Las críticas de José F. Pérez Pertejo en la 66 SEMINCI:
La Fam (La Mif)
Cuando los medios de comunicación asaltan nuestra plácida existencia con noticias sobre situaciones de abuso a menores, abusos producidos casi siempre por sus progenitores (es decir, las personas que más deberían amarles y sobre las que recae la obligación y responsabilidad de protegerles) corremos el riesgo de escandalizarnos tanto con el hecho en cuestión que no solemos reparar en algo casi tan tremendo como el abuso en sí: el ¿y ahora qué?
¿Cómo se reconduce la vida de un niño o un adolescente que ha sufrido maltrato o dejación del deber de cuidado por parte de su padre, de su madre o de los dos? ¿cómo de marcada queda su personalidad durante el resto de su vida? ¿a dónde se le lleva y quién va a ocuparse de ellos? ¿hay algo que pueda sustituir el cariño, la protección y la educación de una familia bien estructurada?
De todas estas cuestiones y alguna más se ocupa el cineasta suizo Fred Baillif que, con una amplia experiencia como documentalista, se adentra con La Fam en el terreno del docudrama. No es fácil establecer si estamos ante un documental parcialmente ficcionado o una película de ficción con un amplio sostén documental, empezando por los propios intérpretes que no son actores profesionales y la mayoría de ellos son o han sido residentes en centros de acogida para víctimas de abusos.
Baillif, que antes de dedicarse profesionalmente al cine fue trabajador social en activo y conoce el sistema, parte de situaciones vividas y conocidas para crear un guion que establece las situaciones, los hechos y la estructura narrativa pero no tiene escritos los diálogos. Éstos nacen del trabajo en talleres de improvisación con los que, durante más de dos años, trabajó con sus jóvenes intérpretes. Ellas decidían lo qué decían y qué palabras empleaban para expresar lo que sentirían y cómo reaccionarían a las situaciones esbozadas en el guion.
En La mif (título original compuesto por tres letras de la palabra familia, al igual que The Fam o La Fam, títulos anglosajón y español respectivamente) se plantean cuestiones de tanto calado como la dificultad ética de establecer los límites entre una violación y una relación sexual consentida entre dos menores con tres años de diferencia; la diferente forma de dirigir estos centros, desde el rigorismo con los protocolos hasta una laxitud más humanista; la relativización del sexo en una generación que ha perdido el miedo al SIDA (y otras I.T.S.) que marcó a la generación de sus padres; la inmigración y otros determinantes de la exclusión social; los vínculos afectivos que pueden establecerse entre convivientes; los problemas de los asistentes sociales a la hora de manejar las situaciones conflictivas o, finalmente, la asfixiante burocratización de estos centros, en su mayor parte estatales, que a menudo están más preocupados por la propia reputación que por lo que es mejor para proteger y educar a los menores.
Baillif adopta una inteligente estructura narrativa con un par de secuencias iniciales a las que vuelve de manera recurrente tras haber realizado círculos (óvalos más bien) argumentales que ofrecen diferentes puntos de vista y exploran nuevas vías de actuación.
En este sentido resulta trascendental el personaje de la directora interpretado por Claudia Grob que tampoco es actriz profesional, se trata de una veterana especialista en educación especial que dirigió varias de estas instituciones durante muchos años. Su personaje, Lora, se muestra vulnerable en varias situaciones y su propia trayectoria personal y profesional será determinante en el desenlace de la trama argumental. Suyas son algunas de las secuencias más emotivas y didácticas de La Fam.
El resultado es un film muy potente, de gran verismo y nada idealizador del sistema de casas de acogida para niños y adolescentes en Suiza y, por extensión, en todo el mundo occidental. Baillif huye en todo momento del tono buenrrollero o idealizador que predomina en muchas de las películas sobre estos temas, La Fam plantea muchos interrogantes pero no pontifica con respuestas dogmáticas o buenistas y esto, tan frecuente en este tipo de películas, es muy de agradecer.
¿Qué te ha parecido la película?
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Terrible tema el de los abusos a menores, uno de los más execrables delitos a mi parecer, por sí mismos y por sus secuelas. Me gustaría verla!