Las críticas de Laura Zurita:
Glassboy
Pino tiene once años y padece hemofilia, una enfermedad que lo vuelve físicamente vulnerable y lo obliga a vivir encerrado en su casa. Desde la ventana de su habitación observa a un grupo de amigos, sueña con unirse con ellos, y mientras dibuja cómics. El día que Mavi, la líder del grupo, lo invita a unirse, para él comienza una exploración del mundo exterior, con todos los riesgos y oportunidades que ello conlleva.
Glassboy está dirigida por Samuele Rossi e interpretada por Andrea Arru, Loretta Goggi, Rosa Barbolini, Stefano Trapuzzano, Mia Pomelari, Gabriel Mannozzi De Cristofaro, Luca Cagnetta, Stefano Di Via, Emanuele De Paolis y Pascal Ulli. La película se estrena en España el 9 de junio de 2023 de la mano de European Dream Factory.
Un niño de cristal
El título de Glassboy recuerda al Señor Cristal de El protegido (M. Night Shyamalan, 2000). Como la triste figura encarnada por Samuel L. Jackson, Pino tiene una rara enfermedad que lo aísla de otros niños, y vive protegido en su casa. Pero ahí acaban las similitudes. Nunca se menciona en la película, pero el guion de Glassboy deja entender que la enfermedad de Pino se trata de hemofilia, que puede ser muy peligrosa pero deja que el niño pueda moverse con cierta liberta.
Pino es vital y ágil, y se interesa de veras por el grupo de chavales a los que observa a través de su ventana. Sus padres son atentos, su profesor solemne y su abuela tiene un aire de Cruella de Vil a la italiana y sin abrigos de pieles. La abuela, toda una aristócrata, quiere y mima a Pino con una posesividad y sobreprotección que Pino resiente un poco.
Pino tiene, por lo demás, todo lo que un niño puede desear: Juguetes, libros por doquier, clases a domicilio, una imaginación desbordante y el don de saber dibujar. Es muy bonito ver cómo los dibujos de Pino se encajan en la acción, abriendo y cerrando la película, y convirtiendo a Pino en un narrador que nos cuenta el mundo a su manera. El inicio de Glassboy tiene un aire de cuento y maravilla, que atrapa al público, sobre todos a los más pequeños.
Película luminosa y optimista
Glassboy es luminosa y optimista, y da alegría de vivir aunque haya dificultades en el camino. Eso se realza con la fotografía, llena de luz y tonos cálidos, muy en consonancia con el mensaje de la película. La música, alegre y pegadiza, contribuye también a eso, y es un placer cuando los actores rompen a bailar sin más motivo que la alegría de vivir.
Los protagonistas son niños que pronto entrará en la adolescencia, y forman un grupo amable y simpático, recordando a películas familiares como Los cinco o Los Goonies. Los jóvenes actores están dirigidos con ligereza y buen hacer, y sin duda servirán de objeto de identificación de los más jóvenes.
Por todo ello, Glassboy es apropiada para ver en familia, y será un visionado agradable y fácil para todas las edades, uno de esos que lleva el verano y el optimismo consigo.
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Glassboy
