Con motivo del lanzamiento en DVD y Blu-ray de Cincuenta sombras de Grey, Universal Pictures España organizó el pasado viernes una tentadora mañana para los medios, que simulaba los planes que Christian Grey haría en nuestra capital en su hipotético cumpleaños. Por ello fuimos citados en el Hotel Silken Puerta de América para una charla sobre bondage.
Decorada para la ocasión con artilugios BDSM, en ella nos esperaban Almudena Martínez de Lily Blosson, Valeria Knop jefe de RR.PP. del hotel e Isabel Plaza de la organización.
Sin descubrir aun la inmensa habitación, tomamos asiento en el salón con sillones de cuero que rodeaban una mesita llena de bolsas de papel, gentileza de Lily Blossom, la tienda erótica que próximamente abrirá sus puertas en Claudio Coello 76.
Valeria nos dio la bienvenida al hotel y presentó a Almudena que no tardó en ponerse en situación. Sí, allí íbamos por el lanzamiento de Cincuenta sombras de Grey, pero en el fondo estábamos aun más interesados por lo que nos tenía que contar.
Se teoriza con que el bondage es una herencia de Japón, del hojojutsu samurai con el que vencedores sometían a vencidos a través de amarres con cuerdas. Con la influencia nipona que llego al Oeste de los Estados Unidos a finales del XIX, y a través de los dibujos eróticos de Seiu Ito en la primera mitad del siglo XX, el bondage se afianzó en Occidente. Todos hemos visto las sugerentes postales de Betty Page maniatada y sometida a los placeres de otra modelo, pero desde las primeras fotografías en revistas para hombres como Wink o Titter hasta el día de hoy, el bondage y las prácticas sadomasoquistas se han visto como perversiones en lugar de entenderlo como un modo más de vivir la sexualidad.
Tras la clase de historia tocaba la práctica, y Almudena nos invitó a abrir nuestras bolsas regalo que contenían una cuerda de cáñamo para aprender a hacer una esposas. Dicho y hecho, como obedientes alumnos fuimos practicando el amarre de muñeca en pareja. Mientras ella nos comentaba que los productores de la película pusieron las escenas de bondage en manos de un profesional del BDSM para montar escenas y espacios.
Desde No es cine todo lo que reluce agradecemos a Universal el que siempre nos sorprenda en esta clase de eventos y a Hoteles Silken su amabilidad, no solo por ofrecer un espacio inigualable, sino porque nos acompañaron en todo momento. Por mi parte he de agradecer a Lily Blossom mi regalito. Prometo, si se da el caso, ser una diligente ama.
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