Peter Brosens ha presentado hoy en la 61 edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid su película King of the Belgians (El rey de los belgas), que codirige junto a su esposa Jessica Woodworth.
Se trata de una comedia con toques absurdos pero mucho mensaje centrada en el viaje que realiza el rey de Bélgica de vuelta a su país, un viaje que le llevará a descubrir el mundo real y a sí mismo. El director quiso aclarar que le «parece que el rey tenía que ser el protagonista, pues un rey no tiene poder, no es un trabajo», algo que durante toda la película deja claro, al mostrar al rey como una marioneta de su gabinete.
Brosens define la película como «una road movie con un viaje físico, pero también hay un viaje interior. Es una metáfora porque si un rey puede cambiar, por qué no un país entero «.
Los directores no quisieron «ridiculizar a un rey y todos los personajes son ficticios», siendo un giro en su filmografía, pues hasta la fecha tenían una trilogía que concluyó con La Quinta Estación, rodada en su propio patio, pero el cineasta explicó que «nos parecía peligroso repetirnos a nosotros mismos, así que hay continuidad con las películas anteriores, pasando de la tragedia absurda a la comedia absurda que predomina en esta película».
En lo referente a adoptar la técnica del falso documental, Brosens aclara que «como Jessica y yo venimos de documentales nos pareció bien mezclar la ficción con el documental», el cual es mostrado desde el punto de vista de las grabaciones del personaje del director británico, lo que «justifica la posición torcida de la cámara en algunos planos».
King of the Belgians puede parecer que aprovecha el momento actual de crisis de refugiados, al intentar traspasar la frontera hacia su país, pero el guión comenzó a escribirse en 2010 y «en ese momento no existía con esas dimensiones la crisis de los refugiados. la película por delante y luego se producen los hechos».
Quizá en España no conozca mucha gente el conflicto belga, pero «Bélgica son dos países dentro de uno, en la parte francófona no se hacen muchas bromas con la casa real, pero en la parte flamenca sí». Pero dado que hay mucha crítica y broma hacia la monarquía, en una de las salas más conocidas de Bruselas se decidió no proyectar la película, por ser «demasiado flamenca».