Crítica de ‘Hulk (2008)’

Después de la espeluznante primera película de Hulk, aclamada por crítica y público como una de las películas más malas de la historia en general, y de héroes en particular, esta segunda parte se veía venir con ciertos reparos. El director, Louis Leterrier, es responsable de películas como Transporter, de manera que existía cierta confianza en que fuera lo más parecido a una película de acción bien hecha.

Y la verdad, es que esta nueva entrega de Hulk es, cuando menos, una digna película. Lo primero a destacar es que, a pesar de ser continuación de la primera, el título busca desvincularse de la misma. Han aprendido la lección e intentan no recordar a su antecesora. Lo segundo, es que la historia está mejor elaborada y no se abusa tanto de los efectos especiales (en la medida que es eso posible). Las secuencias de acción son en general buenas, destacando sobre todo la que se desarrolla en las favelas de Brasil. Está muy lograda, y recuerda a otras recientes como las que se pueden ver en El Ultimatum de Bourne o en Cassino Royale. Un recurso que no esperas en una película de superhéroes, pero que engancha.

Entrando ya a calificarla, ciertamente no estamos ante una película de culto, pero cumple su función. Aunque el guión es un tanto débil, con algunos detalles poco trabajados, la película se ve sin que pienses que te están tomando el pelo (lo cual era una idea recurrente en la primera). La historia no va a sorprender a nadie, por supuesto, pero tiene suficientes giros como para darle un mínimo de emoción. Como detalle «freak», comentar que el villano de la película es algo completamente original de la misma. No recuerdo que exista en el universo Marvel. Si es así, por favor, hacedmelo saber.

Respecto a los dos protagonistas: Edward Norton cumple en su papel. Es un buen actor, lo cual es un pro, pero no termina de encajar como Bruce Banner. Liv Tyler proporciona una cara bonita a la historia, y actúa de manera convincente. Su papel es muy limitado y no permite grandes lucimientos, pero lo hace bien.

En definitiva, una película que logra romper la mala imagen que transmitió la primera, mejor trabajada, y sabiendo qué es lo que vas a ver, un buen remedio para una tarde de sábado.