jueves, abril 18, 2024

67 SEMINCI. Sección oficial. Crítica de ‘Los pasajeros de la noche’: Honda, conmovedora y profundamente humana

Las críticas de José F. Pérez Pertejo en la 67 SEMINCI:
Los pasajeros de la noche

El 10 de mayo de 1981 François Mitterrand venció en la segunda vuelta de las elecciones francesas al hasta entonces presidente Valéry Giscard d’Estaing. Esa noche de victoria electoral, las calles de París se llenaron de multitudes de gente celebrando una victoria largamente perseguida por los socialistas franceses (Mitterrand había perdido siete años antes ante Giscard por un margen muy estrecho).

El director francés Mikhaël Hers sitúa precisamente en esa noche, en la ciudad de París, el comienzo de su cuarto largometraje Los pasajeros de la noche. Mientras miles de personas inundan las calles, Élisabeth (Charlotte Gainsbourg) mira las celebraciones desde los amplios ventanales de su piso en un edificio alto mientras fuma con la mirada un tanto perdida. En este inicio del film, se alternan imágenes de archivo con el metraje filmado al que el director de fotografía Sébastien Buchmann da un tratamiento visual que armoniza con las imágenes reales (cuestión de grano) y evocan muy bien la estética de los ochenta.

Élisabeth se encuentra en una encrucijada vital, tras haber superado un cáncer de mama, su matrimonio acaba de terminar y su ex marido se ha ido a vivir con una nueva pareja. Ella, que hasta el momento se había dedicado a ser esposa y madre, toma conciencia de que debe encontrar trabajo para sobrevivir y sacar adelante a sus dos hijos Mathias (Quito Rayon Richter) y Judith (Megan Northam), ya creciditos, pero aun no emancipados.

Tras tomar conciencia (su padre le ayuda a ello) de que en realidad no está preparada para trabajar en nada, consigue finalmente un trabajo en la centralita de un programa de radio nocturno llamado Los pasajeros de la noche (de esos en los que llama gente para hablar y desahogarse) presentado por Vanda Dorval (Emmanuelle Béart). Allí, una noche conoce a Talulah (Noée Abita), una joven sin techo a la que se lleva a vivir a un cuarto que tiene libre en su casa.

Con estos ingredientes, Mikhaël Hers compone una película de fondo existencialista y formas nostálgicas con la que evoca una forma de entender la vida hoy en desuso. Todos los personajes citados están muy bien definidos en el guion firmado por el propio Hers junto a Maude Ameline y Mariette Désert, y todos tienen entidad en el desarrollo dramático. Particularmente Quito Rayon Richter que, a lo largo de los siete años en que transcurre la película, transita del final de la adolescencia al comienzo de la edad adulta y vive un amor iniciático no correspondido de esos que hacen pupa durante muchos años. También destaca Noée Abita con un personaje tan fácil de querer como difícil de tener cerca.

Sin embargo, todo gravita alrededor de una sensacional Charlotte Gainsbourg, más luminosa que nunca, que se mueve desde la fragilidad e inseguridad de quien tiene que empezar a tomar decisiones propias a una edad tardía hasta lo que podríamos llamar “algo parecido a la felicidad”. Gainsbourg da vida con autenticidad a “una buena persona”, algo tan simple de definir como difícil de llevar al terreno de la interpretación sin caer en la planicie, en el buenismo simplista o en las frases huecas de manual de autoayuda.

A pesar de su aparente liviandad, Los pasajeros de la noche aborda con hondura cuestiones como las relaciones materno-filiales, el altruismo, las inquietudes políticas de juventud y las segundas oportunidades, vitales y sentimentales, que pueden dar luz a una vida abocada a la oscuridad. No faltan guiños cinéfilos a través de películas de 1984, año en el que transcurre la mayor parte de la película, Gremlins, París-Texas, Dune y, especialmente, Las noches de la luna llena con la que Hers rinde homenaje a Eric Rohmer y (a través de Talulah) a la joven protagonista del film Pascale Ogier, trágicamente fallecida ese mismo 1984 a los 25 años.

Los pasajeros de la noche es, en conclusión, una película conmovedora desde una emoción creada con honestidad por unos personajes muy bien escritos e interpretados. Hers evita caer en la sensiblería, en los lugares comunes, en las soflamas ideológicas y en el tono discursivo con el que muchos directores acometen la revisión de periodos históricos recientes.

Tras su participación en el pasado Festival de Berlín, ha sido presentada en la Sección Oficial de la presente edición de la SEMINCI. Aunque es pronto para ponerse a hacer vaticinios con el palmarés y los designios de los jurados son inescrutables, Charlotte Gainsbourg presenta su firme candidatura al premio de interpretación femenina.

Los pasajeros de la noche

8.5

Puntuación

8.5/10

1 COMENTARIO

  1. Muchas ganas de ver la película y por la gran crítica de la misma. En esta vida tan importante es tener un buen médico de cabecera como un crítico de cabecera con el que coincides en la mayor parte de los gustos y aquí tenemos un 2 en 1. Mejor que mejor👏👏👏👏👏

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