Las críticas de Laura Zurita:
Promesas en París
Tras toda una trayectoria como alcaldesa de una ciudad cerca de París, Clémence (Isabelle Huppert) afronta su mayor reto hasta el momento: presentarse como ministra. Valiente y decidida, siempre se ha volcado con los más desfavorecidos para salvar a la ciudad de la pobreza y el desempleo junto con la ayuda de su fiel mano derecha Yazid (Reda Kateb), pero ahora, este nuevo cargo despertará en ella una ambición desconocida. ¿Será capaz de mantener su compromiso con los ciudadanos y su integridad política o acabará sucumbiendo al poder?
Promesas en París está dirigida por Thomas Kruithof e interpretada por Isabelle Huppert, Reda Kateb, Naidra Ayadi, Jean-Paul Bordes, Mustapha Abourachid, Soufiane Guerrab, Hervé Pierre, Laurent Poitrenaux, Walid Afkir, Vincent Garanger, Christian Benedetti, Anne Loiret y Mama Prassinos. La película se estrena en España el 24 de junio de 2022 de la mano de Filmax.
Grandes interpretaciones
El inicio de Promesas en París es una muestra de buen hacer cinematográfico, en la que el director, sin alardes, discretamente, nos da muchas claves sobre la película. Yazid, el ayudante de Clémence, va a buscarla a casa. La casa es preciosa y acogedora, pero venida a menos, y acusa los duros ataques del tiempo. Vemos con eso que Clémence no vive de manera lujosa y no parece haberse enriquecido con su cargo. En cierta manera, la casa es una imagen de Clémence, hermosa y sofisticada, pero ya cansada y de edad madura. Su hijo se marcha del nido, su carrera está a punto de acabar, y su futuro es incierto. Isabelle Huppert es una estupenda actriz, y en Promesas en París su exterior elegante y frío se ve dulcificado por ese apunte de decadencia, que hace su actuación mucho más cercana y cálida de lo que suele ser.
Vemos también la estrecha relación entre Clémence y Yazid, un gran Reda Kateb que imprime su fenomenal presencia en la pantalla, y da vida a un político (ayudante de político, en rigor, pero los límites son fluidos) honesto y muy humano, que tiene siempre presente su humildísimo origen. Yazid puede entrar en casa de Clémence a placer, y ella confía en su criterio. Ese entendimiento entre ambos, un compañerismo acérrimo y siempre presente, aunque no se formule, es una de las bazas de la película. En una película más sentimental se habrían dicho unas palabras dulces a menudo, pero este no es el caso en Promesas en París, y es mejor así.
Drama social en la periferia
Promesas en París tiene un barniz de thriller político, pero el drama subyacente es mucho más interesante. Vemos un barrio en la periferia de París, en el que la clase trabajadora ve languidecer su vecindario por la presión de los elementos que viven en el borde de la sociedad y los dueños de pisos-patera, que explotan a los inmigrantes menos favorecidos (esa parte de la película es sobrecogedora, por la dureza de la situación de los migrantes, y la frialdad con la que se abusa de ellos, un crimen crudo y desalmado, sin sombra de justificación ni glamour).
La tensión en la película tiene lugar entre los políticos que se interesan por su sino, e intentan cambiarlo, y los que solo los ven como piezas en el ajedrez de su carrera, y por tanto, sacrificables. La política es un juego complicado, con muchas reglas no escritas, y en ese juego de poder los peones son prescindibles. En esta tensión la película expone que es difícil definir los sacrificios que deben hacerse para conseguir una estrategia, y qué complicado puede ser ver los límites de la integridad y la honestidad., aun con las mejores intenciones.
La parte de thriller es quizás la menos conseguida, ya que la intriga se expone y resuelve de forma un tanto abrupta. Durante el proceso, que tiene lugar entre los inmaculados corredores del poder y los ajados barrios al borde de la marginalización, se da cuenta de los distintos actores, sus intereses, sus jugadas, faroles y triquiñuelas. Podría ser tan fascinante como muchas historias de detectives, y en cierto sentido lo es, aunque en ocasiones es difícil saber las motivaciones de personajes clave, y eso puede desconcertar al espectador.
Por el estudio en las entrañas de la política y las enormes actuaciones de sus protagonistas merece la pena ver Promesas en París, que, sin ser perfecta, mantiene el interés hasta el final.
¿Qué te ha parecido la película?
Promesas en París
Estupenda crítica, me encanta el comentario sobre Isabelle Huppert y sus personajes distantes, aunque a mí la película me ha gustado mucho más, me parece un guión con una trama bien construida y que por lo tanto entretiene, lo cual es lo que deseamos cuando vamos a ver una peli, además el tema es interesante, la evolución de los personajes original, el recurso del thriller muy bien filmado, consigue dosis de tensión en el espectador y con un final bien resuelto. Para ser una película francesa me ha sorprendido gratamente
Me alegro mucho de que la hayas disfrutado, gracias por compartir. La película entretiene,, tienes razón, tiene dosis de realidad que mantiene el interés.