Las críticas de Daniel Farriol en el AFF 2022:
The Dawn (Zora)
The Dawn (Zora) es un drama croata escrito y dirigido por Dalibor Matanic (Silence, The Last Socialist Artefact). La historia nos muestra a Matija y su familia que se debaten entre si deben huir del que siempre ha sido su hogar o enfrentarse a los peligrosos desafíos que están por llegar con los cambios políticos. Está protagonizada por Kresimir Mikic (The Last Serb in Croatia, Los niños del cura), Tihana Lazovic (Tajkun, Aleksi), Maks Kleoncic, Lara Vladovic, Marko Mandic, Natasa Matjasec, Boris Isakovic y Trpimir Jurkic. La película se estrenó en España en la Sección Noves Visions del Festival de Sitges 2021 y ahora en el Atlàntida Film Festival de Filmin en Julio-Agosto de 2022.
Segunda entrega de la ‘Trilogía del Sol’
The Dawn (Zora) es una película extraña y hermética que forma parte de la trilogía «The Sun Trilogy» que el director croata Dalibor Matanic comenzó con Bajo el sol (2015) y finalizará con The Dusk, aún pendiente de ser filmada. Según palabras del director es una trilogía sobre los pecados de tres generaciones, las de su propia familia, tratando la primera entrega de su abuela, esta segunda que nos ocupa sobre su padre y la última que dice versará sobre sí mismo. Ambientadas todas ellas en la zona de los Balcanes y con la actriz Tihana Lazovic como nexo en común interpretando distintos personajes, la trilogía busca retratar la división social y política en la que viven inmersos los países del sureste europeo para reflexionar sobre los errores cíclicos que se repiten y dan pábulo al auge de extremismos destructivos.
Si Bajo el sol lanzaba una mirada al pasado, en The Dawn (Zora) se nos propone lo que podríamos denominar como una «distopía realista», ya que aún llevándonos a un futuro cercano e indeterminado, por su ambientación bien podrían estar sucediendo los hechos hoy mismo en cualquier zona de la península balcánica.
Los protagonistas son Matija (Kresimir Mikic) e Ika (Tihana Lazovic), una pareja que vive junto a sus dos hijos en un zona rural muy apartada de la ciudad que se está despoblando a marchas agigantadas ante el cambio político que ha habido en el país y el inminente riesgo que conllevaría quedarse ahí. El matrimonio, además, lleva sus propios demonios a cuestas ya que su tercer hijo desapareció hace un tiempo mientras jugaba, al parecer murió ahogado, y ese hecho traumático se convierte en una fuente de conflictos constantes entre ambos. Ante esa situación, deberán decidir si lo mejor para la familia es quedarse en su hogar, asumiendo los peligros que se avecinan, o marcharse a vivir a la ciudad.
Descifrar simbolismos o morir en el intento
Los problemas narrativos de The Dawn (Zora) son varios. Por un lado, el cineasta Dalibor Matanic lo filma todo con una cadencia rítmica absolutamente narcotizante que se basa en los silencios, los sobrentendidos y las elipsis emocionales de los personajes que hacen bastante complicado el poder empatizar con algunas situaciones por las que pasan o entender el sentido de las acciones que realizan. Por otro lado, tenemos algunos simbolismos que resultan difíciles de descifrar sin un mapa que nos indique las coordenadas de la historia, tal vez, influya a la hora de asimilar conceptos y comportamientos el no tener un conocimiento profundo de las vivencias de una zona que ha pasado por distintos conflictos bélicos que arrastran consigo traumas y fantasmas.
El más claro ejemplo de todo eso es la aparición de dos extraños personajes al pueblo que tienen el mismo nombre del protagonista Matija, tal vez, una manera para indicar la escisión de los distintos estadios de una personalidad a la hora de confrontar el conflicto central. No hay que olvidar que bajo la apariencia de realismo social que tiene la película estamos ante un filme que transita de forma tangencial por la ciencia-ficción.
El segundo Matija es un recién llegado al pueblo, se muestra seguro de sí mismo y quiere establecerse allí cuando todos se están marchando por miedo. Contrata a unos trabajadores que construyen sin descanso, día y noche, una casa que está justo delante y es exactamente igual a la casa donde vive la familia protagonista. Su objetivo parece ocupar el lugar del Matija original e, incluso, arrebatarle a su familia. Así pues, el desdoblamiento de personalidad es casi stevensiano.
Los conflictos sociopolíticos de una Europa psicodélica
La tercera Matija es una mujer misteriosa cuya presencia sirve para ahondar en las reflexiones que hace el director sobre los populismos, ya sean políticos o religiosos, como una infección que pudre la unidad existente en las comunidades. Son el amanecer del odio que explotará en un nuevo conflicto entre bandos, el «nosotros» y «ellos» a que estamos tan acostumbrados en cualquier ámbito.
Todas estas tesis expuestas son bastante interesantes cuando nos dedicamos a madurarlas en nuestro pensamiento, además, son de plena actualidad. Sin embargo, la manera que tiene el director de transmitir esas ideas al espectador es tremendamente aburrida y confusa. Aún suerte que en el apartado visual y sonoro el filme está muy bien cuidado, se consigue componer una atmósfera de onirismo asfixiante que es lo que de verdad nos mantiene pegados ante la pantalla cuando la trama se vuelve farragosa e ininteligible, por ejemplo, la escena de la bañera es conceptualmente alucinante.
The Dawn (Zora) es una película tan ambiciosa como pretenciosa. Con el paso de los minutos, se vuelve desconcertante y esquiva, algo puede exasperar a muchos. Lo mejor es que posee un personalísimo imaginario atemporal que se utiliza para escenificar de una manera distinta los conflictos sociopolíticos existentes en la Europa actual. Por desgracia, no es suficiente y sucumbe ante su propio artificio psicodélico que queda subrayado por la magnífica canción «Ako Je» del grupo croata Pridjevi.
¿Qué te ha parecido la película?
The Dawn (Zora)
