Las críticas de Agustín Olivares en la CutreCon VII: El desafío de Hércules
La CutreCon VII ha puesto mucho empeño en reivindicar la figura de Luigi Cozzi. Por ello han proyectado 4 películas relacionadas con él, agrupando en un maratón dos de sus obras más carismáticas: Star Crash y Hércules (traducida como El desafío de Hércules en España). Vamos a rebozarnos en esta última.
Mi bien amado Filmaffinity dice: “Hércules, que tenía tanta fuerza como cien hombres, fue enviado desde los cielos por Zeus para combatir al Rey Minos y a su malvada hija Arianna, que intentaban someter a todo el género humano. Ya entre los hombres, el Rey Augelius, impresionado por su fuerza, le otorga el honor de ser el guardián de su hija Cassiopea. Hércules cumplirá su tarea, llevando a cabo fabulosas aventuras y combatiendo como un héroe invencible contra la malvada Arianna y el Rey Minos.”
Cuando dicen que Hércules es enviado desde los cielos es literal. Zeus (a.k.a. Papa Noel con barba postiza), Hera y Atenea viven en la luna, desde donde vigilan a los humanos a través de su marmita mágica. Desde allí envían al semidiós a la tierra para no se qué. Es decir, Hércules viene del espacio.
Si las interpretaciones de Star Crash eran demenciales, las de El desafío de Hércules son para partirse. Lou Ferrigno está tan ciclado que sus músculos exigen el riego sanguíneo que debería llegar al cerebro. Es por ello que cada vez que tiene una conversación siempre tiene rictus de “Hago como que te entiendo, pero no se de qué hablas”. El Zeus con barba postiza es para darle con un calcetín sudado, y la Aquawoman espacial da vergüenza ajena solo con verla (combo perfecto de cero carisma y atuendo carnavalero).
El resto de actores hacen lo que pueden, pero es que el guion no da para más. Incongruencias, agujerazos, porquesies… Y, sobre todo, situaciones muy raras. Mi favorita es cuando Hércules se pelea contra un oso (combinando cutremente imágenes de un oso real, un tipo disfrazado de oso y un trapo con textura de disfraz de oso). Cuando nuestro héroe gana y lo mata hace leña del árbol caído: coge al oso, lo zarandea y… ¡lo lanza al espacio! Un bocado delicado es ver al cuadrúpedo dando vueltas por las profundidades del cosmos.
El stop motion haría que Harryhausen se removiera en su tumba, y el ritmo de las luchas aburrirían hasta al más optimista. El resto de los efectos especiales, como poco, te dan escozor en los ojos: cuando se le congela el brazo a Hércules (de Razzi la cara de dolor de Ferrigno… De hecho se lo dieron), el juego de escalas con los bichos mecánicos, la espada láser del malo… Aunque lo más molón es el despegue del semidiós sobre su carro, tirado por… ¡un pedrusco! Menudo viaje cósmico se pega el tío, tan psicotrónico como el que se debió pegar Cozzi cuando escribió la película.
El diseño de la ropa, teniendo en cuenta de dónde venimos, está bastante contenido. Hay patinadas como la Aquawoman espacial, o el traje hiperapretado de Arianna (tan apretado que se le salen los pezones por arriba) pero, vamos, que podría ser peor.
En definitiva, debes ver El desafío de Hércules con colegas para tener una experiencia completa. Los efectos cutres, las acartonadas interpretaciones y los modelitos espaciales os harán pasar una tarde de escándalo. Quizá podrías aguantarla si estás sol@, pero mejor no te la juegues. Si te da una embolia es mejor estar acompañad@.