La película gira en torno a Ofelia, una niña cuya madre está embarazada del capitán Vidal, y que al acercarse la fecha de dar a luz se trasladan ambas cerca del padre, para que su hijo nazca cerca de él. Pero la nueva ubicación no es la más adecuada para el parto, rodeada por la resistencia republicana que hace frente a su marido y genera un ambiente hostil y tenso, sobre todo para Ofelia. La niña, intentando huir de aquel caos, encuentra un bosque mágico que alberga un laberinto en el que habita un fauno, que con sus tretas la embauca y la convence de ser la princesa esperada y que deberá hacer frente a tres pruebas y de esa forma regresar a su mundo mágico, lejos de la guerra. Desde aquí Ofelia se adentra en una fantasía terrorífica que deberá hacer frente con gran coraje.
No estamos ante una película infantil de cuentos alegres y paisajes coloristas. Nos encontramos con un cuento oscuro y lugares lúgubres, perfectamente ambientado para esconder la doble personalidad del fauno. Tenemos que dejar claro que la película se divide en dos partes bien diferenciadas, la realista y la fantástica, que no se mezclan entre ellas, pero se integran y complementan perfectamente, dando las situaciones reales paso a las fantásticas con un doble sentido para el que se necesita ver la película dos veces. De esta forma descubrimos como la escena fantástica del banquete que no debe tocar Ofelia tiene lugar tras ser castigada en la «realidad» por su padrastro sin cenar.
La presentación de personas, de tramas y detalles están perfectamente narrados por del Toro. En el plano de los actores destacamos a Álex Angulo, en su papel de médico con doble moral, y Maribel Verdú, con un cambio de registro al que nos tenía acostumbrados, creando personajes con quienes es fácil identificarse, pero sin oscurecer el trabajo de Ariadna Gil, siempre perfecta en todos sus papeles. Sergi López merece mención especial por llegar a provocarnos odio hacia su personaje, un papel el del Capitán Vidal que llegas a aborrecer, pero perfectamente presentado. Y si tenemos que destacar un actor que no nos muestra su rostro, este es Doug Jones, que nos acostumbra en las películas de del Toro a presentar personajes caracterizados hasta el extremo, como Abe Sapiens en HellBoy, y aquí interpreta a un fantástico fauno.
Los efectos especiales y el maquillaje tienen una función muy importante en la película, pues no se trata de mostrarnos un mundo de fantasía en el que caigamos rendidos por su viveza, sino de presentar un mundo fantástico, oscuro y siniestro, que no desentone con la «vida real». Este mundo fantástico plagado de criaturas nacidas de la mente de del Toro, donde destaca no solo el fauno, sino cada uno de los seres que rodean estas experiencias que vive Ofelia, y donde tienen un especial encanto las hadas, con una aspecto nada habitual al que solemos tener en nuestra mente, dejando de ser seres amables y encatadores para recordar mucho más a un insecto con un vuelo errático. El Laberinto consigue quitarnos de nuestra mente el fantástico laberinto de la película de David Bowie, con sus oscuros pasadizos, sus lúgubres paredes llenas de arbustos secos… y ese tono gris que acompaña toda la película. Esta claro que es una de las primeras películas en las que del Toro nos muestra su particular repertorio de seres sacados de su cabeza, y eso hace que la sorpresa esté en cada escena, pero ese diseño de personajes lo ha repetido incluso en la secuela de HellBoy, y tras visionar de nuevo la cinta nos damos cuenta que en esta película los seres fantñásticos encajan a la perfección, pero no pueden ser usados dentro de cualquier mundo fantástico.
Una forma muy distinta de conocer la historia de España a través de un mundo de fantasía que sólo es capaz de salir de la cabeza de grandes genios como Guillermo del Toro, mostrando con gran maestría el toque adulto y el infantil, con una gran fluidez en la narración.
Nota de Davicine: Gracias a Uve por recomendarme realizar la crítica de esta película… ha sido todo un placer volver a verla.
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Ehem…La historia de España no se escribe en laberintos, ni es contada por seres mitológicos, ni cosas por el estilo. Es un episodio cruel, controvertido y manipulado de nuestra historia, en el que cada uno tira por un lado.
La Historia de España no se escribe en Laberintos, pero si es una opcion muy buena para plasmar la historia, y asi ganar espectadores que jamas irian al cine a ver un Documental de España.