Las críticas de Daniel Farriol:
Finch
Finch es un drama de ciencia-ficción estadounidense dirigido por Miguel Sapochnik (Repo Man) con guion de Craig Luck e Ivor Powell. La historia nos sitúa en un mundo asolado por una hecatombe apocalíptica en el que vive un hombre moribundo junto a su perro y un robot al que antes de morir busca enseñarle el significado de la amistad y de la experiencia humana. Está protagonizada por Tom Hanks (Sully, El puente de los espías), Caleb Landry Jones (Nitram, To the Night) y Seamus (el perro). La película se ha estrenado en Apple TV el día 5 de Noviembre de 2021.
Un apocalipsis demasiado naïf
Finch es una película tan bienintencionada como inocua que transita por el subgénero apocalíptico de la ciencia-ficción con demasiados referentes en el retrovisor. Durante la experiencia del visionado abundan los lugares comunes y la sensación final es de estar frente a un producto envasado para que guste a toda la familia, pero cuyo sabor enlatado recuerda a la receta original de otros más sabrosos. La película de Miguel Sapochnik es un cruce entre, muchas otras, de Soy leyenda (Francis Lawrence, 2007), sin zombis, o Naves misteriosas (Douglas Trumbull, 1972), eliminado el espacio, pero también tiene toques de aquélla ingenuidad robótica que poseía la Inteligencia Artificial de Chappie (Neill Blomkamp, 2015) que aquí deberá aprender con alguna leve modificación el famoso código moral para robots instaurado por Isaac Asimov en «Círculo vicioso».
La historia nos sitúa en un futuro incierto con un mundo devastado sin que se nos revelen demasiado los motivos. El único superviviente parece ser un hombre enfermo que está construyendo un robot para que pueda cuidar de su perro cuando él muera. Su rutina diaria consiste en buscar alimentos sorteando los peligros que acechan en la oscuridad y que intuimos pueden ser otros supervivientes poco amistosos. El enemigo del hombre siempre es otro hombre, pero también es el contacto humano lo que nos hace precisamente humanos. Entonces, con la única interacción humana-animal-robótica de los tres protagonistas (hay un cuarto, otro pequeño robot menos sofisticado), la película se convierte en un cuento naïf de 115 minutos sobre la amistad y la existencia humana.
Érase una vez… un hombre, un perro y un robot
Finch es técnicamente irreprochable y contar con la carismática presencia de Tom Hanks siempre es un reclamo suficiente para que la película no caiga en el olvido rápido. Aún así la propuesta me parece insuficiente, el guion apenas desvela información de lo que sucede o del propio pasado del protagonista, quedándose en una road trip insulsa que te encandilará según cuál sea tu pasión por los perros y por los robots parlanchines. Falta acción e intriga, los elementos desestabilizadores se meten con cuentagotas para apostar por un tono melodramático y edulcorado en busca de la complicidad y la lágrima fácil del espectador.
Es verdad que hay cierto espíritu nostálgico y ochentero con reminiscencias del estilo spielbergiano, no es una casualidad que detrás del proyecto esté la productora Amblin y que uno de los productores principales sea Robert Zemeckis, por desgracia, Finch no encuentra nunca ese tono aventurero que tanto nos hizo soñar antaño. Su preocupación por resultar siempre amigable contrasta con la insistencia en detenerse en la decadencia física del protagonista, mientras por otro lado se evitan mostrar cadáveres o se eluden reflexiones más profundas que podrían derivarse del colapso medioambiental y del salvajismo de la naturaleza humana en situaciones de supervivencia.
Finch es una película amable y simpática que se deja ver sin preocupaciones, siendo su mayor aliciente la estupenda fotografía de Jo Willems (Gorrión rojo, Sin límites) que consigue evocar algunas imágenes de gran belleza en un entorno de destrucción absoluta. Érase una vez… un hombre, un perro y un robot en el fin del mundo, ese podría ser el inicio de este cuento apocalíptico para toda la familia.
¿Qué te ha parecido la película?
Finch
