Las críticas de José F. Pérez Pertejo:
West Side Story
Desde que saltó la noticia de que Steven Spielberg quería dirigir una nueva versión de West Side Story he leído y escuchado continuamente la palabra remake para referirse a ella, algo con lo que no estoy completamente de acuerdo. Poniéndonos puntillosos podríamos discutir sobre las diferencias entre un remake y una nueva versión de una obra que no nació concebida para el cine. El Hamlet de Kenneth Branagh (1996) no es un remake del de Lawrence Olivier (1948), ni este lo era de la versión muda de Hay Plumb (1913) por citar sólo tres de las varias decenas de versiones cinematográficas existentes de la atormentada vida del príncipe de Dinamarca concebida por William Shakespeare hace más de cuatrocientos años.
Y viene pintiparada la alusión al bardo de Stratford porque precisamente de una obra suya, Romeo y Julieta, bebieron en 1957 Leonard Bernstein, Arthur Laurents y Stephen Sondheim para dar a luz en Broadway West Side Story, uno de los musicales más populares y exitosos de todos los tiempos con multitud de sucesivas puestas en escena en escenarios de todo el mundo.
La primera versión cinematográfica del musical, coreografiada por Jerome Robbins y dirigida por Robert Wise en 1961 permanece indemne en la memoria cinéfila de todos cuantos la vieron en el momento de su estreno y de los que la hemos ido viendo cuando la edad nos ha ido dando para ello. Aquella película, de imperecedero éxito, se alzó con diez Óscar de Hollywood y el beneplácito, casi unánime, de crítica y público durante sus seis décadas de existencia.
Cabría preguntarse entonces por las razones por las que alguien de la talla de Steven Spielberg iba a cometer la osadía de hacer una nueva versión de una obra de la que ya existía un referente en apariencia insuperable. La respuesta se aparece diáfana al poco de comenzar a verla: además de por un indudable amor al musical en sí mismo, Spielberg ha querido hacerla porque tenia ideas (y talento) para hacer una versión aún mejor.
El West Side Story de Spielberg parte del mismo material argumental, pero a través de un guion de Tony Kushner que, además de una actualización del lenguaje, presenta un contexto más crudo, más pegado a la realidad del odio racial que late bajo el enfrentamiento entre las dos bandas rivales, los Jets y los Sharks en el que emerge la historia de amor entre Tony (Ansel Elgort) y María (Rachel Zegler). La versión de Kushner está más próxima al libreto original del musical que al guion que escribiera Ernest Lehman para la película de 1961.
Además, Spielberg ha optado por un casting mucho más acorde a la naturaleza de los personajes, de forma que los Jets (neoyorquinos descendientes de europeos) sean interpretados por actores caucásicos y los Sharks (puertorriqueños) por actores latinos con acento y giros idiomáticos latinos.
Estos dos elementos, guion y casting, marcan principalmente la medida en que la versión de Spielberg se aparta de la de Wise y Robbins, aunque reducirlo a eso supondría obviar el tratamiento de la imagen que hace Janusz Kaminski desde la dirección de fotografía y la (muy respetuosa) actualización coreográfica de Justin Peck de los números musicales que, sin lugar a duda, siguen siendo el mayor atractivo del film.
En cuanto al reparto no se puede hablar más que de aciertos empezando por una inmensa Ariana DeBose que se come la pantalla cada vez que está en plano y a la que se le ha puesto cara de Óscar a mejor actriz secundaria. Si esto ocurriera, sería la segunda vez que el papel de Anita proporciona la estatuilla a su intérprete, uniéndose al que en 1961 ganó una Rita Moreno que, a sus 90 años, también tiene un bonito papel en el film de Spielberg. Adorable está la debutante Rachel Zegler en el papel de María y convincente como Tony el habitualmente sosainas Ansel Elgort. De todas formas, la auténtica revelación de la película, junto a la citada Ariana DeBose no es otro que un soberbio Mike Faist como Riff, el líder de los Jets. Todos, a diferencia de la película de 1961, cantan ellos mismos completando un elenco vocal sobresaliente.
Con todos estos elementos, Spielberg asume todo su magisterio para justificar el porqué de una nueva versión filmando una película portentosa, un ejercicio cinematográfico mayúsculo en el que la cámara ejerce continuamente de elemento vehiculizador de la acción y la emoción. El nuevo West Side Story, a pesar de ser más fiel al musical original y a pesar de los homenajes al decorado del escenario de Broadway se despega totalmente de su naturaleza teatral para convertirse en puro cine. Imprescindible.
¿Qué te ha parecido la película?
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Totalmente de acuerdo con José Francisco. Una única puntualización. Imprescindible la V.O. Hay 2 momentos que reflejan el problema del doblaje. Uno, cuando Rita Moreno está dictando la carta en español para María, en la versión doblada parece que Tony es un analfabeto y no sabe escribir, cuando en realidad es que se la está dictando en español y no sabe español y el otro es cuando María habla con Anita delante del policía en español para que esté no se entere y vaya a avisar a Tony de que le espere y otra vez el policía no se entera porque habla en español y no lo entiende, mientras que en la versión doblada, parece que el policía es duro de oído.
Efectivamente, hace tiempo que no insisto en la importancia de la versión original porque me parece importante en todas las películas. Cada vez llevo peor ver películas dobladas y siempre trato de buscar los pocos pases que hay en V.O.S.E. pero es cierto que en este caso es particularmente importante. Coincido contigo.
La mejor, Ariana DeBose. Es digna de un Óscar. La actriz que interpreta a María, canta muy bien pero, para mi le falta chispa. La coreografía preciosa, las voces muy bien. Tenía curiosidad por verla. Aunque solo sea por la música y los bailes, vale la pena verla.
Totalmente de acuerdo, lo de Ariana DeBose es mayúsculo.
¿También mejora la coreografía del original…? Porqué recuerdo que hasta ahora WEST SIDE STORY era un musical…
https://youtu.be/C_IvknEFZGs
https://youtu.be/wugWGhItaQA
Hasta ahora y de ahora en adelante. West Side Story es un musical. Coreográficamente ambas películas son grandiosas, algunos números están mejor en la coreografía de Jerome Robbins y otros han salido ganando con la nueva coreografía de Justin Peck. Está en cada cual opinar cuál prefiere. Los dos enlaces a YouTube que usted acompaña a su mensaje son fantásticos. Cuando yo hablo de mejorar el referente de 1961 me refiero a la película en su conjunto, dejando claro que la película que dirigieron Robert Wise y Robbins es una absoluta maravilla. En cualquier caso, nos movemos en el terreno de las opiniones y yo no hecho más que expresar la mía.