizada por Angela Bundalovic (Blood Sisters, København findes ikke), Zlatko Buric (El triángulo de la tristeza, Comic Sans), Fleur Frilund, Dragana Milutinovic, Mikael Bertelsen, Andreas Lykke Jørgensen, Li Ii Zhang y Jason Hendil-Forssell. La serie se ha estrenado en Netflix el día 5 de Enero de 2023.

De vuelta a los orígenes para mantener una marca creativa propia

El esteta cineasta danés Nicolas Winding Refn ha vuelto a la acción tras varios años de parón y lo hace resaltando sus iniciales NWR como marca creativa propia que le sirve para refrendar un estilo visual único que ya caracteriza todo su cine. Cowboy de Copenhague es una serie extraña y alucinógena, tan fascinante como desesperante, que rompe moldes en la concepción actual de la ficción para televisión y que veremos si logra sobrevivir a la jungla de las cancelaciones de las plataformas (el director tiene previstas dos temporadas más).

La nueva propuesta es, en realidad, una vuelta a sus orígenes, a la trilogía Pusher iniciada en 1996, pero regocijándose en la depuración estilística que ha ido experimentando su cine con el paso del tiempo y que le ha llevado a ganarse la (mala) fama de pedante con ínfulas de pretenciosidad creativa. La serie nos traslada hasta los bajos fondos de Copenhague, un lugar sórdido y violento habitado por proxenetas, mafiosos y asesinos, pero donde también aparecen otro tipo de seres que irán desvelando en la trama una vertiente de carácter sobrenatural. Entre tanta gente de la peor calaña emerge como protagonista la enigmática figura de Miu (Angela Bundalovic), una joven flacucha y silente que es «comprada» por la mujer que regenta un prostíbulo clandestino a sabiendas de que la chica tiene ciertos poderes que la convierten en una especie de amuleto humano para atraer a la buena suerte.

De ese modo, NWR integra dentro de la dinámica argumental de un thriller criminal común la querencia de lo místico y abstracto que le permite jugar con las texturas, el ritmo y una sugestiva experimentación visual. El cineasta se encuentra cómodo en las antípodas del cine comercial, así que es buen momento para recordar cuando un iluminado de los grandes estudios le ofreció que se encargara de la secuela de Wonder Woman, pues bien, si aquello hubiera llegado a buen término se hubiera parecido bastante a esta serie donde la pequeña Miu irá mostrando, poco a poco, cuáles son sus armas de superheroína.

Lo humano y lo sobrenatural

Cowboy de Copenhague es un compendio de melodrama, sexualidad y horror. Las obsesiones habituales del director siguen presentes en un estilo artificioso que coreografía la violencia y nos hipnotiza mediante luces de neón que parpadean como en un mal viaje de LSD. La sublimación del poder de la imagen que tiene el cine de NWR está influenciada por corrientes cinematográficas tan diversas como el giallo italiano, la contracultura vanguardista neoyorkina de los años 70 o el cine japonés sobre la yakuza de los 60, es decir, nos obliga a acompañarle durante un viaje tan lisérgico como errático que aglutina referencias al terror expresionista de colores primarios creado por Mario Bava o Dario Argento, el proto-glam decadente de la Silver Factory realizado por el tándem Andy Warhol-Paul Morrisey, o la fantasía surrealista que envolvía el cine de Seijun Suzuki y una obra cumbre como El más allá (1964) de Masaki Kobayashi.

La experiencia es arrolladora, pero muchas veces también frustrante e irritante. Tanto la presentación de personajes como la evolución de la trama resulta demasiado confusa en los primeros capítulos y cuesta entender por donde van los tiros hasta que más adelante decide poner las cartas bocarriba. En realidad, todo es más sencillo de lo que aparenta y acaba reduciéndose a una historia sobre la eterna lucha entre el bien y el mal, entre las fuerzas malignas que gobiernan la tierra y aquellos seres de luz que intentan poner cordura a un submundo sometido por la perversión y la crueldad. Miu se enfrentará a gángsters, proxenetas y, también, a Nicklas (Andreas Lykke Jørgensen), un psicópata asesino obsesionado con matar a las prostitutas.

La protagonista tardará demasiado en mostrar sus armas al espectador resultando desesperantes su inacción y silencio del principio, es alguien que podemos emparentar tanto al hierático conductor de Drive (2011) como a la buscadora emocional de Under the Skin (Jonathan Glazer, 2013). Pero más allá de lo humano, también se librará una batalla que implica la presencia de lo sobrenatural con referencias al vampirismo, la brujería e, incluso, a los alienígenas. Veremos en qué acaba todo este mejunje que solo acaba de comenzar.

L

La abrumadora puesta en escena de Cowboy de Copenhague se caracteriza por unos suaves paneos donde la cámara participa de la acción con movimientos laterales que juegan con el fuera de campo y que a veces llegan a ser movimientos circulares que cubren los 360º de la escena. Hay momentos en que NWR parece querer ponerse el disfraz de David Lynch, por ejemplo, cuando recurre a apariciones oníricas o mediante esa subtrama de una mujer sometida a los designios de un mafioso que retiene a su hija como ya sucedía en Terciopelo Azul (1986), filme con el que comparte mirada hacia un mundo subterráneo que oculta la verdadera naturaleza humana.

Ambos cineastas otorgan una especial importancia a la sonoridad que acompaña a sus imágenes y NWR nos deleita con una banda sonora techno-trance con temazos de Cliff Martinez, Peter Peter y Julian Winding que transforman en psicodelia desenfrenada momentos de quietud escénica o de diálogos alargados hasta el hastío, aunque hay que reconocer que el peculiar estilo narrativo del director también le lleva muchas veces a acercarse peligrosamente a la belleza ornamental de un videoclip o a una parodia sarcástica de su yo onanista como sucede en el absurdo diálogo que versa alrededor de un pene.

Cowboy de Copenhague es la representación espiritual de la frontera entre el cielo y el infierno, un limbo donde cohabitan ángeles, demonios y cerdos (que se pegan auténticos festines de carne humana al igual que hicieron con Mason Verger en «Hannibal» de Thomas Harris). No es una serie fácil ni complaciente, ni tampoco está enfocada hacia un público generalista que pretenda ver una historia criminal al uso, sin embargo, los defensores del cineasta y los buscadores de artefactos estimulantes sí que encontrarán la satisfacción plena con la nueva propuesta del narcotizante perfumista Nicolas Winding Refn, alias NWR, cuyas iniciales sirven ya para etiquetar la esencia de su cine en un imaginario frasco cinéfilo al igual que hacía Warhol con sus litografías en la Factory.

Listado de episodios de ‘Cowboy de Copenhague’

La primera temporada de la serie danesa Cowboy de Copenhague (Copenhagen Cowboy) está compuesta por 6 episodios de entre 47 y 56 minutos cada uno.

Episodio 1 – La misteriosa Miu

La llegada de Miu al hogar de una familia de Europa del Este la sumerge en un oscuro inframundo de Copenhague que explota a los inmigrantes sin papeles.

Episodio 2 – Mi nombre es venganza

Rosella, que duda de los poderes de Miu, se deshace de ella. Luego, en la calle, las habilidades de Miu entran en escena cuando ve a una mujer a punto de dar a luz.

Episodio 3 – El Dragon Palace

Miu acompaña a madre Hulda hasta la propiedad de una familia rica, en donde tiene una visión inquietante sobre alguien de su pasado.

Episodio 4 – Saludos cordiales de Mr. Chiang

A su regreso para tratar de ayudar al Sr. Chiang con sus migrañas, Miu hace un trato peligroso que la obliga a ponerse en contacto con un viejo socio.

Episodio 5 – Copenhague

Una brutal guerra de bandas podría suponer una oportunidad para Miu. Tras sufrir graves lesiones, Nicklas invoca un arma secreta para llevar a cabo su venganza.

Episodio 6 – Será el fin del mundo

Mientras Miu descubre la verdad sobre la historia de madre Hulda, una presencia amenazante se prepara para destruir todo aquello por lo que tanto ha luchado.


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Cowboy de Copenhague

7.8

Puntuación

7.8/10

3 COMENTARIOS

  1. Una mezcla de David Lynch, Kill Bill, Hannibal, Matrix y alguna de vampiros… todo mezclado para hacer una de las basuras más grandes que haya visto. Actuaciones inexpresivas, música todo el tiempo, apariciones que causen sobresaltos, luces de neón (como si fueran la gran novedad) enormes espacios vacíos (no vive nadie en Copenhague?). Nada se explica, nada tiene sentido (qué pasa con los albaneses de los primeros capítulos?) todo sucede porque sí, porque se le ocurre al director, a sus caprichos y su ego (consiguió que al principio de cada capítulo pongan Netflix con su tipografía manuscrita -vaya logro!-). No se podía privar de aparecer en pantalla con su cara de nada y sus lentes de grueso marco. Qué misterio que toda la «intelligentzia» esté rendida ante esta mamarracho cinematográfico solo superada por su anterior engendro «Too old to die young», otra porquería que se hunde en lo más bajo del ser humano. A estas bazofias el tiempo las pone en su lugar, al igual que sucede con los clásicos pero en sentido inverso.

  2. Yo acabo de verla, me falta el último capítulo. La recomiendo para cinéfilos que nunca verán El señor de los anillos ni Guerra de tronos ni las sombras de Grey ( que es una mala adaptación de La Secretaria ( recomendada en Netflix)) Me recuerda mucho a David Lynch. No creo que hay que despreciar un trabajo diferente… Para mi es puro arte. Si queremos ver Avatar o Titanic y esperar un final explicado y feliz… Adelante disfruta…. A mí eso me aburre.
    Voy a ver el último capítulo y volver a ver la serie de nuevo fijándome en cada detalle, ya que en este tipo de obras maestras nada es gratuito, desde el color de la cortina hasta el mueble del fondo…. También recomiendo Dark y 1899

    • Puede gustar o no, pero al menos propone algo diferente y eso hay que agradecerlo. Hay mucho de Lynch en la serie, sí. Un saludo y gracias por leernos!

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