LA PIEDAD
Dirigida por: Eduardo Casanova
Intérpretes: Ángela Molina, Manuel Llunell, Ana Polvorosa
País: España-Argentina
Oficial Fantàstic Competición
Sinopsis: Lili y Mateo son madre e hijo. Su relación es de una profunda dependencia. Viven acomodados en su asfixiante realidad hasta que a uno de ellos le diagnostican una enfermedad mortal. La mera idea de la separación provoca la aparición de su lado más tóxico y oscuro.
Nuestra opinión: Tras la impactante Pieles (2017) el director español Eduardo Casanova profundiza con La piedad en su peculiar y perturbador universo rosado. Es una propuesta radical y controvertida, no apta para todos los públicos, que retrata la enfermiza dependencia materno-filial que en la película se equipara a una dictadura política como la existente en Corea del Norte (¡sic!). Dicha analogía resulta una decisión de guion ridícula e innecesaria que propone una trama paralela sin ninguna consistencia ni mayor intención que la provocación gratuita (igual que el discurso del director en la rueda de prensa posterior donde hizo referencia despectiva a los votantes de VOX). Tampoco me gusta la banalización que hace en su película sobre el cáncer, entiendo que sirve para determinar la capacidad de manipulación que tiene la madre interpretada por Ángela Molina hacia su hijo encarnado por Manuel Llunell, pero no encuentro que haya el equilibro necesario entre drama y comedia.
La piedad es una película extraña que fascina por su puesta en escena. El rosa es un color asociado en nuestro subconsciente a la inocencia infantil que aquí se utiliza para engendrar la perversa oscuridad inherente a la condición humana. Casanova consigue imágenes de gran impacto visual que entrelaza con otras más (presuntamente) transgresoras como el plano explícito de una vagina orinando sobre el espectador. Alguien debería decirle al director que no estamos en los años 70 y que cineastas como John Waters ya hacían cosas así hace 50 años. Cuando lo único que se busca es la provocación «per se» lo que se consigue es un distanciamiento personal hacia la obra que se está viendo.
De todas formas, está claro que La piedad es un filme que arriesga, algo muy positivo dentro del acomodado cine actual, y que tiene una particularidad única en su tratamiento escénico que la diferencia de cualquier cosa que hayamos visto antes. Solo por eso ya merece la pena ser vista más allá de la tendencia grandilocuente que posiciona al cineasta por encima de sus imágenes que hacen desviar sin rumbo aparente el discurso que pretende transmitir con ellas. En definitiva, es una película que recabará opiniones extremas debido al delicado contenido que alberga y donde la forma acaba estando por encima del fondo. Se podría decir que sube un peldaño respecto a su anterior obra en cuanto a lo visual, pero que baja otros dos peldaños en su «moderna» concepción ideológica acaba siendo tan naif como el rosa que inunda la pantalla.
LA NIÑA DE LA COMUNIÓN
Dirigida por: Víctor García
Intérpretes: Carla Campra, Aina Quiñones, Marc Soler
País: España
Oficial Fantàstic – Fuera de Competición
Sinopsis: España, finales de los años ochenta. Sara, tras mudarse a un pequeño pueblo de la provincia de Tarragona, trata de encajar con los demás adolescentes del lugar. A Sara le gustaría parecerse a Rebe, su extrovertida mejor amiga. Una noche salen a una discoteca y, de camino a casa, se encuentran con una niña con una muñeca en la mano, vestida de primera comunión. Y es entonces cuando comienza la pesadilla.
Nuestra opinión: Reconozco que tenía nulas expectativas respecto a La niña de la comunión, pero tras verla tengo que reconocer que se trata de una película tremendamente honesta en su acercamiento al género, algo que cada vez cuesta más encontrar incluso en festivales de cine enfocados hacia el terror y el fantástico como este Sitges 2022. Víctor García demuestra su amor por el terror palomitero de toda la vida, mirándose sin complejos en el espejo de Hollywood y el warrenverso, para construir un relato que entretiene a la audiencia utilizando todos los tópicos imaginables del terror (una muñeca maldita, una maldición junto a la iconografía religiosa, escena en la ducha, protagonistas adolescentes, una niña-fantasma, el pozo…).
Lo que en otras películas parecidas supone un lastre aquí se convierte en un gozoso viaje por aquellas películas de miedo que nos hicieron temblar de jóvenes, transportándonos a una época donde no era necesario pedir perdón por hacer terror puro sin cortapisas que te obligasen a incluir una crítica social en el desarrollo de la trama. Aquí solo se trata de una maldición relacionada con la desaparición de una niña en el día de su comunión y una muñeca malrollera que busca competir con Annabelle. El filme tiene buen ritmo y funciona gracias a una acertada ambientación ochentera que se complementa con una banda sonora de puro revival verbenero donde se incluye desde la mítica «Lobo Hombre en París» de La Unión hasta el himno de la ruta bacaladera «Así me gusta a mí (Esta sí… Esta no)» de Chimo Bayo.
La niña de la comunión no inventa nada nuevo ni lo pretende, tan solo quiere hacer pasar un buen rato a los nostálgicos que busquen una película bien hecha que repita los códigos habituales del género alejándose todo lo posible de las pretensiones del terror elevado.
VIEJOS (THE ELDERLY)
Dirigida por: Raúl Cerezo, Fernando González Gómez
Intérpretes: Zorion Eguileor, Gustavo Salmerón, Paula Gallego, Irene Anula
País: España
Oficial Fantàstic Competición
Sinopsis: Tras la terrible muerte de su anciana mujer, Manuel se muda a la casa de su hijo Mario y de la familia de éste. Es el verano más caluroso de la historia, y Lena, la mujer de Mario, quiere echar a Manuel a toda costa: está segura de que algo espantoso puede ocurrir.
Nuestra opinión: Viejos me ha decepcionado y eso que tenía muchas esperanzas depositadas en la nueva película del dueto formado por Raúl Cerezo y Fernando González Gómez tras su sorprendente debut con La pasajera (2021). Esta nueva incursión en el subgénero ya conocido como «terror geriátrico» plantea una situación insólita donde las personas de la tercera edad se convierten en asesinos despiadados al tiempo que la temperatura ambiental alcanza récords históricos en todo el país.
Es un juego perverso que invierte lo que hizo Chicho Ibáñez Serrador con ¿Quién puede matar a un niño? (1976) donde eran unos infantes presuntamente tiernos los que se convertían en malvados psicópatas que perseguían a los protagonistas. La idea sobre el papel me parece fantástica, sin embargo, se infrautiliza en exceso hasta que llegamos a un gamberro tramo final que bebe directamente de la ciencia-ficción de Serie B que se hacía en los años 50-60. Lo que quiero decir es que nadie se espere a unos viejos enloquecidos matando a diestro y siniestro toda la película como sucedía en Mamá y Papá (Brian Taylor, 2017), película en que todos los progenitores decidían matar a sus hijos.
Hasta llegar al desatado final, los directores prefieren apostar por un relato que se construye con lentitud, mucho más cercano al suspense hitchcockiano (con referencias visuales claras) que al terror, o en su defecto, si se prefiere, al discípulo aventajado que tiene el maestro en el siempre enigmático Shyamalan. El problema es que la trama familiar es endeble y no se profundiza suficiente en los personajes protagonistas para que nos preocupemos verdaderamente por ellos. Además, algunas interpretaciones del elenco secundario están por debajo de lo exigible, y el humor gamberro de sus autores está aquí menos elaborado aunque vuelvan a apostar por una deconstrucción cañí de sus referentes en el género. Hay algunos logros destacables en la puesta en escena, ya que los directores no se conforman con una narrativa lineal y experimentan con la profundidad de campo o planos con dioptrías de enfoque dividido a lo De Palma, aunque algunas decisiones creativas les funcionan regular dentro del contexto de la película.
Viejos acaba siendo una entretenida comedia de terror a la que, tal vez, le cuesta arrancar un poco y donde podremos volver a ver a la estrella de El hoyo (Galder Gaztelu-Urrutia, 2019), el gran Zorion Eguileor (obvio), junto a la joven Paula Gallego que acaba siendo lo mejor de la función. La vejez sigue siendo un tema recurrente en el cine de género actual tras películas como Relic (Natalie Erika James, 2021) o La abuela (Paco Plaza, 2021), u otras igualmente terroríficas como El padre (Florian Zeller, 2020) y Vortex (Gaspar Noé, 2021), así que debe ser un signo de nuestros tiempos ese miedo simbólico a la decadencia de la carne que nos acerca a la muerte.
