Las críticas de Ignacio Mittenhoff:
Dunia y el eco del tambor
Dunia y sus abuelos se instalan en Canadá, un nuevo país que, a pesar de ser frío, se convierte en su cálida casa de acogida después de marcharse de Siria. Allí encontrarán muchas cosas distintas: la lengua, comidas desconocidas y estaciones que no habían vivido antes. A pesar de esta diversidad, Dunia y sus abuelos descubren la belleza de la multiculturalidad, mientras hacen nuevas amistades. A través de su relación con Rosalie y Miguizou, Dunia se ve arrastrada al mundo de la música, descubriendo un poder transformador que ilumina su nueva vida.
Dunia y el eco del tambor es la segunda parte de Dunia y otros cuentos del mundo, distribuida por Rita & Luca Films, un programa protagonizado por niños y niñas luchadoras, imaginativas y esperanzadoras que representan la unión de culturas y la necesidad de acoger y respetar al otro. Está dirigida por Marya Zarif y André Kadir, y producida por Tobo Media (Canada). La productora y distribuidora francesa Dandeloo, ganadora de un Emmy, está detrás de una colección de medios de animación con protagonistas femeninas que fomentan la resiliencia. Dunia es uno de estos proyectos, como son Mamá es pura lluvia y El viaje de Bu (que forma parte del programa Pippi y el señor sin sueño), también distribuidos en nuestro país por Rita & Luca Films. La película se estrena en algunas salas de cine el día 22 de marzo de 2024.
Una grata sorpresa entre las películas de animación
Entre tanta cinta de animación de las grandes productoras, con sus grandes presupuestos y su poder a la hora de distribuir la película por las salas de cines de todo el país, muy de vez en cuando suelen aparecer pequeñas (o grandes) sorpresas como es esta película que nos ocupa. Una película que habla sobre la diversidad, la amistad y la tolerancia hecha por y para los niños.
Todo hay que decirlo. El comienzo de la película es lento. Cuando uno ve que la duración del film es de 50 minutos, y los primeros diez son un poco soporíferos, es fácil pensar: «Menos mal que solo me quedan 40…como toda la película sea así se me va a hacer muy larga». Pues todo lo contrario. Según avanza el film, va cogiendo ritmo, aparecen los momentos de ternura, momentos muy graciosos, y momentos donde es posible que se nos escape alguna que otra lagrimilla. Y todo eso en solo 40 minutos, todo un logro sin lugar a dudas.
Unos personajes muy variopintos y a la vez muy entrañables
La película nos presenta a Dunia, una niña que ha tenido que huir de un país en guerra y se ha trasladado junto a sus abuelos a un lugar totalmente desconocido para ellos. Nuevo país, nuevo hogar, nueva lengua, nuevas costumbres y nuevos amigos… quizá demasiados cambios para una pequeña que ha perdido a su madre en la guerra y desconoce el paradero de su padre. Pero la amistad que entabla con Rosalie y Miguizou, dos niñas del pueblo, le harán pasar momentos inolvidables, y descubrir que no son tan distintas entre ellas, teniendo más cosas en común de lo que imaginan.
La película está plagada de personajes secundarios que son realmente adorables. Por un lado tenemos a los abuelos de Dunia, dos ancianitos con muchas ganas de vivir y sin miedo a enfrentarse a esta nueva situación que se les ha presentado. También están los padres de Rosalie, dos personas con mucha vitalidad que no dudan en integrar a Dunia y sus abuelos en la comunidad, ayudándoles en todo lo que pueden. También tenemos al conocido como el hombre lobo, un personaje que, tras su aspecto de hombre rudo con su capa de lobo, esconde una personalidad afable y tierna. También tenemos a los compañeros del colegio al que asisten Dunia y sus amigas, con el típico matón que no puede faltar. Y la abuela de Miguizou, una señora entrañable de raza india con una sabiduría por encima del resto. Y, por último, el padre de Dunia, una persona que no ceja en su empeño de encontrar a su hija, y aprovechará las señales que ésta le manda para lograr encontrarla.
La banda sonora, un elemento clave para el desenlace
La música es otra de las grandes protagonistas de la película. La banda sonora acompaña durante todo el film con melodías tiernas y calmadas. Y, en el momento en que cobra más protagonismo, nos encontramos con una canción que, sin llegar a cumplir las reglas de las rimas asonantes y consonantes, es tremendamente pegadiza, y la seguirás cantando durante un buen rato aunque ya hayas terminado de ver la película. En cuanto al aspecto gráfico, nos encontramos con unos dibujos que recuerdan a los de antaño, hechos a la vieja usanza, pero tremendamente bellos y muy efectivos.
En definitiva, Dunia y el eco del tambor es una película bella, de corta duración, pero muy directa con el mensaje que quiere transmitir. Un mensaje de paz, de esperanza, de creer que todo es posible a pesar de las adversidades que nos podemos encontrar en el camino de la vida. Una película que nos enseña a buscar el apoyo en lo que tenemos más cerca, bien sea nuestro vecino o algo tan simple como la música. Es una pena que cintas con tanta calidad no lleguen a todos los cines de nuestro país, y que solo unos privilegiados puedan gozar de la calidad de esta película.
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Dunia y el eco del tambor
