miércoles, diciembre 4, 2024

Crítica de ‘Bailando por la vida’: Encantadora historia rebosante de honestidad emocional

Las críticas de David Pérez «Davicine»:
Bailando por la vida

Un joven que trabaja como anfitrión de una fiesta de Bar Mitzvah entabla amistad con una madre y su hija autista. Dirigida por Cooper Raiff, Bailando por la vida está protagonizada por el propio Cooper Raiff junto a Dakota Johnson, Vanessa Burghardt, Evan Assante, Brad Garrett y Leslie Mann. La película se estrena el 17 de junio de 2022 en Apple Tv+, tras su paso por el Festival de Sundance 2022.

Honestidad emocional como sello de identidad

Después de su primer largometraje ganador del Gran Premio del Jurado SXSW 2020, Freshman Year (Shithouse), Cooper Raiff continúa con una historia de amor joven que rebosa honestidad emocional. Él escribe, dirige, produce y protagoniza este encantador relato que respeta todas las luchas de sus personajes, incluso en momentos en los que su protagonista no puede ver más allá de sí mismo.

Recién salido de la universidad, pero ¿ahora qué? En Bailando por la vida, la educación superior no le proporcionó a Andrew, de 22 años, un camino de vida claro en el futuro, por lo que está atrapado en su casa con su familia en Nueva Jersey. Pero si la universidad le enseñó algo, es beber y divertirse, habilidades que lo convierten en el candidato perfecto para una fiesta de trabajo, comenzando en el bar y bat mitzvahs de los compañeros de clase de su hermano menor. Cuando Andrew se hace amigo de una madre, Domino, y de su hija, Lola, finalmente descubre el futuro que quiere, aunque no sea el suyo.

Dakota Johnson encaja con cualquiera

En su exploración de la vida de las personas, Raiff ha logrado que todos los personajes de Bailando por la vida muestren un gran desarrollo a lo largo del metraje, mérito no sólo del guion sino también de las más que satisfactorias interpretaciones de estos personajes conmovedores y, en ocasiones, divertidos.

Dakota Johnson ofrece otra actuación sobresaliente repleta de empatía y demuestra su capacidad de tener química con casi cualquier coprotagonista, resultando natural y muy realista como una mujer ya adulta pero que atraviesa su propia transición a una edad adulta… y seria. En gran parte de la película, ella juega con su belleza y atractivo para poder ocultar su lado más vulnerable, y es cuando se abre a Andrew cuando despliega sus mejores escenas.

Junto a Johnson, el propio Cooper Raiff se ha reservado el otro personaje protagonista, escribiendo para él mismo el papel de un hombre cuanto menos agradable, un recién graduado universitario que quiere descubrir los próximos pasos de la vida. Con él vivimos de primera mano una historia sobre la mayoría de edad, casi a modo de secuela de su anterior película, en la que daba vida a un estudiante de primer año de la universidad. Raiff parece retomar exactamente donde lo dejó ya que ahora se centra en la transición de la universidad al mundo real. Visto así, parece que le ha cogido el gusto a rodar películas en las que avanza hacia la madurez, por lo que tengo ganas de ver si para la próxima película se reserva el papel de alguien ya en el mundo laboral o en el paro.

Completan el reparto la siempre en su lugar Leslie Mann, con un personaje que parece hecho a su medida, una auténtica leyenda de las comedias románticas que vuelve a demostrar por qué es una asidua en este género, además de Vanessa Burghardt como Lola y Evan Assante como David, cumpliendo con creces lo que sus roles les exigen.

Más que un mero romance al son de la música

Bailando por la vida es lo que llamamos una dramedia, y en ella Raiff equilibra el drama y la comedia mientras avanza la historia y desarrolla las relaciones. Aunque el romance entre Andrew y Domino es el eje central de la película, como buena historia romántica, por suerte no es la única trama importante que incluye, dedicando tiempo a desarrollar también las relaciones de Andrew dentro de su familia, con compañeros de clase y, especialmente, con Lola. Gracias a todas estas subtramas disfrutamos de algunos de sus grandes personajes secundarios y terciarios, que no parece que estén solo para rellenar tiempo.

Viendo en perspectiva la película, Raiff se fija también en dos asuntos centrales, tratando por un lado lo que es mejor para uno y por otro la necesidad de vivir el momento. Durante gran parte de la película, ambos conceptos están en desacuerdo entre sí, pues ella busca estabilidad y compromiso pero se siente atraída por la libertad que llega acompañando a Andrew, mientras que él también quiere esta estabilidad, pero todavía es joven y tiene margen para maniobrar.

Bailando por la vida podría haberse quedado como una mera comedia romántica con un mensaje sobre el paso a la madurez, pero el entusiasmo por la vida y la bondad de sus personajes hace que sea mucho más y nos atrape con las historias de madurez de todos y cada uno de sus personajes.


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Bailando por la vida

8.5

Puntuación

8.5/10

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