viernes, marzo 29, 2024

Crítica de ‘Barbarian’: Los riesgos de utilizar Airbnb en Detroit

Las críticas de Daniel Farriol:
Barbarian

Barbarian es un filme estadounidense de terror que está escrito y dirigido por Zach Cregger (The Whitest Kids U’Know, The Civil War on Drugs). La historia nos muestra a una joven que viaja a Detroit para una entrevista de trabajo y alquila una casa para pernoctar allí. Cuando llega a altas horas de la noche, descubre que la casa está doblemente reservada y que un hombre extraño ya se hospeda allí. Está protagonizada por Georgina Campbell (Todos me odian, Wildcat), Bill Skarsgård (The Nosferatu, El diablo a todas horas), Justin Long (Tusk, Giri/Haji: Deber/Deshonor), Matthew Patrick Davis, Richard Brake, Kurt Braunohler, Jaymes Butler y Sophie Sörensen. La película tuvo su estreno en España en una sesión sorpresa dentro de la programación del Festival de Sitges 2022. No ha pasado por salas comerciales y ha llegado a Disney+ el día 26 de Octubre de 2022.

Podría ser el inicio de una historia de amor, pero no

Barbarian se ha convertido en la nueva película-sensación en el cine de género (aparece aproximadamente una cada mes bajo la coletilla de «mejor película de terror del año») que ha llegado a nuestro país tras su exitoso paso por las salas comerciales de los Estados Unidos donde obtuvo el primer puesto en la taquilla y unos beneficios económicos sorprendentes. La ópera prima de Zach Cregger es una incursión estimable, aunque limitada, en el terror de raíces ochenteras con Sam Raimi y Wes Craven en la mochila, que va estructurándose mediante saltos genéricos algo bruscos por los que también desfilan influencias visuales de Neil Marshall o la crítica social de Jordan Peele.

El filme comienza de manera inteligente y precisa cuando vemos a Tess (estupenda Georgina Campbell) llegar una noche de tormenta hasta una casa que ha alquilado por Airbnb. Se encuentra situada en el número 476 Barbary St. del barrio Brightmoor de Detroit, un lugar poco aconsejable para hospedarse. Las llaves no están en el buzón y descubre que ya hay un hombre dentro de la casa, Keith (Bill Skarsgård), que asegura haber alquilado esa misma casa a través de otra página web. Ante la imposibilidad de alojarse en otro sitio a esas horas tan intempestivas, la chica accede con vacilación a la sugerencia que le hace el desconocido de compartir la estancia esa noche.

Es una premisa interesante que bien podría funcionar tanto para una película de terror como para una comedia romántica, por lo que se convierte en un arranque tan divertido como perverso para una historia que luego irá mudando de piel varias veces de forma imprevisible.

Buena elección de las localizaciones

Para ese inicio, Zach Cregger se inspiró en el libro de autoayuda «The Gift of Fear: And Other Survival Signals That Protect Us from Violence» escrito por Gavin de Becker donde, entre otras cosas, se teoriza acerca del aprendizaje de las mujeres a confiar en su instinto para confrontar a hombres peligrosos. Durante los primeros 45 minutos de Barbarian la trama se desenvuelve por ese camino, siempre bajo el punto de vista de la mujer, adentrándonos como espectadores junto a ella en un territorio de sospechas y miedos cotidianos (¿quién es ese hombre?, ¿puede confiar en beberse el te que le ofrece?, ¿debe cerrar la puerta del dormitorio con llave?). Toda esta parte está muy bien realizada por el director que aprovecha para ir introduciendo elementos de contexto ambiental para lo que vendrá después.

Lo mejor de todo son las localizaciones y la atmósfera malsana que se deriva de ellas. La casa de apariencia tranquila se vuelve aterradora cuando los huéspedes van descubriendo nuevas dependencias ocultas que conducen a un sótano laberíntico donde el terror cotidiano, hasta entonces abstracto, se tornará en algo más físico y casi sobrenatural. La casa de los horrores está situada en un barrio espeluznante, despoblado y repleto de casas ruinosas, nadie en su sano juicio alquilaría una casa allí. Pero, ¿qué sería del cine de terror si sus protagonistas solo hicieran cosas lógicas?

Brightmoor se convierte en un enclave ideal para la película. Se trata de un barrio real de Detroit que fue construido para albergar viviendas sociales que acogían a los inmigrantes y que, con el paso del tiempo, acabó convertido en una especie de gueto rodeado de basura por el que campan a sus anchas las drogas y la violencia callejera. Eso motivó la huida de muchos vecinos de una ciudad que, ya de por sí y tras la quiebra económica, se había convertido en un paisaje casi apocalíptico. El director acierta con la ambientación, pero flaquea en un guion menos original de lo que promete.

De más a menos

Tras esos excelentes 45 minutos iniciales, Barbarian da un giro brusco con la introducción de un nuevo personaje, AJ (Justin Long), un cineasta que es acusado de violación por una actriz y que es el propietario de la casa donde se alojan Tess y Keith. La película se vuelve menos sutil buscando el impacto sensorial a través de decisiones efectistas como el cambio de formato de pantalla durante un flashback explicativo, la utilización del «Be My Baby» de The Ronettes o la violencia explícita en una parte final que abusa de los lugares comunes del género (con notables agujeros de guion). A eso se añade la presencia de un ser híbrido entre la Niña de Medeiros de [•REC] (Jaume Balagueró y Paco Plaza, 2007) y Mamá (Andrés Muschietti, 2013), saliéndole al bueno de Javier Botet un rival en Matthew Patrick Davis, aunque cansa este tipo de «monstruitos» clonados.

La verdad es que Barbarian es mucho más terrorífica en la incertidumbre que en la evidencia, por ejemplo, son mejores las secuencias del sótano mientras nos encontramos rodeados por una oscuridad infinita que cuando el terror se vuelve una amenaza corpórea y bárbara. En ese sentido, la aparición de otro personaje, Frank (Richard Brake), no puede estar más desaprovechada teniendo la importancia que tiene en la trama. De hecho, casi todas las decisiones de guion que se toman a partir del primer gran giro argumental solo sirven para acentuar (innecesariamente) una carga ideológica que ya adivinamos en los miedos femeninos que asaltan a la protagonista al llegar a la casa ocupada.

Así pues, Zach Cregger firma un debut prometedor, que va de más a menos, donde demuestra su capacidad para manejar la puesta en escena y crear inquietud en los espacios cerrados con los mínimos elementos necesarios. Lamentablemente, no es la película de terror del año que nos habían prometido, pero sí una bastante entretenida.


¿Qué te ha parecido la película?

Barbarian

6.8

Puntuación

6.8/10

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