Las críticas de Laura Zurita:
Eugénie Grandet
Félix Grandet reina en su modesta casa en Saumur, donde su esposa y su hija Eugénie llevan una existencia libre de distracciones. Extremadamente codicioso, no ve con buenos ojos a los pretendientes que se apresuran a pedir la mano de su hija. Nada debería dañar la colosal fortuna que oculta a todos. La llegada repentina del sobrino de Grandet, un dandy parisino huérfano y arruinado, pone patas arriba la vida de la joven. El amor y la generosidad de Eugénie hacia su primo hundirán al padre Grandet en una ira sin límites. Frente a su hija, estará más dispuesto que nunca a sacrificarlo todo en el altar de las ganancias, incluso su propia familia.
Eugénie Grandet está dirigida por Marc Dugain e interpretada por César Domboy, Olivier Gourmet, Joséphine Japy, Valérie Bonneton, Philippe du Janerand, Bruno Raffaelli, Nathalie Bécue, François Marthouret, Pierre-Olivier Scotto y Anne-Marie Philipe. Se estrena en España el 21 de diciembre de 2022. La vimos en un preestreno organizado por la distribuidora, A Contracorriente Films.
Un clásico atemporal
Eugénie Grandet está basada, muy libremente, en la famosa novela de Honoré de Balzac del mismo nombre. Como parte de la monumental Comedia Humana, la novela «Eugénie Grandet» explora las glorias y las miserias de las personas que recorren sus páginas. Balzac tenía una pluma fluida y una mirada profunda sobre las motivaciones, las reacciones y los sueños de las personas sobre las que escribía. Los personajes de Balzac tienen características muy marcadas, pero el autor los respeta y comprende, no son caricaturas sino hombres y mujeres de carne y sangre. Papá Grandet es avaricioso, tanto que deja morir a su mujer por falta de cuidados, y Eugénie idealista primera, y orgullosa después.
Una novela tan rica en matices como «Eugénie Grandet» es un material muy atractivo para adaptar a la pantalla grande, aunque se hace difícil reflejar toda la profundidad de la historia y los personajes. Ya había adaptaciones anteriores, en 1918, en 1946, y 1958, cada una de las cuales recorta algunos matices y subraya otros, siendo un reflejo tanto de la novela en la que se basan como de la época en la que se ruedan.
Versión remozada
En esta versión se elige acortar la historia, y remozar considerablemente el comportamiento y el destino de Eugénie. Acompañamos a la muchacha en su transformación de joven impulsiva e idealista a mujer independiente y desilusionada, pero dejamos al futuro abriéndose ante ella, aliviando la visión descarnada de la naturaleza de hombres y mujeres y el pesimismo del libro original, tan propio de Balzac y de su Comedia Humana. De hecho, el final de la película Eugénie Grandet es un cambio muy importante del espíritu de la novela, en la que Eugénie sufre un matrimonio sin amor ni consumación, como duro castigo por su independencia. En Eugénie Grandet esa independencia se exalta y se abre al futuro. Sin duda es el signo de los tiempos, dar un nuevo barniz de feminismo a las historias clásicas.
Si Eugénie es el amor y el ansia de libertad, Papa Grandet es la avaricia, uno de los retratos paradigmáticos de ese vicio mezquino en la literatura universal. Félix Grandet comercia con cualquier cosa (como vemos en los primeros minutos de la cinta), amasa y ahorra el dinero, y lo guarda todo para sí. Esa avaricia y ese egoísmo incluyen a una hija a la que oprime y encierra. Eugénie es su tesoro, y la guarda y acumula con una pasión destructiva y limitante, un amor mal entendido y malsano.
Formalmente atractiva
En la película Eugénie Grandet la fotografía es muy atractiva, llena de escenas de interior con cálida, y escasa, luz de velas (que cuestan dinero). Por cierto, duele ver a las mujeres hacer labores de costura con esa iluminación. Su casa y sus ropas, en general su vida, son de colores apagados y grises, con un leve alivio cuando Eugénie prueba sus alas. En cuanto a Eugénie, casi siempre la vemos en interiores, entre altos muros, al tiempo protegida y encerrada. Ve la vida, figurada y literalmente, a través de una ventana, y ese aislamiento y la consiguiente ingenuidad tendrán duras consecuencias para ella. La ventana reaparece la final de la película con un significado diferente, y será una Eugénie distinta la que se acerque a ella, con ganas de volar.
El montaje se siente algo atropellado, las escenas se cortan bruscamente, nada más terminar las frases, como de sopetón. No se alcanza a comprender si se quiere dar algún mensaje con ello, o se hace solamente para limitar el metraje, lo que es de agradecer, en una época en que muchas películas se extienden fácilmente hasta las dos horas. El efecto, no obstante, es como si se nos quisiera llevar por la historia con prisas y sin aliento.
Eugénie Grandet es una revisión feminista de la estupenda novela homónima de Honoré de Balzac sobre la avaricia y el ansia de libertad, el retrato delicado de una mujer que no quiere limitarse a ver la vida a través de una ventana
¿Qué te ha parecido la película Eugénie Grandet?
Descubre más desde No es cine todo lo que reluce
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.