El 13 de enero Vercine estrena en cines El falsificador de pasaportes, escrita y dirigida por Maggie Peren (Boda sin fin), una película biográfica dinámica y emocional ambientada en la Segunda Guerra Mundial, en Berlín, y que gira en torno a la figura histórica de Cioma Schönhaus, un joven de 21 años, que se dedicó a falsificar pasaportes para innumerables judíos.
El falsificador de pasaportes tuvo su premiere en la Berlinale y está protagonizada por el joven actor Louis Hofmann (Dark, La lección de alemán). Sobre la película ha comentado la directora:
La historia de Cioma Schönhaus es la historia de una persona que se rebela contra la estigmatización. El régimen del terror está presente, pero, lo vemos a través de los ojos de Cioma como vemos todo lo que sucede a través de sus ojos. Lo más difícil como director fue hacer justicia a la ligereza de la novela y al mismo tiempo contar cómo la gente odiaba a los judíos como algo natural, pensando que, después de todo, eran personas amables y agradables. Era importante para mí crear conciencia de que el racismo no surge de la nada. Las raíces son profundas en nuestra sociedad y la historia de Cioma en su enorme ligereza tiene, sin embargo, o simplemente por eso, el poder de rastrear la profundidad de esas raíces.
En El falsificador de pasaportes, Cioma Schönhaus, de 21 años, no dejará que nadie le robe las ganas de vivir, y mucho menos los nazis. Quiere descubrir la vida, pero tiene la desgracia de vivir como judío en el Berlín de los años cuarenta. Como los mejores escondites están ya ocupados, Cioma decide salir a la luz para escapar de la deportación. Utilizando la identidad de un oficial de la marina que creó para sí mismo, se lanza a la vida nocturna de la ciudad e incluso encuentra una frágil esperanza de amor durante los momentos más oscuros de la guerra. A lo largo del día, falsifica identificaciones con solo un pincel, un poco de tinta y una mano firme y salva la vida de muchos otros. Sin embargo, su talento le pone cada vez más en peligro, y en algún momento la única esperanza de Cioma para sobrevivir es una última identificación falsificada con su propio nombre.