Las críticas de Daniel Farriol:
Corten! (Coupez!)
Corten! (Coupez!) es una comedia francesa escrita y dirigida por Michel Hazanavicius (The Artist, Mal genio), adaptando el guion original de la película japonesa One Cut of the Dead (Shinichirô Ueda, 2017) y de la obra teatral «Ghost in the Box!» escrita por Ryoichi Wada. La historia nos presenta a un grupo de amigos que se dispone a realizar una película de zombis en un edificio abandonado. Entre técnicos y actores desganados, parece que solo el director está dispuesto a invertir la energía necesaria para terminar su película de terror de bajo presupuesto. Pero la inesperada irrupción de auténticos muertos vivientes perturbará el rodaje original…
Está protagonizada por Romain Duris (Eiffel, La bruma), Bérénice Bejo (La contadora de películas, El hombre del sótano), Grégory Gadebois (El despertar de María, Delicioso), Matilda Anna Ingrid Lutz (La clásica historia de terror, Zona 414), Finnegan Oldfield (Por siempre jamás, Nocturama), Luàna Bajrami, Sébastien Chassagne y Lyès Salem. La película se presentó en España dentro de la programación del Festival de Sitges 2022. Se ha estrenado en salas comerciales de la mano de Vértigo Films el día 4 de Noviembre de 2022.
Un remake innecesario
Me temo que la única manera de disfrutar de la película francesa Corten! (Coupez!) es no haber visto la original japonesa para dejarse sorprender por su curioso argumento. Ni siquiera me hizo reír en un marco incomparable como es el Auditori del Hotel Melià en pleno Festival de Sitges con una sala plagada de espectadores predispuestos al cachondeo (alguno de ellos llevando aún el maquillaje de la Zombi Walk). Michel Hazanavicius, director de aquel ejemplar homenaje al cine que fue The Artist (2011), acaba decepcionando con este innecesario remake de la japonesa One Cut of The Dead (Shinichirô Ueda, 2017), un divertido ejercicio metalingüistico sobre la necesidad de hacer cine por encima de todos los inconvenientes y vicisitudes que surjan por el camino.
Para los que no hayan visto la película original o aún no sepan de qué va, sin desvelar todo lo que sucede, diremos que se trata de una historia de cine dentro del cine en la que asistiremos al rodaje de una película de bajo presupuesto sobre zombis cuyos miembros del equipo de rodaje son, a su vez, atacados por zombis. Es un filme que debe rodarse en plano secuencia y que va a emitirse en directo por televisión, por lo que no hay margen de error y se debe seguir rodando pase lo que pase. La idea se convierte en un juego de espejos gamberro y cinéfilo que busca la complicidad del público a través de diálogos humorísticos, algunas dosis de escatología y gags visuales deudores del slapstick clásico que cobran su verdadero sentido durante la segunda mitad del filme.
Es necesaria cierta paciencia para entender los entresijos de la película, no porque sea dificultosa de seguir, sino por que se potencia lo cutre y lo absurdo hasta bordear el ridículo con el estímulo de que posteriormente todo cobrará una dimensión diferente. Por desgracia, los zombis franceses carecen del alma que tenían los zombis japoneses. Se nota el respecto y la fidelidad con la que se trata el material original, pero esa misma necesidad de no pervertir algo que funcionaba tan bien en su sencillez, acaba dejando sin personalidad a este remake donde todo parece impostado.
Otro homenaje al cine de Hazanavicius
El gran problema de este remake realizado por Michel Hazanavicius es que no aporta absolutamente ni una sola idea nueva a la película de Shinichirô Ueda que, a su vez, ya había sido acusada de plagiar la obra teatral «Ghost in the Box!» escrita por Ryoichi Wada. Así pues, estamos ante una copia de una copia que acaba difuminando todo aquello que la hacía especial. Y es que Corten! (Coupez!) es un calco, escena por escena, de One Cut of the Dead, con alguna pequeña salvedad para adaptar la idiosincrasia nipona al humor francés, pero son momentos servidos con cuentagotas y que no logran mejorar los chistes que ya conocíamos.
Lo mejor que tiene la película es mantener el amor por el cine que había en la original. Y no me refiero hacia los nombres ilustres ni las luces de neón hollywoodienses. Es cine entendido como pasión por crear, más allá de presupuestos, talento o modas. El cine independiente o incluso amateur que se realiza entre amigos con una cámara de vídeo prestada o un iPhone comprado en una tienda de segunda mano. Y es que el cine son Hitchcock, Bergman, Ford o Kubrick, pero también Ed Wood, Uwe Boll o Tommy Wiseau. Lo verdaderamente mágico que alberga el cine es la ilusión que une a varias personas en un proyecto común. Esa visión casi naif de hacer cine en comunidad es la verdadera esencia para entender porque nos apasiona tanto ver/contar historias a través de las imágenes en movimiento.
En ese sentido, resulta bastante coherente ver la trayectoria que ha tenido Hazanavicius entre The Artist y Corten! (Coupez!), dos películas que hablan de lo mismo desde perspectivas casi antagónicas. Si en la primera jugaba a la perfección con la memoria colectiva en su mirada a Cantando bajo la lluvia (Stanley Donen y Gene Kelly, 1952), en esta adaptación de One Cut of The Dead la memoria nos juega una mala pasada, los personajes aquí son menos entrañables y las situaciones no despiertan la misma identificación en el espectador. De hecho, yo mismo me divertí más durante la presentación que hicieron antes de la proyección en el Auditori el propio Hazanavicius junto a Bérénice Bejo (una de las protagonistas) convertida en improvisada y simpatiquísima traductora, que con la propia película.
¿Qué te ha parecido la película?
Corten
