Crítica de ‘Guilt‘: Brillante comedia negra de excelente factura

Guilt es la primera serie original de BBC Escocia, y ha sido comparada con Twin Peaks y Fargo por su estilo y tono. La serie ha sido un éxito de crítica, audiencia y premios en Reino Unido. Una divertida comedia negra sobre dos hermanos que cometen un homicidio involuntario y se complican la vida de muy mala manera. De regreso de una boda, los hermanos Max y Jake atropellan a un anciano en las calles de Edimburgo y deciden ocultar el cadáver. A medida que avanza la historia las dificultades se intensifican mientras irrumpen nuevos personajes, con la culpa como emoción central.

Como el propio creador y guionista de la serie, Neil Forsyth, indica, hay mucho humor negro en una relación entre hermanos. Suelen ser las más interesantes, dramáticas e intensas. Se trata de dos individuos que pueden ser muy diferentes, incluso llevarse muy mal, pero, sin embargo, están atrapados en un vínculo vital que les une. Guilt surge de una situación en la que dos hermanos volviendo de una boda, hartos, un poco bebidos y discutiendo por tonterías, están deseando perderse de vista, pero entonces pasa algo que no solo no les deja separarse, sino que les arroja a una relación más intensa que nunca, bajo unas condiciones desesperantes.

De la oscuridad a la comedia

Es complicado ponerse del lado de alguien que conduciendo mata a una persona, y luego quiere encubrir lo que he hecho, y eso puede hacer que una serie no resulte atractiva de inicio, dado que parecería que estamos del lado de quien comete el crimen. El título deja claro que todo gira alrededor de la culpa, pero sorprendentemente aquí casi nadie tiene la culpa. Según avanzamos en la serie, nos daremos cuenta que no todo es blanco o negro, aprendemos más sobre los personajes, y descubrimos todo lo que se esconde detrás de las fachadas.

Con la premisa inicial, y el estilo que han dotado a la serie, era sencillo que acabara siendo un drama oscuro repleto de preguntas existenciales pero, para nuestra sorpresa y disfrute, han decidido que el enfoque de Guilt esté claramente orientado hacia el entretenimiento puro y duro, y nuestra motivación principal para seguir viendo cada episodio es saber si realmente se saldrán con la suya, viendo a cada paso de estos hermanos como su versión se va desmoronando y tienen que ir modificando constantemente, lo que hace que sea más inestable por momentos.

Una premisa sencilla que deriva en caos

Su premisa era interesante, y el camino que sigue es tan increíble que realmente al final poco importa si los dos hermanos salen o no adelante, pero sigue siendo el motivo por el que avanzamos capítulo a capítulo. Los primeros dos capítulos son realmente sorprendentes y enganchan, comenzando con una premisa relativamente simple y sobre ella van construyendo inteligentemente. Puede que luego baje el nivel al complicarse un poco todo, y es que Guilt no escatima en ideas absurdas, pero aún así nos permite ver con deleite el devenir de los acontecimientos, aunque el caos se puede apoderar de nosotros mismos como lo hace con los protagonistas.

Está claro que en una serie de suspense tengan que introducir bastantes giros y vueltas, pero no puedo negar que Guilt tiene demasiados, jugando en exceso con el flujo de la historia, pero eso no implica que cada episodio tenga los suficientes momentos buenos como para que la serie destaque aún con el caos y desorden al que nos tenemos que enfrentar. Esos momentos no sólo son buenos por lo que cuentan sino también por cómo lo cuentan, y es que no se ha escatimado en detalles como la música, la fotografía o la ambientación, acompañando todo de forma maravillosa a la narrativa.

La partitura compuesta por Arthur Sharpe mezcla de forma acertada temas tradicionales de suspense con elementos de rock ligero que refuerzan la sensación de diversión en algunos momentos, e incluso funcionan bien los temas reconocidos ya existentes. Esta música crea un paisaje sonoro que refuerza la dirección de la serie, la cual evita que se haga aburrida en ningún momento, trasmitiendo una energía vibrante y dotando de atractivo a las escenas, las cuales destacan especialmente por una excelente cinematografía.

Pocos pero interesantes personajes

Al menos, la cantidad de personajes es asumible, y dada la corta duración de cada temporada, nos dan la dosis justa de información para no saturarnos y que no nos perdamos en su entramado. Los personajes en general son bastante interesantes y, obviamente, el peso de la acción recae sobre Mark Bonnar y Jamie Sives como los hermanos que deben superar sus fricciones para salir adelante de un problema aún mayor del que jamás se han tenido que enfrentar.

Mark Bonnar interpreta a Max, el mayor de los dos hermanos, un abogado de éxito con una gran casa y una vida repleta de elegancia, siendo interesante ver como una situación como ésta cambia su forma de ver todo, mostrando un gran desarrollo su personaje con Bonnar actuando de forma fenomenal en este papel. Por su parte, Jamie Sives da vida a Jake, el menor de los dos, dueño de una tienda de discos que debe lidiar con la culpa, y también resulta convincente en el papel. Ambos en todo momento tienen gran química, y el punto de humor radica principalmente en el choque de las personalidades de los personajes creando un excelente drama de personajes, pero es el ambiente general de la serie lo que también refuerza esa sensación de comedia gracias a la locura que parece empapar cada una de las situaciones.

Los fans de las comedias negras típicamente británicas tienen motivos de alegría, dado que Guilt consigue una gran mezcla de humor con un toque oscuro, junto con un acertado reparto, y su energía realmente vibrante evita que se vuelva aburrida, siendo una serie altamente recomendable con una muy buena música y una excelente fotografía, aunque su nivel de suspense sea menor de lo esperado.