Las críticas de David Pérez «Davicine»:
Yo creo en Papá Noel
Lisa lleva cinco meses con Tom. Todo va bien hasta que descubre su obsesión con la Navidad, una época que ella detesta. ¿Será hora de dar otra oportunidad a las fiestas? Christina Moore y John Ducey protagonizan Yo creo en Papá Noel, romance navideño y positivo sobre enamorarse… y dar un gran salto de fe. Dirigida por Alex Ranarivelo, cuenta también en su reparto con Violet McGraw, Lateefah Holder, Sachin Bhatt, Matthew Glave, Paxton Booth, Brooke Dillman y Missi Pyle. La película se estrena en Netflix el 14 de diciembre de 2022.
No hay que perder el espíritu navideño
Las películas navideñas de HBO Max Misterio de Navidad y Una Navidad en Hollywood han servido a Alex Ranarivelo para que Netflix confíe en él para hacerse cargo de Yo creo en Papá Noel, otra comedia romántica navideña de las que tenemos decenas entre las novedades cada semana, pero que siempre cumplen si tenemos las expectativas bajas. Ante la avalancha de títulos navideños que tenemos en todas las plataformas, a veces cuesta diferenciar una de otra, pues siguen el mismo esquema, con todos los clichés que esperamos de ellas, y cuesta acordarse de cuál es cuál pasados unos minutos. Por suerte, Yo creo en Papá Noel tiene algo que permite diferenciarse del resto, para bien o para mal.
En Yo creo en Papá Noel, la periodista Lisa (Christina Moore) y el abogado Tom (John Ducey) se conocen el Día de la Independencia, y desde entonces comienzan una relación que parece perfecta. Incluso los amigos de ella intenta averiguar cuál podría ser el problema de Tom, quien parece perfecto desde fuera. Pero llega la temporada navideña y comienzan los problemas, al menos para Lisa. Mientras ella odia la Navidad, para Tom no hay mejor época del año, y cuanto más se acerca la festividad, más se incrementa el conflicto entre ambos, pues él se vuelca completamente en estas fiestas… pero lo peor aún está por llegar, cuando Lisa descubre que Tom realmente cree que Papá Noel existe y lucha a toda costa para que nadie lo disuada de esta creencia.
¿Cuándo se deja de creer en Papá Noel?
Habitualmente asociamos la inocencia y la infancia a la creencia de la existencia de Papá Noel, pues con el paso de los años nos damos cuenta que es difícil que una persona anciana y rechoncha siga trayendo regalos a los niños si se portan bien, por eso resulta extraño y chocante que alguien adulto siga creyendo en su existencia.
Pues esa extrañeza que provoca ver a un adulto mantener su confianza en la llegada de Papá Noel cada Navidad es la base de toda la película y el recurso empleado para generar situaciones divertidas. Sin necesidad de creer nosotros o no en su existencia, es cuanto menos entretenido ver el supuesto de alguien que sí que cree en la magia y defiende a capa y espada cómo un hombre es capaz de llevar un saco con millones de juguetes mientras se traslada en un trineo que vuela gracias a sus renos mágicos, viajando por todo el mundo en una sola noche por la propia magia, aunque también al vivir en una dimensión del tiempo diferente a la nuestra, como defiende Tom.
Según nuestro estado anímico al ver la película, en vez de reírnos bien podríamos acabar sintiendo tristeza al ver a esta persona que no ha madurado y mantiene su espíritu navideño por encima de la media, creyendo en una magia que podría resolver los problemas del mundo pero se emplea tan sólo para traer regalos a los más pequeños. Además, tampoco ayuda que el guion parece apresurarse para mostrarnos acontecimientos mientras casi caricaturiza al personaje de Tom, resultando en un personaje sin apenas personalidad y movido por su fe ciega a la Navidad.
Está claro que Tom es el personaje principal, y han querido que todo gire alrededor de él, lo que comprendemos mejor cuando descubrimos que el guion ha sido escrito por él mismo, John Ducey, pero curiosamente nos gustaría saber más de Lisa, interpretada por Christina Moore, de la que hay que destacar su perseverancia y lo decidida que se muestra para darle múltiples oportunidades a su pareja cuando todos desde el principio lo ven como una especie de loco con una obsesión que llega a cambiar su estilo de vida y comportamiento durante el último mes del año.
Sin sorpresas en el frente
Yo creo en Papá Noel no se moja ni se posiciona sobre si existe o no Papá Noel, y eso que toda la película se recrea en una extensa discusión sobre si puede existir o no, pero la forma de plantearlo se mueve entre la delgada línea del humor absurdo o la triste inocencia. Y ambas cosas en el peor sentido de la palabra.
Una vez pasada la sorpresa de la historia principal, el factor de entretenimiento se reduce drásticamente, y aunque su humor es más patente que en otras comedias románticas navideñas, no es lo suficiente como para que nos haga reír. Para colmo, como romance tampoco llega a tocarnos la fibra sensible, ya que los personajes no son lo suficientemente empáticos con los espectadores ni tienen un carisma especial. Todo parece escrito desde el principio, sabiendo cómo terminará a poco que hayamos visto películas de este género, pero un final feliz nunca es malo cuando es lo que esperamos de este género.
Yo creo en Papá Noel va dirigida al público que adora las películas navideñas, y verán sus expectativas cumplidas si no son demasiado elevadas, pero en el fondo no deja de ser una floja comedia romántica con trasfondo navideño que no logra hacernos reír en exceso ni sentir el amor de sus protagonistas.
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Yo creo en Papá Noel
