Las críticas de Laura Zurita:
La trampa
Un padre y su hija adolescente acuden juntos a un concierto de pop, donde se dan cuenta de que están en el centro de un suceso oscuro y siniestro.
La trampa está dirigida por M. Night Shyamalan, e interpretada por Josh Hartnett, Ariel Donoghue, Saleka Shyamalan, Alison Pill, Hayley Mills, Jonathan Langdon, Mark Bacolcol, Marnie McPhail, Kid Cudi y Russ. La película se estrena en España el 9 de agosto de 2024, de la mano de Warner Bros Spain.
La más hitchcockniana de las películas del director
M. Night Shyamalan, reconocido por sus exploraciones en el género del thriller psicológico, vuelve a sorprendernos con La trampa. Esta nueva producción representa un retorno a sus raíces, donde el director ejerce un control creativo total al escribir y dirigir la película. La trampa se posiciona como una obra que rinde homenaje al cine de Alfred Hitchcock, siempre un referente de este director, explorando temas recurrentes en la filmografía del maestro del suspense y adoptando algunas de sus técnicas narrativas más emblemáticas.
Desde sus inicios con El Sexto Sentido (1999), Shyamalan ha demostrado una fascinación por los giros argumentales y revelaciones inesperadas. En La trampa, esta característica se mantiene y se combina con una exploración más profunda de la psicología de los personajes y la creación de atmósferas de tensión constante. La trampa se presenta como un homenaje a Hitchcock, no solo por su temática del suspense, sino también por su enfoque en la dirección de actores y la construcción de secuencias que mantienen al espectador al borde del asiento.
De esta manera, la prioridad no es ni la verosimilitud ni la discreta y refinada interpretación de emociones y sentimientos, sino la creación y el mantenimiento de la tensión, creando suspense en el espectador que sabe más que los personajes, y asiste impotente a que el tiempo pase y la crisis se acerque, sin poder afectar los acontecimientos.
Una banda sonora que sirve como hilo argumental
Una de las características más llamativas de La trampa es la forma en que resuelve una de sus principales intrigas al inicio de la película. Al revelar rápidamente la identidad secreta del protagonista, Shyamalan desplaza el foco de atención hacia la lucha por la supervivencia del asesino y la exploración de su compleja psicología. Esta decisión narrativa, arriesgada pero efectiva, nos sumerge en un juego psicológico donde el espectador se ve obligado a cuestionar sus propias percepciones y a empatizar con un personaje que, a priori, podría resultar repulsivo.
El director también hace un uso magistral de la música compuesta por su propia hija, Saleka Shyamalan, que también interpreta al personaje de Lady Raven. La banda sonora incorpora 14 temas que componen un disco, compuesto por ella expresamente para la película. El concierto que vemos en la película es un concierto real, con los temas tocados en el orden en que suenan en la película, lo que da un sello de autenticidad a la atmósfera de concierto juvenil. El haber creado el disco para la película permite que las letras de las canciones sean relevantes para la película en cada momento. La presencia de Saleka tanto como compositora como actriz añade una dimensión de calidad a la película y refuerza la idea de una obra concebida como un proyecto personal.
El desafío de la empatía
Sin embargo, a pesar de sus virtudes, La trampa no está exenta de ciertas limitaciones. En la segunda parte el director, ya en su salsa, nos regala una vertiginosa sucesión de giros de guion, probablemente para dejarnos pegados a los asientos. Muchos de ellos son geniales y nos dejan sorprendidos y expectantes, pero otros parecen un tanto pillados por los pelos. El final de la película puede resultar controvertido y deja al espectador con un sabor agridulce. Como no deseo una secuela y prefiero finales más definidos, mi opinión es que el desenlace no está a la altura del resto de la película y que ciertos elementos de la trama quedan sin resolver.
El personaje de David, el padre, constituye uno de los ejes centrales de la trama en La trampa. Shyamalan nos presenta a un protagonista atípico, un hombre que, a pesar de que sepamos que es un asesino en serie, logra generar empatía en el espectador. Esta construcción compleja del personaje resulta un estudio de carácter fascinante, y un juego con el espectador que es al tiempo incómodo y fascinante, porque por mucho que queramos, no podemos evitar ver la situación desde el punto de vista del antihéroe. Un claro referente es la escena de Psicosis en la que observamos expectantes si Norman Bates va a conseguir deshacerse de un coche que sería una prueba contra él, y los espectadores, gente de orden, deseaban sin embargo que se librara, muy a su pesar. Shyamalan consigue el mismo efecto, pero aún más meritorio por ser duradero en el tiempo.
Un desenlace controvertido
La revelación temprana de su pasado criminal sitúa a David en una posición ambigua. A pesar de conocer su oscuro secreto, el espectador se ve arrastrado por su encanto, deseando que el protagonista logre escapar de sus perseguidores. Esta inversión de roles, donde el villano se convierte en el héroe de La trampa, es una de las grandes apuestas de la película y resulta sumamente efectiva.
La constante amenaza que pesa sobre David en La trampa lo convierte en un personaje curiosamente trágico. Su lucha por la supervivencia se convierte en el motor de la trama, impulsándolo a tomar decisiones extremas y a poner en peligro a quienes lo rodean. Esta tensión entre la necesidad de proteger a su familia y la necesidad de salvarse a sí mismo crea un conflicto interno que enriquece la psicología del personaje. Shyamalan logra humanizar a David, mostrándonos sus vulnerabilidades y sus miedos. Sin duda, el mayor logro de Shyamalan es lograr que el espectador empatice con un personaje tan oscuro.
En conclusión, en La trampa Shyamalan demuestra una vez más su habilidad para crear historias intrigantes y personajes complejos. Aunque el final pueda generar cierta división de opiniones, la película en su conjunto es un homenaje sólido al cine de Hitchcock y una muestra del talento de un director que sigue explorando nuevos caminos dentro del género del thriller psicológico. M. Night Shyamalan sigue siendo uno de los cineastas más interesantes de nuestra época.
¿Qué te ha parecido la película La trampa?