Las críticas de Ignacio Mittenhoff:
Tony, Shelly y la linterna mágica
Tony tiene una característica única de nacimiento: ¡brilla! Pero pasa los días escondido en casa, en su búnker de mantas y soñando con tener a alguien con quien jugar. Los días antes de Navidad, una peculiar niña llamada Shelly se muda a su edificio y pone su mundo del revés. Juntos se embarcarán en una aventura mágica y descubrirán el fascinante misterio del edificio en el que viven.
Tony, Shelly y la linterna mágica es una película de origen húngara y checa que está dirigida por Filip Pošivač, y cuyo guión ha sido creado por Jana Šrámková. La película nos adentra en un mundo mágico animado mediante la famosa técnica del stop-motion. Este procedimiento, tan tradicional como laborioso, consiste en captar la esencia del movimiento a través de la sucesión de muchas fotografías de personajes en escenarios meticulosamente diseñados. La película se estrena en las salas de cine de nuestro país el 15 de diciembre de2023 de la mano de Rita & Luca Films.
Un soplo de aire fresco dentro del cine de animación
Después de ver tantas película de animación, es un soplo de aire fresco poder disfrutar de un nuevo trabajo elaborado con la técnica del stop-motion. Películas clásicas como James y el melocotón gigante, Chicken Run: Evasión en la granja o Pesadilla antes de navidad, y otras más actuales como Cavernícola o Los mundos de Coraline ya emplearon esta técnica tan laboriosa y, para algunos, poco atractiva. Sin duda alguna son películas de gran calidad, que se aleja de todo lo relacionado con las nuevas tecnologías, y nos ofrece algo arriesgado y no del gusto de todos los públicos.
Tony, Shelly y la linterna mágica nos presenta una comunidad de vecinos muy a la española. Los personajes principales representados en ella bien podrían ser los de cualquier edificio de nuestra ciudad: un conserje un tanto enigmático, una señora muy cotilla y echada «palante», unos niños un poco gamberros y unos señores de la tercera edad que se dejan llevar por la corriente que en ese momento tenga más fuerza. Y, entre medias, una familia clásica con unas cualidades muy específicas y otra familia monoparental que se acaban de mudar al edificio.
Imaginación al poder
La película se centra en los dos personajes infantiles principales, Tony y Shelly. Él es un niño megaprotegido, que siempre está atado a una larga cuerda cuyo inicio está en el salón de su casa, para que no pueda salir del edificio debido a una característica singular y única. Ella es una niña acostumbrada a viajar debido al trabajo de su madre, y que tiene una gran imaginación que expresa a través de su linterna mágica. Queda sombrada cuando ve que otro niño puede ver lo que ella ve, dejándonos caer que cada vez cuesta más que los niños empleen su imaginación para jugar.
Entre los dos llevan todo el peso de la historia. Luego hay otros personajes secundarios, como la vecina con ansias de poder, que está deseando hacerse con el control del edificio para construir toda clase de lujos. También tenemos a la hija de ésta, un niña gamberra y repelente que solo desea hacer el mal, sin mirar las consecuencias que puedan tener sus acciones. El conserje del edificio también tiene un papel secundario pero vital en la trama. Y las dos familias de Tony y Shelly, unos muy preocupados por el bienestar de su hijo, y que no dudan sobreprotegerle con tal de que nada malo le ocurra, y la otra, la madre de Shelly, una famosa bailarina venida a menos que no termina de encontrar su sitio, y se preocupa más por su fama y su trabajo que por el confort de su hija.
Una trama simple que encierra una gran complejidad
La trama de la película puede ser sencilla y compleja a la vez. Por momentos la película transcurre con lentitud. No hay escenas de acción que nos hagan estar muy pendientes de lo que pasa en la pantalla. El ritmo es muy pausado, y esto hace que, si los más pequeños no se enganchan desde el principio, puedan caer en el aburrimiento. Y no digo que la película sea aburrida, pero hay momentos que se echa en falta un poco de acción o de comedia que no nos haga desconectar de ella.
Visualmente la película es bonita, diferente, original, como suele ser con todas las películas que usan la técnica del stop-motion. Aunque a veces puede resultar algo oscura, resultando ser algo paradójico cuando nuestro protagonista es un niño que brilla. Las «pelusillas» que aparecen durante toda la película representan algo que los más pequeños les puede costar entender. Incluso el público adulto puede perderse un poco en la trama, con cosas que simbolizan algo, pero que no termina de estar del todo claro.
Los momentos más bellos, sin ninguna duda, son aquellos en las que los protagonistas se ponen a imaginar cosas. El uso de la linterna mágica nos abre un mundo amplio, bello, un mundo que solo ven ellos, pero con infinidad de posibilidades. Un mundo que todos deberíamos ver, y no centrarnos solo en lo malo, en los oscuro, en esas «pelusillas» que a veces invaden nuestro mundo, y que si no somos capaces de controlar, se convierten en una gran bola negra difícil de salvar. El apoyo en la familia es fundamental si somos capaces de ver más allá de nuestros ojos.