Las críticas de Laura Zurita:
Yo capitán
Seydou y Moussa son dos jóvenes que abandonan Dakar para emprender camino a Europa. Una odisea contemporánea a través de los peligros del desierto, los horrores de los centros de detención en Libia y los peligros del mar.
Yo capitán está dirigida por Matteo Garrone (autor de las inolvidables Gomorra y Dogman) y protagonizada por Seydou Sarr, Moustapha Fall e Issaka Sawadogo. La película es estrena en España el 3 de enero de 2024 de la mano de Caramel Films.
Ingenua y legendaria
Después de recibir el León de Plata al Mejor director y el Premio Marcello Mastroianni al Mejor Actor Revelación para Seydou Sarr en el Festival de Venecia, la nueva película de Garrone, Yo capitán, será la representante de Italia en los Premios Oscar 2024.
Yo capitán retrata el viaje de dos jóvenes que parten de su Dakar original en busca de la tierra de leche y miel que está situada en Europa. El director ha declarado que la película debería ser de obligado visionado en Europa, para informar acerca de las penurias que sufren los emigrantes subsaharianos en su emigración a Europa. También ha declarado que quería que la película funcionara como una advertencia a los jóvenes que quieran emprender ese viaje para disuadirlos de lo que puede ser una trampa mortal.
Ahora bien, si eso era su intención, no me da la impresión de que lo haya conseguido. La película muestra un viaje lleno de horrores y trampas, pero es muy optimista y su desarrollo es previsible y bienintencionado. La palabra épica se utiliza a menudo para describir a Yo capitán, en el sentido de que se describe a una hazaña, una epopeya, el viaje de un héroe hacia su destino. Pero también se podría describir como legendaria, porque es una relación de sucesos que tienen más de maravillosos que de históricos o verdaderos, como diría la RAE en su prosa precisa.
El viaje está lleno de peligros, traficantes deshonestos, policía corrupta, momentos de alegalidad, en la que los más poderosos establecen sus propias leyes, a costa de personas que se han hecho, por sus propios actos, invisibles y aisladas de los marcos legales nacionales. Pero Garrone quiere a sus personajes, y les da un tratamiento privilegiado en oposición a los muchos que quedan en el camino. Garrone evita asimismo descubrir, al final, que no hay tanta leche y miel en Europa, y lo que espera a los inmigrantes cuando llegan. O quizás lo deje para una narración posterior, una segunda parte, porque no hay duda de que el director se siente muy comprometido con estas personas y sus destinos.
Naturaleza inmisericorde
Desde un punto cinematográfico hay momentos brillantes en Yo capitán. Por una parte, la descripción de la vida en Senegal, la calidez de las familias y el colorido y fuerza de sus celebraciones. Por otra, los paisajes impresionantes y solitarios, con vehículos descritos como frágiles cáscaras que transportan a personas diminutas, indefensas, casi lastimosas, en medio de una naturaleza indomable e inmisericorde.
Otra naturaleza, la naturaleza humana, se describe en brochazos vigorosos e impactantes. La crueldad y la codicia de los traficantes de personas, la indiferencia de las autoridades, ya sea la policía de los países africanos o los guardacostas europeos, pero también la solidaridad de personas anónimas, en momentos en los que una pequeña ayuda puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.
Yo capitán funciona, en buena parte, debido al buen hacer de sus protagonistas, jóvenes actores no profesionales. Emanan fuerza y buena química entre ellos, y hacen creíble la audacia ingenua y poderosa que lleva a sus personajes hacia adelante a pesar de los pesares.
También es de destacar que el autor ha utilizado testimonios de personas africanas que conocen de primera mano el tema de la emigración y sus consecuencias. Estamos hablando de vivencias reales, lo que da al guion de Yo capitán un tono de verdad, a pesar de que su optimismo e ingenuidad sea mayor que su verosimilitud. Pero, al fin y al cabo, el cine no es la vida, y las leyendas, por encima de su aparente ingenuidad, son también con una manera de construir un relato, y con ello, la realidad.
Yo capitán es un relato optimista y colorido sobre la vida en África y la difícil odisea de los emigrantes subsaharianos que se enfrentan a dificultades y peligros para llegar a un destino incierto. Su tema, actual y urgente, su fuerza visual y sus enormes protagonistas hacen que esta película sea una experiencia cinematográfica relevante y necesaria.
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