Las críticas de Daniel Farriol:
The Night House
The Night House es un filme estadounidense de terror sobrenatural dirigido por David Bruckner (El ritual, Southbound) con guion de Ben Collins y Luke Piotrowski (Super Dark Times, Stephanie). La historia sigue a Bet, una mujer que trata de superar el inesperado suicidio de su marido en una solitaria casa junto a un lago que él diseñó en vida especialmente para ella. Por las noches empieza a tener visiones y sueños extraños que le llevan a investigar el pasado de su marido para encontrar respuestas. Está protagonizada por Rebecca Hall (Historias del bucle, El regalo), Sarah Goldberg (Hindsight, Bikini Moon), Stacy Martin (Archive, Mi vida con Amanda), Vondie Curtis-Hall, Evan Jonigkeit, Allie McCulloch, Samantha Buck y Andy Rich. La película puedes verla en Movistar + desde el día 11 de Diciembre de 2021.
Terror físico y psicológico
El director David Bruckner se está convirtiendo, poco a poco, en un regenerador del género. Si en El ritual (2017) nos sorprendió con un survival que se transformaba luego en un inesperado folk horror de reminiscencias lovecraftianas, en The Night House vuelve a repetir la jugada con un filme que es mucho más que una simple revisitación del subgénero de casas encantadas. La trama sigue a Bet, una mujer que lidia con el dolor de la pérdida tras suicidarse su marido. A partir de entonces, su solitaria vida en la casa que él construyó para ella comienza a ser perturbada por una extraña presencia que parece querer comunicarse con ella y que podría ser el espíritu de su marido. La mujer empezará a hurgar en el pasado del fallecido para intentar entender las razones que le llevaron a matarse, pero lo que encontrará supera todas sus expectativas.
Se podría decir que es un inicio clásico dentro del género que no augura demasiadas novedades. Sin embargo, ya desde buen inicio, podemos comprobar que la detallista puesta en escena va encaminada a explorar el terror desde lo psicológico, proponiendo una confrontación casi metafísica entre lo real y lo sobrenatural. La lujosa casa en la que vive Bet, como mandan los cánones del terror, está alejada de la ciudad y se encuentra junto a un lago que la separa de un bosque. Un enclave típico con matices. Bruckner se aleja del terror victoriano y sitúa la acción en una casa de arquitectura moderna y minimalista, un espacio idílico y diáfano en el que resaltan los enormes ventanales que bañan con luz natural la estancia.
La casa como una extensión del cerebro humano
Ese enclave no restará ni un ápice la capacidad que tiene el director para convertir el lugar en algo temible, es más, las apariciones fantasmagóricas en The Night House son especialmente perturbadoras al estar integradas de una manera inusual en las propias líneas invisibles que crean las paredes u objetos a nuestro alrededor (el mismo tipo de ilusión óptica que propone el Jarrón de Rubin). Resulta algo muy original y que sirve como metáfora para emborronar aún más la percepción entre lo que es real y lo que no.
La casa respira y tiene vida propia como la tenía en Relic (Natalie Erika James, 2020), ahondando en su misma idea de convertirla en una extensión del propio cerebro humano, siendo un laberinto de lóbulos/habitaciones que esconden secretos inconfensables entre las cajas y estanterías. Otra idea que se pone sobre la mesa con inteligencia es la manera en que los lugares se transforman en la oscuridad. La misma casa de día parece otra de noche. Puede ser nuestra percepción deformada por los terrores nocturnos de nuestra herencia colectiva o porque en realidad hay algo más. Ese juego de dualidad o espejo se explota posteriormente con la aparición de otra casa que simboliza el lado oscuro de las personas.
Los demonios internos se combinan con los demonios de ultratumba
The Night House está protagonizada por una prodigiosa Rebecca Hall que en muchas ocasiones aparece sola pantalla interactuando con un ente invisible que le acosa y podría ser producto únicamente de su imaginación. En ese sentido la película funciona a la perfección a dos niveles. Podemos verla como un filme de terror sobrenatural o como un drama psicológico sobre alguien que se enfrenta a los fantasmas de la pérdida. Cualquiera de las dos opciones es válida, es más, se retroalimentan entre sí. El personaje de Bet es incómodo. Empatizamos con ella en la soledad de su sufrimiento, pero cuando se encuentra junto a otros personajes su comportamiento la convierte en alguien borde y desagradable. Utiliza el sarcasmo hiriente y se excede con el consumo de alcohol. Supongo que se busca mostrar lo difícil que es relacionarse con alguien traumatizado, tanto para esa persona como para los que le rodean que no saben como tratarle.
The Night House es una historia de terror sensorial. Pese a ser una película muy visual, los sustos no provienen tanto de las apariciones espectrales como del uso del sonido y la música. Bruckner crea una atmósfera, por momentos, malsana e irrespirable que te cala los huesos y te provocará verdaderos escalofríos, incluso más allá de la proyección. Es un terror adulto que nos remite a los miedos más trascendentes que nos acompañan a lo largo de nuestra existencia, es decir, la muerte, el dolor o los sentimientos de pérdida y soledad. Son demonios tan peligrosos como los de ultratumba y pueden conducirnos a la autodestrucción.
The Night House es una historia de casa encantada que se va volviendo más siniestra y oscura a medida que Bet avanza en la investigación sobre el pasado de su difunto marido. Algunas influencias directas citadas por los guionistas y el director están en la literatura, «El Pueblo Blanco» de Arthur Machen, «La casa de hojas» de Mark Z. Danielewski o «Otra vuelta de tuerca» de Henry James. Si buscamos paralelismos en el cine deberíamos acudir a clásicos del terror que profundizaban en la mente quebrada de sus protagonistas realizados desde su propio punto de vista por Kubrick, Polanski, Aronofsky o Jennifer Kent. Es un terror que combina los demonios internos con los de ultratumba. Encontraremos, también, una terrorífica parte relacionada con el ocultismo y una mitología inventada para la película que recuerda al personal universo que tiene Clive Baker, lo que sienta las bases de lo que podremos encontrarnos en el remake/reboot de Hellraiser que está preparando el director junto a los guionistas de The Night House, seguro que será algo sorprendente y digno de ver.
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