Las críticas de David Pérez «Davicine» en el 75 Festival de Locarno:
Human Flowers of Flesh
Ida vive en un yate de vela con una tripulación de cinco hombres. Mientras está de permiso en tierra en Marsella, queda fascinada con la Legión Extranjera Francesa y decide navegar a Sidi Bel Abbès, el antiguo cuartel general de la Legión en Argelia. Escrita y dirigida por Helena Wittmann, Human Flowers of Flesh está protagonizada por Angeliki Papoulia, Ferhat Mouhali, Gustavo de Mattos Jahn, Ingo Martens, Mauro Soares, Vladimir Vulevic, Steffen Danek, Nina Villanova y Denis Lavant. La película ha podido verse en la Sección «Concorso internazionale» del 75 Locarno Film Festival 2022.
Un título paradójico
La cineasta alemana Helena Wittmann se deshace de la narrativa cinematográfica clásica para evitar que sus personajes sean lo más importante de la historia y se centra en los cuerpos en sí, lo que queda patente en lo paradójico del título de la película, siendo una película más poética de lo que cabría pensar de inicio, cediendo la misma relevancia a la intimidad y a la atmósfera, y necesitando para apreciarla que nos dejemos llevar por los ritmos hipnóticos que marca el propio mar.
En Human Flowers of Flesh, Ida vive en un barco con una tripulación de cinco hombres. En Marsella, su atención se ve atrapada por el secreto mundo masculino de la Legión Extranjera Francesa y decide seguir sus huellas a través del Mediterráneo. Mientras Ida y su tripulación navegan a través de Córcega hacia el cuartel general histórico de la Legión en Argelia, los límites se desdibujan mientras que la vida en el mar produce un tipo especial de entendimiento mutuo.
Una película sensorial para ver tranquilo
No son pocas las películas que requieren de un estado anímico correcto para su visionado, al igual que no hay que estar muy cansado para no dormirte ni muy estresado para paladear cada plano. Human Flowers of Flesh si que pide un cierto esfuerzo para que no decaiga nuestro interés en la película, dado que es más una experiencia poética para visionar que una historia para conocer a la tripulación del barco, cuyos nombres descubriremos en los créditos. Las largas tomas largas con su peculiar montaje crean una atmósfera más cercano a los sueños que a las películas de narrativa clásica.
Los personajes que vemos aparentemente existen solo en este momento, no sabemos de su pasado ni sus anhelos, sin necesidad alguna de trabajar, pasando más tiempo mirando al vacío que conversando. Esta película «marítima» tampoco necesita que conozcamos demasiado el idioma de los personajes, pues sus diálogos son bastante escasos, y es que con alrededor de 110 minutos de duración podríamos copiar sus diálogos en un par de folios, y muchas cosas las sabemos por la propia sinopsis más que por lo que ellos mismos cuentan.
Una gran parte del escaso diálogo se basa en alusiones y citas literarias, cediendo su importancia a las imágenes, y Wittmann contrapone el mar con la arena del desierto, siendo toda la película una experiencia visual y sensorial difícil de encajar en algún género, generando imágenes hermosas acompañadas de poesías, tanto literalmente hablando como interpretadas físicamente.
Con la información justa
Gracias a la trama podemos saber lo que vamos a ver, pero los datos que nos dan no son suficientes para que nos pudiéramos haber hecho una idea de lo que quieren contarnos, pues en todo momento se nota un interés deliberado por no proporcionar información sobre el contexto en el que se encuentran los personajes o sus propias motivaciones, sin olvidarnos de la ausencia de datos para relacionar personajes entre ellos, siendo meros objetos para que veamos las ideas que la cineasta quiere plasmar en pantalla, siendo todos los protagonistas meras marionetas en vez de personajes de carne y hueso.
Curiosamente, esa falta de «humanidad» de los personajes queda patente desde los primeros planos, en los que casi emergen del propio paisaje, con imágenes un tanto oníricas que a veces hacen que la película limite en exceso su parte narrativa, lo que acaba perjudicando a la comprensión de ciertas historias. Así, esta falta de información se nota incluso en la parte centrada en la Legión Extranjera Francesa, que sin saber demasiado de ella parece que quiere que quede reflejada también en la propia tripulación del barco, necesitando de un análisis más exhaustivo pero su enfoque minimalista evita que lo consiga.
Human Flowers of Flesh es más una experiencia sensorial para sus protagonistas y los espectadores que una película con una narrativa clásica, destacando por su puesta en escena y su evocación de los estados de ánimo sin importar tanto la historia que nos quieran contar.