Para esta 53 Semana internacional de cine de Valladolid se ha preparado un evento muy especial, que aunque deslucido de nuevo por la organización, nos ha permitido realizar a muchos de nosotros, cinéfilos de nacimiento, vivir una experiencia increíble, la posibilidad de ver la película Metrópolis, de Fritz Lang, con el acompañamiento de la partitura original de Gottfried Huppertz interpretada para esta ocasión por la Orquesta Sinfónica de Castilla y León, dirigida por Winfried Mitterer. Lo que parece tan largo de presentar se reduce a la maravillosa experiencia de disfrutar una película que es Patrimonio de la Humanidad, por la Unesco, con su banda sonora interpretada en directo, en un auditorio donde todos los presentes estaban asombrados de disfrutar de tal evento.
En la Seminci se tuvo ayer el placer por partida doble de disfrutar de todo el mundo «Metrópolis». Por la mañana,a las 11 de la mañana, se presentó en el Teatro Calderón el metraje inédito en Europa que se ha encontrado en Argentina. Un total de 15 minutos que nos permiten enlazar la historia original para que se traduzca de forma mas sencilla en una interconexión de escenas que parecían censuradas o simplemente mal unidas. A tal evento asistió la directora del Museo del Cine de Buenos Aires,que contó el origen y la aparición de dicha cinta dentro de una colección privada de cine mudo que fue donado por Manuel Peña Rodríguez. La original de 1927 que nos ha llegado a nuestros días, ha sido distribuida por Paramount y la Metro, quienes hicieron su particular corte para su emisión en los cines Estadounidenses, y de esa copia se ha realizado la restauración, junto con la partitura de Huppert , para la publicación del DVD que salió a la venta en 2003.
Casualidades de la vida, una nueva copia aparece este verano, y tras comprobar su estado, algo peor que la original pues ha sido trasladada a 16mm, estamos en disposición de poder ya visualizar dichos quince minutos, que hasta que no sean restaurados en su totalidad no se exhibirán en cines.
Y el segundo evento trascendental que se vivió ayer fue por la noche, en el Auditorio Miguel Delibes donde, gracias a los hados del cine, tuve la fortuna de adquirir las dos últimas entradas de la taquilla ubicada en la Plaza Mayor, y detrás mía pusieron el cartel de agotadas. Una hora y media de espera en una cola que se resume en un gran momento de satisfacción. al evento, por la noche, con gran cabecera de Metrópolis en el Recinto, con alfombra roja para las personalidades, nos disponemos a entrar en lo que será una experiencia magnífica, y así fue.
La película, que según creó era copia digital, se pudo ver en su totalidad con gran calidad, donde solo tuvimos una pequeña pausa de descanso para la orquesta en el final del preludio. La sincronización de la orquesta y la imagen fue perfecta, no dio pie al menor disgusto cinéfilo, no notábamos a penas la sensación de estar viviendo esta experiencia, pues tal fue la armonía que te involucrabas en las lacras de la sociedad que la película de Lang nos expone y pasaba desapercibida esa multitud de personas que te hacían sentirte uno mas dentro de Metrópolis.
El director para lo ocasión, Winfried Mitterer, delgado y elegante, que ya conoce lo que es interpretar esta partitura, aunque fuera de España y por dos veces, estuvo perfecto. Atento con el público y dirigiendo lo que para muchos es parte de nuestra cultura cinéfila, pues sin la música Metrópolis podría haber cambiado su sentido.
Las sensaciones que se vivieron fueron espeluznantes, solo afectadas por el malestar público de mucha gente que se quedó a las puertas del Auditorio por no haber logrado entrada, y a pesar de todo estar con bastantes butacas libres.
Todos los medios de comunicación hacen eco hoy del lleno absoluto de la proyección, lo que me gustaría aclarar: estuvieron dentro o vieron el cartel de «agotado». Mucha gente no logró entrada, pero lo cierto es que no sacaron todas a la venta, una quinta parte quizás, pues una parte mas iba destinada para los abonados, que debían lograr llegar a tiempo al recinto para canjear su abono, pues salían de otra proyección poco tiempo antes del inicio de esta. Y el resto de las butacas estaban destinadas a los «famosos», a las estrellas invitadas y a los compromisos. Cierto es que estuvieron muchas personalidades , cantantes, famosos varios, de los que les gusta la alfombra roja, y de representantes de sus películas en la Seminci, pero faltaron muchos, muchos que están en Valladolid solo para su promoción y no aman el cine como muchos de los que se quedaron fuera. Lo sentimos por ellos, no solo por los que se quedan fuera, sino por lo que tenían acceso a esta maravilla de proyección y decidieron quedarse en sus hoteles. Para los asistentes la experiencia se resumió en una ovación, un aplauso generalizado que obligó a salir al director en tres ocasiones, y al no tratarse de un concierto, me impidieron decir «otra, otra». Gracias, gracias los que aún piensan en nosotros para poder disfrutar de estas proyecciones.
PD: Se arregló el problema de venta de entradas online a través de un sistema de:
1.- una chica vende la entrada, te la dá en papel y te la cobra.
2.- otra lleva la cuenta a través de un folio y un bolígrafo.
3.- el ordenador lo apagas y ya no hay problema online.
Es una pena lo de la organización, que por lo que te he leido, y ya me habían contado antes, está siendo bastante mala.
De todas maneras es un orgullo como vallisoletano el qeu salgan tan bien actos como el que nos cuentas en tu crónica. Haber si para el año que viene la organización mejora, que la ciudad se lo merece.
Un saludo,
Pedro.