Las críticas de Daniel Farriol:
Héroe en dos mundos
Héroe en dos mundos (también conocida como La odisea de un escritor) en un filme chino de género fantástico dirigido por Yang Yu (The Sacrifice, Hermandad de espadas). El propio director coescribe el guion junto a Shu Chen (Dancing Elephant), Xiaocao Liu (El dragón de los deseos), Yang Lu (Brotherhood of Blades 2) y Qin Haiyan (The Bride), adaptando la novela corta «Assassinate a Novelist» de Xuetao Shuang (Fire on the Plain). La historia sigue a Kongwen Lu, un autor de novelas de fantasía que narran las aventuras de un heroico adolescente, bajo la guía de ‘Armadura negra’, para poner fin al tiránico gobierno de Lord Redmane. Ese mundo de fantasía comienza a impactar la vida en el mundo real. Está protagonizada por Lei Jiayin (Under the Light, The Whistleblower), Yang Mi (Liberation, Baby), Dong Zijian (Duckweed, Más allá de las montañas), Yu Hewei, Guo Jingfei, Tong Liya y Wang Shengdi. La película se ha estrenado en España el día 12 de Abril de 2022 a través de Movistar+.
Fantasía y realidad
Héroe en dos mundos es una epopeya fantástica con un imaginario visual absolutamente apabullante a la altura de El caballero verde (David Lowery, 2021), pero cuyo enrevesado argumento resulta demasiado complejo de seguir. La película aplica dos narrativas en paralelo muy distintas en estilo y género que se retroalimentan para dar sentido a todo lo que sucede. Por un lado, tenemos la historia de Guan Ning (Lei Jiayin), un hombre que busca desesperadamente a su hija que desapareció 6 años atrás. Tras destapar una red de tráfico de niños, es contratado por Li Mu (Hewei Yu) para asesinar a Kongwen Lu (Dong Zijian) con la excusa de que así encontrará su paradero.
Por otro lado, está el mundo fantástico creado por la imaginación del propio Kongwen Lu, un escritor de novelas de fantasía que en su desarrollo comienza a impactar en la vida de la gente, es decir, los personajes y situaciones que crea tienen su analogía en el mundo real. A partir de entonces, la realidad y la fantasía se entremezclarán de tal modo que será indispensable prestar atención a lo que sucede en una para comprender la otra, tanto para nosotros como espectadores como para el trayecto vital que inician los propios personajes de la película. Es una forma original e imaginativa de integrar la tradición aventurera de la literatura fantástica y del anime dentro de nuestra propia realidad, algo parecido a lo que hacía la incomprendida Sucker Punch (Zack Snyder, 2011) o aquella reivindicable rareza española titulada El corazón del guerrero (Daniel Monzón, 2000) que tomaba como referencia el mundo de los juegos de rol.
Un filme más visual que argumental
Pero Héroe en dos mundos se complica todavía más. La parte «realista» de la trama donde Guan Ning persigue a Kongwen Lu para matarlo acuciado por la vigilancia de la esbirra de Li Mu, la implacable Mi Yang (Yang Mi), también posee elementos de carácter fantástico. Y es que Guan Ning tiene una especie de súper poder que consiste en lanzar piedras u otros objetos con una precisión y velocidad sobrehumanas. Eso le permite defenderse de los ataques de otras personas que también tienen sus propios poderes. Ante tal entramado inconexo de hechos y situaciones no siempre bien explicadas, la película solo es disfrutable si uno se deja arrastrar por la acción sin hacerse demasiadas preguntas.
El director Yang Yu se recrea especialmente en las asombrosas escenas que escenifican los mundos fantásticos de la novela del escritor. Con un trabajo espectacular de CGI (la post-producción ocupó más de 2 años), el filme te transporta a través de paisajes visualmente abrumadores con un diseño fascinante de personajes como es el caso de la Armadura Negra, un ser con vida propia en simbiosis con el huésped que la porta, o de Lord Redmane, una malvada y gigantesca deidad reservada para la espectacular confrontación final. Héroe en dos mundos es un filme que hará disfrutar a los fanáticos de los universos tolkienianos o del cine fantástico asiático en general, pero que dejará mucho más indiferentes a los que busquen un argumento con mayor coherencia interna que clarifique las decisiones que se toman en el discurrir del guion.
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