Las críticas de Laura Zurita:
La sirenita
Ariel, la más joven de las hijas del Rey Tritón y la más desafiante, desea saber más sobre el mundo más allá del mar y, mientras visita la superficie, se enamora del apuesto Príncipe Eric. Si bien las sirenas tienen prohibido interactuar con los humanos, Ariel debe seguir su corazón. Así, hace un trato con la malvada bruja del mar, Úrsula, que le da la oportunidad de experimentar la vida en la tierra, lo que pone en peligro su vida y la corona de su padre.
La sirenita está dirigida por Rob Marshall e interpretada por Halle Bailey, Jonah Hauer-King, Melissa McCarthy, Javier Bardem, Jude Akuwudike, Noma Dumezweni, Jessica Alexander, Kajsa Mohammar, Lorena Andrea y Daveed Diggs. La película se estrena en España el 26 de mayo de 2023 de la mano de Walt Disney Studios Motion Picture Spain.
¿Cine de animación o de acción real?
Disney sigue en su programa de hacer remakes de sus películas de animación con actores de carne y hueso. Un breve repaso nos recuerda 101 Dálmatas y su secuela, 102 dálmatas, Alicia en el País de las maravillas (2010), Maléfica (2014), Cenicienta (2015), El libro de la selva (2016), La Bella y la Bestia (2017), Dumbo (2019), Aladdin (2019), El rey León (2019), Mulán (2020) y la denostada Pinocho (2022).
Cierto es que la distinción entre acción real y animación es cada vez menos clara, aparte de que los actores ponen su físico en las llamadas de acción real, y La sirenita es un buen ejemplo de ello. Las escenas sobre la superficie están hechas en decorados, pero todos los efectos acuáticos y subacuáticos se hacen a base de efectos especiales, desde las irisadas colas de las sirenas, los movimientos flotantes, los pecios y sus tesoros hasta las criaturas no humanas (qué simpático siguen siendo Sebastián, con su peculiar acento).
Puede tener sentido hacer remakes de películas conocidas si hay innovaciones cinematográficas, o la nueva obra tiene personalidad propia. Lo vimos en la oscura Dumbo de Tim Burton, la elegante Living de Oliver Hermanus o la maravillosa West Side Story de Steven Spielberg. Pero da un poco de pereza ver nuevas películas que básicamente repiten aquella en la que se basan (o a la que copian), añadiendo caras de actores y espectacularidad, pero sin ningún añadido creativo. Y este es el caso de La sirenita, que sigue fielmente la historia de la versión de 1989. Es curioso que nos refiramos ya a esta historia como la original, y no se recuerde el cuento inspirador de Hans Christian Andersen, a quien se menciona religiosamente en los créditos aunque muy poco queda de la idea inicial. La sirenita es vistosa, agradable y colorida, y entretiene durante su visionado, pero no ofrece nada nuevo, a pesar de todo el tiempo extra que se ha añadido.
Y es que La sirenita es excesivamente larga, sobre todo si se piensa que una parte importante de su público será infantil. Se han prolongado las escenas submarinas, dándole más tiempo a la descripción de las razones de Ariel para salir del agua, por lo que el metraje se va a los 135 minutos, casi una hora más que la película de animación.
Mundo submarino deudor de Avatar
Las escenas submarinas son claramente deudoras de Avatar: El sentido del agua, aunque sin alcanzar su mismo grado de belleza y perfección, que no en vano se ha convertido el estándar de las tomas acuáticas. Tampoco los personajes submarinos terminan de cuajar, ya que a la familia de Ariel se le concede pocos minutos. Disfrutamos de unas muy fugaces apariciones de las hermanas, lo que es una pena, porque su vestuario y peinados están bellamente diseñados. Nuestro Javier Bardem, como rey Tritón, con una presencia imponente, tiene apariciones fuertes y majestuosas, aunque breves. La excepción es la bruja Úrsula (Melissa McCarthy), inquietante, inteligente y malvada, una estupenda villana de Disney, digna heredera de Maléfica y la malvada madrastra de Blancanieves.
Ariel, la sirenita, está magníficamente interpretada por Halle Bailey. La actriz compone una Ariel preciosa, delicada y expresiva, por lo que es fácil de creer que su mera presencia enamore al príncipe Eric (Jonah Hauer-King). Este, en cambio, es apuesto a rabiar pero no transmite como príncipe de cuento. Ambos, eso sí, cantan y bailan con maestría (qué poderosa voz la de Bailey), colaborando en una banda sonora alegre y pegadiza, con canciones conocidas y otras nuevas, que es una atracción en sí misma.
La sirenita es vistosa y agradable de ver, y la banda sonora está muy conseguida. En general, funciona, pero es evidente que la intención es conseguir un visionado fácil para un público amplio, sin ninguna ambición creativa.