Hilarante corto el que nos ha ofrecido el director italiano Giulio Ricciarelli, ayer por la noche. En una minúscula población, el policía de guardia se aburre miserablemente, y, para solucionarlo, dota al pequeño puente, de unos 10 metros de largo, de la aldea, con dos semáforos para «regular el tráfico». Desternillante, divertidísima, y con un final que supone una guinda adecuada al argumento, es un canto a esa peligrosa tendencia que tenemos los humanos a complicarnos la vida con límites y regulaciones, que inconscientemente asimilamos aun cuando no sean ya necesarias. El corto apenas incluye diálogos, pero las reacciones, gestos y mímica están muy logrados, y consiguen su objetivo,que el espectador pase un buen rato. Excepcional labor de Ricciarelli dirigiendo, y de todos los actores en general. Por el momento, el mejor corto que he visto en la Seminci.
54 SEMINCI: Quinta Jornada (II). Ampelmann. Semáforo. Pequeño gran corto
Las críticas de Manuel M. en Seminci: Amplemann