martes, abril 16, 2024

Centenario Ava Gardner: Crítica de ‘El hombre que decidía la muerte’ (1975)

Las críticas de Daniel Farriol:
Centenario Ava Gardner
El hombre que decidía la muerte (1975)

El hombre que decidía la muerte, también conocida como Agente internacional y en Estados Unidos bajo los títulos de Permission to Kill y The Executioner, es un filme de espionaje británico dirigido por Cyril Frankel (Las brujas, Nunca aceptes dulces de un extraño). El guion está escrito por Robin Estridge (El día de los asesinos, Tambores de África) que adaptaba su propia novela «W.I.L. One to Curtis». La historia nos muestra a un misterioso agente secreto que utiliza diversas artimañas y chantajes para detener a un líder ruso exiliado que ha decidido regresar a su país para derrocar a la dictadura que lo gobierna. Está protagonizada por Dirk Bogarde, Ava Gardner, Bekim Fehmiu, Timothy Dalton, Nicole Calfan, Frederic Forrest, Klaus Wildbolz y Anthony Dutton.

Cine de espías como reverso antagónico a las películas de James Bond

El hombre que decidía la muerte es un filme de espionaje atípico que surge en pleno apogeo de la exitosa franquicia sobre el agente secreto británico más famoso, James Bond, del que ya se habían producido 9 películas. Sin embargo, lo poco que ha trascendido en el tiempo esta película de Cyril Frankel puede deberse precisamente a eso, su visión del mundo de los espías es radicalmente opuesta. Con un estilo más cercano a las novelas de John le Carré o Graham Greene que a las de Ian Fleming, el novelista y guionista londinense Robin Estridge adapta su propia novela en una película extraña que en principio estaba destinada a ser el piloto de una serie de televisión que nunca se concretó.

El resultado es un filme de espías con poca acción y suspense, de estructura más compleja y psicológica de lo habitual, que tras su frialdad narrativa esconde algo de cinismo y pesimismo. El protagonista es Alan Curtis (Dirk Bogarde), un ambiguo agente secreto encargado de evitar a toda costa que un popular líder comunista en el exilio, Alexander Diakim (Bekim Fehmiu), regrese a su país para derrocar al régimen fascista que actualmente está en el poder. Para no mancharse las manos de sangre y que trascienda a la opinión pública, Curtis traza un maquiavélico plan de chantajes en cadena que afecta a 5 personas más que deberán convencer al revolucionario en reconsiderar su decisión o, en el última instancia, matarlo.

Los involucrados en el chantaje son: Katina Petersen (Ava Gardner), viejo amor de Diakim con el que tuvo un hijo, François (Oliver Schott), que la mujer mantuvo en secreto y dio en adopción sin decírselo al padre; Scott E. Allison (Frederic Forrest), periodista de investigación y amigo personal del político; Charles Lord (Timothy Dalton), diplomático del Ministerio de Exteriores que desea ocultar su homosexualidad y que estuvo involucrado en un préstamo que financiaba acciones políticas revolucionarias; y Melissa Lascade (Nicole Calfan), una bella asesina a sueldo que será la encargada de apretar el gatillo contra Diakim si los demás fallan en su cometido.

Los planes no siempre salen bien

Más allá de una presentación inicial diáfana de todos los personajes, el guion de El hombre que decidía la muerte se vuelve confuso debido al tratamiento abstracto de las motivaciones y posicionamientos políticos de los diversos personajes, muchas veces se dan por supuestos sin mayor explicación. Tampoco se ofrecen demasiados detalles reales de la época en que transcurre la acción ni una visión global de la situación política mundial, así que, siendo una película con claro trasfondo político, eso acaba siendo lo de menos.

Lo más destacado entonces es el juego de extorsión y coacción al que Curtis somete al resto de personajes, el agente de inteligencia está encarnado por un elegante Dirk Bogarde que se convierte en el rey de la función. Es un personaje imponente y de apariencia tranquila que acomete su enrevesado plan con absoluta frialdad, pero tras esa fachada de maldad parece ocultarse una fatalidad determinista hacia un sistema al que también pertenece y en el que parece estar atrapado (sabemos que tiene familia, así que tal vez él mismo sufre chantaje por parte de esferas de poder superiores).

Sin embargo, el plan perfecto no existe. El periodista, ayudado por el diplomático, se rebela para evitar el asesinato de Diakim, aunque no será fácil eludir la vigilancia de los hombres de Curtis. El tercer acto es el más emocionante y se suceden diversos giros en los acontecimientos con un twist final que viene a confirmar mi teoría antes expuesta sobre un sistema que está por encima de las personas y de los espías.

Paisajes y personajes

El hombre que decidía la muerte está ambientada en la localidad austriaca de Gmunden, cerca de los Alpes, un paisaje idílico que sirve al magnífico camarógrafo Freddie Young como lienzo helado para regalarnos algunas imágenes de gran belleza plástica que se combinan con interesantes decisiones de cámara en la puesta en escena durante las interacciones entre personajes en los interiores. El trabajo aquí de una ya veterana Ava Gardner resulta bastante desigual y no siempre controla su tendencia a la teatralidad más propia de otra época cinematográfica, pero encaja bien en la piel de esa mujer con tendencias autodestructivas que intenta proteger al que fuera su verdadero amor mientras observa de lejos al niño que abandonó. Sus secuencias junto a Bekim Fehmiu adquieren un tono melodramático excesivo que desentona un poco dentro de la intriga de espionaje principal.

Respecto a la espía interpretada por Nicole Calfan, podríamos decir que se sexualiza su cuerpo de manera un tanto gratuita (en su primera aparición ya sale desnuda). La actriz francesa logra trasmitir la sensación de peligro de alguien que se dedica a asesinar a sangre fría, pero chirrían un poco las escenas en las que es abordada varias veces sin darse cuenta (en su habitación de hotel, en la sauna, etc), poco futuro tendría en el espionaje sin prestar mayor atención. La curiosidad que encontramos en el reparto, claro está, es la presencia de un jovenzuelo Timothy Dalton que más de una década después interpretaría por dos veces al agente James Bond al que antes hacíamos referencia.

El hombre que decidía la muerte es un filme de espías curioso y diferente que no ha llegado a trascender dentro del subgénero por su falta de intensidad dramática y por carecer de escenas de acción memorables, sin embargo, es un trabajo sobrio con elementos de interés suficientes en la puesta en escena y en la interacción entre los diversos personajes.


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El hombre que decidía la muerte

6.8

Puntuación

6.8/10

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