Las críticas de Óscar M.:
Misión: Imposible- Sentencia Mortal Parte I
En Misión: Imposible – Sentencia Mortal Parte I, Ethan Hunt y su equipo del FMI, se embarcan en su misión más peligrosa hasta ahora: localizar, antes de que caiga en las manos equivocadas, una nueva y terrorífica arma que amenaza a toda la humanidad. En esta tesitura, y con unas fuerzas oscuras del pasado de Ethan acechando, comienza una carrera mortal alrededor del mundo en la que está en juego el control del futuro y el destino del planeta. Enfrentado a un enemigo misterioso y todopoderoso, Ethan se ve obligado a considerar que nada puede anteponerse a su misión, ni siquiera las vidas de aquellos que más le importan.
Misión: Imposible – Sentencia Mortal Parte I está dirigida por Christopher McQuarrie, quien también se ha ocupado del guion junto a Erik Jendresen (basándose en la serie de televisión creada por Bruce Geller), y está protagonizada Tom Cruise, Hayley Atwell, Ving Rhames, Simon Pegg, Rebecca Ferguson, Vanessa Kirby, Esai Morales y Pom Klementieff. La película se estrena en cines el 12 de julio de 2023 de la mano de Paramount Pictures.
Misión: Recuperar el tiempo perdido
Desde que Ethan Hunt apareciera en las pantallas de los cines por primera vez han pasado veintisiete años, y cinco desde que lo vimos por última vez. Cuando vimos Misión: Imposible las adaptaciones al cine de las viejas glorias televisivas estaban en alza (la serie original ya tiene 56 años) y su estreno fue uno de los más taquilleros de 1996 (457 millones), sólo por detrás de Independence Day y Twister.
Pero, aunque Misión: Imposible – Fallout (la dejadez de las productoras por traducir los títulos ha ido en aumento estos años) en 2018 quedó en un octavo puesto de recaudación (cuando dividir las secuelas en dos partes era la nueva estrategia de los estudios), la taquilla casi duplicaba a la primera entrega y rozaba los 800 millones de dólares a escala mundial.
La llegada del omnipresente Covid trastocó los planes de estreno de la séptima y octava entrega de la saga programados para 2021 y 2022, pero Misión: Imposible – Sentencia Mortal Parte I ha conseguido ver la luz el verano de 2023 (con la segunda parte preparada para el próximo año) para devolvernos a un mundo plagado de espías internacionales, secretos de estado inconfesables, persecuciones inimaginables y escenas de acción incansables.
Una nueva misión para viejos conocidos
Tom Cruise vuelve a liderar al grupo secreto de espías más longevo del cine por detrás de James Bond, en una nueva aventura que, sorprendentemente y contra todo pronóstico, continúa siendo actual e interesante sin caer en la redundancia, a pesar de repetir casi esquemáticamente el guion de la sexta entrega (fiesta incluida): las persecuciones que vimos anteriormente por las calles de Londres y París son ahora las de Roma y Venecia, pero antes pasamos por Abu Dabi y terminamos en el bucólico paraje de Los Alpes austríacos (previamente la ubicación final de la sexta parte fue Cachemira).
El cierre de ciclo argumental que supuso la anterior secuela permite a la historia de esta primera parte de la séptima película que innove manteniendo a los personajes que le interesan al guionista y director Christopher McQuarrie (quizás únicamente se aprecie la ausencia de JJ Abrams por la omisión de las luces distorsionadas), quien ha construido una secuela repleta de acción sin descanso y con un montaje que casi llega a las tres horas, pero que mantiene al espectador despierto en todo momento.
La base de la nueva misión puede no ser demasiado novedosa, pero conseguir mantener el nivel de interés durante tanto metraje es algo elogiable tanto para McQuarrie como para todo el reparto. No hay descanso para el público, ni argumental ni físico (desde aquí pido que las películas de casi tres horas vuelvan a tener un intermedio y culpo a James Cameron de las duraciones excesivas), Cruise consigue convencernos de que esta interminable carrera se produce contrarreloj.
Personajes que engrandecen la historia
Cruise tiene muy asentado ya al personaje y no hay mucha novedad al respecto: la integridad y la dedicación total de Ethan Hunt a la causa está más que probada desde prácticamente la primera entrega. Algo similar sucede con el resto de integrantes de su equipo de élite, los actores ya no tienen que vender a sus personajes a la audiencia y eso ayuda a que estén más relajados interpretándolos.
Entre las nuevas incorporaciones merece una mención especial Hayley Atwell, por estar más joven que cuando protagonizó Agente Carter y por interpretar a la perfección a un personaje que nos genera más dudas que respuestas. Encaja bien dentro de la trama y su interacción con el resto de personajes la coloca al nivel de actrices ya asentadas en la saga, como Rebecca Ferguson y Vanessa Kirby.
Esai Morales pone cara a un antiguo rival de Hunt, pero nuevo para la audiencia. Aunque no deja de ser un villano que se han sacado de la manga y Morales no hace mal trabajo, este villano resulta algo leve si lo comparamos con el megalómano anterior que tuvo al protagonista enredado durante varias películas con tramas independientes. El mayor problema es que el personaje parece el típico secuaz sin frase que acaba desmembrado antes de la escena final con el verdadero enemigo.
La novedad cómica y autorrefencial
Algo con lo que la saga había coqueteado en películas anteriores pero que no había terminado de asentar plenamente eran los golpes cómicos y los detalles autorreferenciales que ahora llenan Misión: Imposible – Sentencia Mortal Parte I. No son simples puntillas finales en los diálogos, son secuencias completas que están salpicadas de momentos cómicos (no paródicos) que rebajan necesariamente la escalada de tensión imperante en el argumento.
De la misma manera, referencias a otras películas protagonizadas por Cruise fuera de la franquicia también están presentes (Top Gun y Al filo del mañana) y detalles de otras entregas de la saga se recuperan, homenajean y rehacen casi treinta años después, por ejemplo el reiterado uso de las caretas o terminar la historia en un tren a toda velocidad.
Estos ingredientes son justo lo que necesitaba la saga para mantenerse fresca, ese punto de autoconsciencia que ahora impregna a las secuelas cinematográficas. Ya no es suficiente con mantener la continuidad argumental o del reparto, el público necesita que los personajes sean conscientes de sus propias aventuras pasadas y actúen en consecuencia a ellas, no es una aventura nueva es su siguiente aventura.
Imposible de mejorar
Misión: Imposible – Sentencia Mortal Parte I llega en el momento perfecto en el que la cartelera cinematográfica está hastiada de superhéroes (la propia Disney ha trasladado sus mejores propuestas a su plataforma de series) y hay una enésima revitalización de clásicos (la quinta entrega de Indiana Jones lleva un par de semanas estrenada), un momento ideal para reencontrarse con la aventura clásica, la acción sin descanso y la tensión argumental al límite.
La primera mitad de la séptima entrega de la saga no defrauda y consigue ser mejor que la anterior secuela, que ya era considerada como una de las mejores de la franquicia. El tiempo de descanso que ha sufrido la producción la ha beneficiado para no saturar al espectador, quemar a los personajes y ayudar a mejorar la historia.
A pesar de que Misión: Imposible – Sentencia Mortal Parte II no llegará hasta el verano de 2024, su espera merecerá la pena y seguramente el desenlace de esta historia estará lleno de giros inesperados, acrobacias impensables y persecuciones imposibles, una constante en todas las películas de una saga y de un actor protagonista que no da muestras de cansancio en ningún momento.