Las críticas de Daniel Farriol:
El niño de fuego
El niño de fuego es un documental español dirigido por Ignacio Acconcia (David mi amigo) que también coescribe el guion junto a Jaume Cuspinera (Framed, Año de Gracia) y Salvador Sunyer (Bugarach). La historia muestra la vida cotidiana de Aleixo Paz, «El niño de fuego», superviviente de un trágico accidente que le provocó severas quemaduras en el 91% de su cuerpo con tan solo 9 años. Ahora ya con 18, lucha cada día contra las miradas impertinentes y el doloroso recuerdo del accidente, intentando superar su ira a través de la música. Cuenta con la participación de Aleixo Paz «El niño de fuego», Teresa Pérez, Alexandra Paz, Isaac Real «Chaca» y Ángel Paz Fontán. Obtuvo la Mención Especial del Jurado en la Sección DOC España de Seminci 2020 y fue premiada en DocsBarcelona y Ghent Viewpoint. La película puede verse en Filmin desde el día 1 de Julio de 2022.
Un accidente que le cambió la vida
El niño de fuego es un excelente documental realizado por el argentino afincado en Barcelona Ignacio Acconcia. Tras graduarse en la escuela ESCAC, dedicó 5 años para realizar esta ópera prima, la historia de Aleixo Paz, «El niño de fuego», un joven que se refugia en el rap y el hip-hop como forma de canalizar toda la rabia y dolor interiores con los que convive a diario. Aleixo sufrió un terrible accidente a los 9 años, cuando acompañaba a su padre en la cabina de una camión cisterna que chocó con una furgoneta de mantenimiento en la autopista, el vehículo quedó completamente envuelto en llamas. Su padre resultó ileso, pero el niño pasó por un infierno con quemaduras en el 91 % de su cuerpo, varias paradas cardíacas y operaciones de todo tipo que le han llevado a pasar por el quirófano más de medio centenar de veces.
El documental se centra en la adolescencia del chico, hasta más allá de cumplir los 18 años. Lo sigue durante su rutina diaria, entre paseos nocturnos con su perro, creación de música en el ordenador de su cuarto y algunas estampas familiares en las que comprobamos como el accidente cambió la vida para él y colateralemente para todos los que le rodean. Sin profundizar demasiado en el pasado, el trágico accidente se convierte en una pesadilla fantasmal que sobrevuela siempre en el ambiente, pero Acconcia prefiere adentrarse en el presente y sobre todo en mirar hacia el futuro que aguarda al protagonista, con las dificultades físicas, emocionales y sociales que implican las visibles secuelas de sus quemaduras, para intentar hacernos comprender cómo puede ser la existencia de alguien que asegura tener «más miedo a la vida que a la muerte».
El sonido de la rabia interior
El niño de fuego es un documental crudo y emotivo, pero para nada sensacionalista. La cámara de Acconcia se pega al día a día de Aleixo para mostrar un proceso de superación asociado a la propia maduración como persona del chaval. Su comportamiento, a veces arisco con sus padres, es algo que forma parte de esa furia interna que le corroe contra la vida y contra el destino marcado por el accidente, sin embargo, a través de la poesía urbana que escribe, tras esos textos rimados de sus canciones, se adivina que tras la coraza de acero con que se presenta a los demás hay una persona sensible y agradecida, alguien que intenta encontrar su camino y una motivación para seguir adelante.
En el documental se combina la parte musical con la humana, en realidad, ambas son piezas inseparables del mismo discurso narrativo que nos propone el director. Se suceden emotivas escenas familiares, por ejemplo, viendo vídeos de antes del accidente junto a su madre ante los que Aleixo espeta un cínico «ese niño no soy, ese está muerto», conversaciones reveladoras con su cariñosa hermana que está embarazada, una fiesta de cumpleaños sorpresa en un restaurante o las dolorosas confesiones en casa del padre… Todo eso sin perder de vista al Aleixo que ensaya una canción con su amigo Isaac Real «Chaca» para intervenir en un bolo multitudinario donde podrá sacar su rabia interior a través de la letra de la canción.
«Chaca» ha sido un importante boxeador español de categoría Súper Welter en la que llegó a proclamarse Campeón de Europa y hasta 7 veces Campeón de España. Entregado a la música, acoge a Aleixo bajo su capa para ayudarle a progresar en esa forma de expresión tan pura que es el hip hop callejero.
De la rabia a la calma
El niño de fuego es un documental honesto, realizado con enorme sensibilidad y ningún artificio, en el que Ignacio Acconcia sorprende con una puesta en escena urgente, de montaje rápido y cámara en mano, con la que sigue en primer plano el rostro de Aleixo, casi siempre oculto debajo de gorras, pañuelos, gafas de sol y otros pretextos de vestimenta que sirven para repeler la mirada curiosa y, a veces, inquisitiva de la gente con la que se cruza. Pero esa cámara nerviosa que tan bien se refleja en las escenas de los conciertos también tiene un espacio para la calma en los momentos de intimidad en que Aleixo está consigo mismo o abriendo su corazón a gente allegada. Hay planos ahí muy poderosos y de gran belleza visual donde destaca la fotografía de Toni Vidal, especialmente en las escenas nocturnas.
En definitiva, El niño de fuego es un excelente documental sobre la necesidad de encontrar un estímulo en la vida para superar las adversidades y, también, sobre el enorme poder curativo que encontramos en el regazo de la familia, con los nuestros, algo extensible a aquellos amigos que te quieren ayudar de verdad y acaban formando parte de esa familia que te acompañará siempre. Y finalmente es un testimonio de la importancia y trascendencia que tiene la música para encauzar nuestras emociones.
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