Un ejemplo. Según el Ministerio de Cultura la película Hot Milk, de Ricardo Bofill, hizo una taquilla que superó los 200.000 euros. Sin embargo, los datos de la consultora EDI-Nielsen revela que en todos los cines de España, esta producción consiguió en su primer fin de semana 13.329 euros, y 489 euros en el segundo.
Un productor advierte que «el problema es que el propio sistema ha invitado al fraude todos estos años. Sale rentable hacer películas y comprar tú tus propias entradas». Entonces, para vivir de la subvención bastaría con inflar hasta tres veces el presupuesto real.
Una empleada de una productora denuncia también que con la película Soy un pelele, «en los estrenos, me daban un cuadro con tres cifras: los espectadores reales, los que se declaraban al Ministerio y las entradas que se compraban a dos cadenas de salas para justificar la diferencia». «Los espectadores reales eran poquísimos. No se gastaba nada en promoción», sentencia.
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Impresentable
Y es que encima…
ESTOY HARTO DE LA PALABRA "RENTABLE"
Es que los mandaba a Siberia…
Si en Siberia dan subvenciones, nos los mandes allí…
Con gentuza como esta asi va el cine