Las críticas de David Pérez «Davicine»:
Nuestros hijos (Aos Nossos Filhos)
Dirigida por Maria de Medeiros, que vuelve a la dirección con este drama después años sin dirigir, Nuestros hijos (Aos Nossos Filhos) es una historia de fuertes personajes femeninos y vidas que se entrecruzan. Producida entre Brasil y Portugal, la película está protagonizada por Aldri Anunciação, Jupy Azevedo, Laura Castro, Marieta Severo, Claudio Lins, José de Abreu y Marta Nóbrega.
Nuestros hijos ganó el Premio al Mejor Guion en Milán International Lesbian and Gay Festival, pasó por el Festival Cine por Mujeres Madrid en 2022 y también ha sido seleccionada, entre otros, en Toronto, Coïmbra, Chicago, La Habana y Mostra de Valencia. La película se estrena en cines el 9 de mayo de 2023 de la mano de #ConUnPack, dentro de la iniciativa Martes de Cine Indie, impulsada por varias distribuidoras para diferenciar y darle espacio a una selección de películas más arriesgadas.
La dificultad de la maternidad
En Nuestros hijos, Vera es una madre abnegada en pleno proceso de divorcio que trabaja al frente de una ONG que atiende a huérfanos seropositivos. Intrépida y experimentada, ha empuñado las armas para luchar contra la dictadura y ha vivido en varias partes del mundo. Su hija Tânia (Laura Castro) es más “conservadora”, una joven que estudia para aprobar un examen público y convertirse en jueza mientras hace todo lo posible por tener un hijo con su pareja Vanessa (Marta Nóbrega), una ejecutiva que trabaja en una gran agencia de publicidad.
Con esta premisa, Maria de Medeiros nos presenta la dificultad de ser padres y madres dentro de un mismo círculo familiar y su pequeño entorno, desde la madre que no ha sabido tratar a su hija por los traumas que aún tiene de la dictadura militar, madres que ansían serlo a través de costosos procesos de inseminación artificial, y padres que quieren adoptar ante las negativas de una sociedad que aún ve con malos ojos las relaciones homosexuales. Todo ello es escenificado de forma íntima y natural, demostrando que la cineasta no ha perdido su toque después de muchos años sin dirigir, y tras pocos trabajos desde su debut en el año 2000 con Capitanes de Abril, película seleccionada por el Festival de Cannes y premiada en el Festival de São Paulo.
Junto a estos personajes y su forma de reflejar la maternidad, tienen mucho peso en la película otros temas, desde los recuerdos del pasado de la dictadora, la normalidad de los tiroteos en las favelas de Río, la situación en la que viven niños con el VIH y sus problemas para ser adoptados, e incluso cómo las parejas privilegiadas quieren construir nuevas familias contemporáneas con las miradas displicentes incluso de sus seres queridos. Puede que la inclusión de tantos temas en tan poco tiempo no haya jugado tampoco a favor de Nuestros hijos, quedando algunos de ellos retratados de forma poco intensa, aunque no está de más siempre ser recordados para no olvidar un pasado tan reciente de violencia y censura.
Un historia real en un mundo muy real
Nuestros hijos es un drama repleto de personajes multifacéticos capaces de atraer nuestra atención, aunque a veces sea difícil empatizar con algunos de ellos por cómo afrontan sus vidas, pero interpretados perfectamenta gracias a un acertado proceso de casting y una sensación de cercanía en todo momento con ellos, que bien puede deberse a ser una adaptación de una obra de teatro, “Aos Nosso Filhos”. En dicha obra, la propia Maria de Medeiros interpretó el papel de la madre de Tânia, Vera, que ahora es interpretada por Marieta Severo, mientras que como Tania repite Laura Castro, que a su vez es la creadora del texto original y coescribe la película.
En todo momento apreciamos que cada actor y actriz sabe bien el personaje que interpreta y cómo debe sacar lo mejor del mismo, aunque los rápidos desenlaces de sus conflictos no ayuden a exprimirlos al máximo, pero si dotan de personalidad a cada uno como para que comprendamos que reaccionen como lo hacen ante las vicisitudes de la vida. Marieta Severo es una actriz que irradia magnetismo y se muestra en todo momento segura de sí misma pero a la vez frágil por los traumas de su pasado. Una mujer que de cara a su trabajo en un muro inquebrantable que ayuda a sus huérfanos, pero parece resquebrajarse poco a poco internamente por el tormento físico y psicológico por pasó en su juventud y no termina de dejar atrás.
Junto a ella destaca, Laura Castro como Tânia presenta un personaje complejo que debe sacar su plaza de jueza mientras intenta ser madre con su temperamental esposa, todo ello cargando con las negativas de una madre con quien casi no trata, sintiéndose manipulada por las mujeres de su vida. A pesar de lo que ella quiera pensar, se encuentra en una posición privilegiada económica y socialmente, tanto por el respaldo de su padre como por el futuro que se la augura como jueza, y eso juega en contra con el espectador, que en ocasiones tenemos complicado empatizar con ella por sus reacciones egoístas y su falta de comprensión ante las necesidades de su madre.
A pesar de narrar los acontecimientos en un mundo real marcado por la violencia, presentar historias que suceden en la actualidad, y tener un reparto magnífico, durante la película notamos cierta falta de «realismo» por esa ausencia de empatía con algunos personajes al igual que por ciertas escenas que distan mucho de ser realistas, destacando la incorporación de animales creados digitalmente a modo de metáforas en las pesadillas de la protagonista que no hacen más que eclipsar la interpretación de Marieta Severo.
En resumen, Nuestros hijos es una drama apasionante cargado de una emoción sincera y con un gran reparto, en el que queda patente ese vínculo inquebrantable entre madre e hija, mientras deja clara la importancia de la comprensión del pasado para poder afrontar un futuro repleto de cambios positivos.