sábado, abril 27, 2024

AFF 2022. Crítica de ‘The Staffroom’: Una crítica que va más allá de la docencia

Las críticas de David Pérez «Davicine»  en el AFF 2022:
The Staffroom

Una caótica sala de profesores es el escenario principal de este drama psicológico no apto para taquicárdicos y protagonizado por una orientadora en apuros enfrentada al resto del claustro. Dirigida por Sonja Tarokic, The Staffroom está protagonizada por Marina Redzepovic, Stojan Matavulj, Nives Ivankovic, Maja Posavec y Sandra Loncaric. La película se ha presentado en España en el Atlàntida Film Festival de Filmin en Julio-Agosto de 2022.

La vida misma dentro de un colegio

El personaje central de The Staffroom es una nueva orientadora escolar que intenta evitar las dinámicas de poder impuestas por la directora, los profesores y los padres. La sala de profesores se convierte en una jungla salvaje donde solo el más fuerte podrá sobrevivir.

La recién llegada Anamarija (Marina Redzepovic) es una joven llena de entusiasmo por el trabajo que llega feliz y motivada después de deambular durante tiempo por otras escuelas como suplente y al fin conseguir una plaza permanente. Ella quiere hacer cambios positivos en su nuevo lugar de trabajo, pero eso no es bien recibido por sus colegas profesores, quienes al principio le dicen de manera sutil, y un poco más tarde de manera abierta, que no es su trabajo entrometerse en el de ellos.

Cada uno de los intentos de Anamarija y los padres para detener los exabruptos del problemático profesor de historia Siniša (Stojan Matavulj) terminan siempre frenados en el despacho de la dominante directora (Nives Ivankovic) que, en vísperas de su propia reelección, no quiere escándalos ni artículos en la prensa relacionados con acusaciones.

Las cosas no han cambiado en años

Es curioso que casi todos hemos pasado por el colegio con experiencias más o menos similares, al menos a nivel del profesorado y sus comportamientos. Y lo peor es que no han cambiado mucho las cosas durante décadas, por lo que Sonja Tarokic nos expone todos los problemas de un estado demasiado dañado a través de unahistoria que tiene lugar en un colegio, pero bien podría tener lugar en un hospital o cualquier otra institución pública.

El colegio realmente resulta acertado como escenario para esta lucha de poder, en la que los propios niños son testigos de la derrota moral de nuestra sociedad y de aquellos que deberían ser sus guías hacia la madurez y la formación, pero por desgracia a la mayoría de ellos ni siquiera les importa eso, y simplemente se preocupan por mantener sus trabajos, por eso chocan con Anamarija, la excepción que quiere señalar los numerosos fallos tanto de sus compañeros como de ciertas situaciones que necesitan ser resueltos con prontitud.

Y como es habitual en cualquier trabajo y en cualquier estamento, poco tarda en darse cuenta alguien de en qué tipo de entorno se encuentra y lo difícil que lo va a tener para cambiar las cosas uno mismo, sobre todo cuando todo el mundo está en contra. Bajo presión constante, nuestra luchadora protagonista se encuentra en un punto de inflexión en el que debe decidir si permite que las cosas sigan como hasta ahora o continúa su lucha.

Del corto al largo

Sonja Tarokic tiene una larga experiencia en el mundo del cortometraje, y muchas veces el salto al largometraje se hace duro y no se exprime al máximo el nuevo formato, pero la cineasta ha logrado un impresionante debut cinematográfico, con una historia atractiva y una forma de plasmarla en imágenes cuidadosamente elaborada.

No son pocas las veces que vemos a la protagonista Marina Redzepovic desde un punto lejano, al fondo de un tumulto de profesores o alumnos, con un murmullo continuo que casi evita que destaque, y hacía mucho tiempo que no veía una producción tan complicada, con planos que a veces tienen veinte actores pero no parece abarrotado, captando a menudo la cámara a la protagonista de forma distraída y emocionalmente desgarrada mientras persigue por los pasillos a estudiantes problemáticos o profesores conflictivos.

Sonja acierta a ubicar la cámara en los lugares idóneos para captar todas sus emociones y también las reacciones de los estudiantes que presencian discusiones inapropiadas con sus profesores, contando siempre con un encuadre excelente que nunca pierde el foco en los aspectos más importantes de la historia. Además, la cineasta emplea un cierto y peculiar simbolismo al mezclar algunas situaciones de la película con cuadros naif colgados en las paredes de la escuela mientras las imágenes son acompañados por un fondo musical étnico que acelera hacia un ritmo frenético en las escenas más intensas.

Cada personaje suma en esta historia

El conjunto actoral está repleto de caras conocidas para quienes acostumbren a ver cine croata, aunque poco conocidos son para los espectadores españoles, pero cabe destacar el trío formado por Redžepović, Ivanković y Matavulj. Marina Redzepovic se muestra excepcional en su papel de mujer que quiere cambiar el mundo pero no para de encontrarse trabas en el camino, siendo fácil empatizar con ella, demostrando ser una mujer fuerte, con las ideas claras, pero incapaz de saber cómo gestionar los pocos recursos que tiene para llegar al fin que ansía. La cámara capta todos sus estados de ánimo y somos capaces de seguirla en todos sus traumas, siendo esto especialmente visible en su rostro.

Nives Ivankovic interpreta a Vedrana, la directora del colegio que no quiere perder su posición de poder en el colectivo escolar, y hace lo imposible para no tener que enfrentarse a los padres, viendo su autoridad amenazada por la entusiasta Anamarija. Es en este personaje en el que se puede ver con más claridad la denuncia que hace la película de todo el sistema social, y siendo este personaje sobre el que, a pesar de su poder, se verá toda la fragilidad e inseguridad que tiene en el fondo. La ambivalencia de este personaje va desde la autoridad incuestionable hasta su desintegración final. Por último destacar a Stojan Matavulj interpretando al despreocupado profesor de historia que, aún sin tener la edad suficiente para jubilarse, descuida el trabajo y emplea su tiempo de enseñanza en inapropiados soliloquios personales frente a los niños. Es un personaje que, como antagonista, representa dramáticamente todos los problemas de la educación actual, habiendo perdido su entusiasmo y convertido en una persona autocompasiva pero violento hacia quienes le llevan la contraria.

Cabe citar que la gran actriz croata Vera Zima hizo su última aparición en la película, interpretando a la madre de Anamarija y resulta sumamente convincente en ese papel. Pero más allá del reparto protagonista, todo el reparto que da forma al colectivo de la escuela funciona como una representación fiel de la escuela real, desde los maestros a los niños, no habiendo un miembro del reparto que no se note involucrado, especialmente los padres como catalizadores de la tensión dramática.

En The Staffroom la cineasta Sonja Tarokic disecciona nuestro sistema y sociedad a través de una película fácil de ver y con la que apreciamos rápidamente los errores que se repiten una y otra vez en las instituciones, independientemente del país en el que estemos, logrando contarnos esta interesante historia a través de un drama magníficamente interpretado con un fuerte suspense.


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The Staffroom

7.7

Puntuación

7.7/10

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