Aunque es una secuela, la película transmite un ambiente muy distinto al que envolvía a su antecesora. Gotham tiene un aire mucho menos siniestro. No hay referencias a suburbios, zonas industriales, lugares tenebrosos… Ha perdido ese encanto, que, por otro lado, solo está ahí porque la primera vez que se hizo una película de Batman la hizo Tim Burton, con todo lo que eso significa.
Muchos de los protagonistas se mantienen con el mismo actor, salvo la ayudante de fiscal, interpretada por Maggie Gyllenhaal, en sustitución de Katie Holmes. Repite en la dirección Christopher Nolan. El plantel se completa con Aaron Eckhart, que interpreta al fiscal del distrito Hart. Todos ellos mantienen un nivel interpretativo bastante alto.
La trama, aunque sencilla, te mantiene siempre en tensión, tiene mucha acción, y se desarrolla durante más de dos horas y media en una de las películas más largas que he visto en mucho tiempo ( lo cual es un detalle, porque la mayoría de las películas con llegar a 90 minutos parece que cumplen el expediente ).
En definitiva, una gran película que, aunque ya ha sido «destronada» en taquilla, se ha convertido, por el momento, en lo mejor del verano.
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