Crítica de ‘El abogado del Lincoln‘: Drama jurídico con buena dosis de misterio

El reputado productor de televisión y creador de series David E. Kelley es sinónimo de éxito, y no para de presentar proyectos en todas las plataformas habidas y por haber. Uno de sus últimos trabajos es El abogado del Lincoln, con el que regresa a un tema que le es particularmente conocido: el drama jurídico. Algunos de sus grandes éxitos han estado relacionados con la justicia, como Boston Legal, El abogado o Ally McBeal, y aunque volver a este tipo de series puede que no sea novedoso, está claro que es un género que funciona de maravilla y tiene suficiente audiencia como para que repita.

Pero esta serie no solo nos sonará por ser un género que Kelley maneja con soltura, sino que también proviene de un material que a buen seguro muchos espectadores reconocerán. Esta serie es la adaptación de la saga de novelas de Michael Connelly sobre el abogado Mickey Haller, quien ejerce su profesión principalmente desde su automóvil Lincoln, de ahí el título. La primera novela de la saga de seis entregas ya cobró vida hace más de una década con Matthew McConaughey en el papel del abogado protagonista, y esta serie de Netflix adapta la segunda novela, aunque no es necesario haber visto la película ni leído el primer libro para poder verla.

En El abogado del Lincoln, después de su accidente, Mickey Haller (Manuel García-Rulfo) tuvo que tomarse un descanso para procesar sus experiencias y también para quitarse su adicción a los analgésicos. Ahora está de regreso y tiene mucho que hacer como abogado, aunque no del todo por elección: su colega Jerry Vincent fue asesinado y le dejó todos los casos. Este idealista iconoclasta ejerce la abogacía en el asiento trasero de su Lincoln, aceptando casos de toda clase y envergadura en Los Ángeles. Pero hay un caso que le preocupa, el de un desarrollador de juegos Trevor Elliott (Christopher Gorham) acusado de asesinar a su esposa y al amante de ella. Las posibilidades de salir victorioso son escasas, aunque Haller quiere hacerse cargo del caso.

Drama legal y thriller de suspense

Habituados como estamos a los dramas judiciales, sabemos que este tipo de series suelen centrarse mucho en mostrarnos un caso para poder luego dar rienda suelta a las diferentes estrategias judiciales e incluso a las relaciones de los personajes entre sí, pero El abogado del Lincoln va un pasito más allá, y aunque todo lo citado también está reflejado aquí, siempre dejan espacio para aportar algo de suspense y crimen a las diferentes tramas.

Los abogados suelen desear que sus clientes salgan como no culpables de sus juicios, y casi nunca vemos que muestren demasiado interés en conocer la verdad, pero Haller también quiere saber qué sucedió en los casos que defiende, al igual que quiere conocer qué se esconde detrás del asesinato de su amigo, lo que hace que se amplíen las tramas y tenga que lidiar con las investigaciones policiales.

El caso central claramente tardará en resolverse, pues para eso es el eje central de esta primera temporada, pero curiosamente la serie tarda en arrancar, presentando muchos más casos y subtramas que a veces hacen que perdamos la pista del caso principal. No es novedoso tener varios casos por episodio, uno que concluye y otro que continúa episodio tras episodio, pero sorprende que este esquema solo se mantenga durante algunos episodios, para luego cambiar la estructura narrativa.

Un nuevo rostro para un personaje conocido

Manuel García-Rulfo interpreta en esta ocasión a Mickey Haller, y al principio es difícil olvidar a Matthew McConaughy, pero García-Rulfo no pretende que lo hagamos, sino que intenta hacer suyo el personaje gracias a una interpretación sólida de un abogado defensor fuerte capaz de presentar argumentos convincentes, con la suficiente fanfarronería para destacar pero mostrándose también vulnerable como para que empaticemos con él.

Junto a García-Rulfo tenemos una amplia variedad de personajes secundarios con el suficiente tiempo para que podamos ver cómo se desarrollan, reforzados con muchas subtramas que, aunque a veces desvíen la atención de lo verdaderamente importante, sirven para que conozcamos mejor el entorno del protagonista. Alegra ver a Neve Campbell como Maggie, la primera esposa de Mickey, sin mucha repercusión a lo largo de esta temporada, pero con una buena interpretación y química patente entre ambos. También debemos destacar a Becki Newton como Nora, que aporta mucho en pantalla, robando muchas de las escenas en las que aparece.

El abogado del Lincoln es una serie interesante, con un caso emocionante e intrigante, y un buen desarrollo de personajes, aunque con un exceso de tramas secundarias que hace que se extienda demasiado, pero un ritmo idóneo para mantenernos enganchados a sus casos.