Las críticas de David Pérez «Davicine» en el 69 Festival de San Sebastián:
Un segundo
Con Un segundo, el director Zhang Yimou ofrece su particular homenaje al mundo del «cine dentro del cine». La cinta está protagonizada por un prisionero que escapa del campo de trabajo en plena Revolución Cultural y que busca unas imágenes de su hija, a quien no ve desde hace años. Los populares actores chinos Zhang Yi y Fan Wei encarnan a los personajes principales del filme. La película se ha presentado en la Sección Oficial de la 69 edición del Festival de San Sebastián, y se estrenará en cines el 1 de octubre de la mano de Vértigo Films.
El sello de la casa
Un segundo es una película que complacerá a todos los fans del cineasta que esperaban volver a ver una película de Yimou en el contexto de la Revolución Cultural, girando su historia alrededor de una amistad poco probable y una visión melodramática de cómo las imágenes pueden ser la mejor manera de mantener vivos los recuerdos, pudiendo verse casi como una historia de impronta autobiográfica. El cineasta ha decidido contar esta historia con una fuerte carga de nostalgia pero sin llegar a ser en ningún momento excesivamente dramática.
En la película, un convicto es enviado a un campo de trabajo en el desolado noroeste de China, durante la Revolución Cultural del país. Utilizando su ingenio, y con el único fin de ver a su hija, quien ha sido filmada en una película, logra escapar y huye en dirección al cine de un pueblo cercano. Allí espera encontrar esa cinta de película y hacerse con ella. Sin embargo, en dicho lugar se cruza con una vagabunda que está desesperada por conseguir el mismo carrete de película y que logra robarlo. Curiosamente, este enigmático objeto, que ambos anhelan por motivos muy distintos, se convertirá en la raíz de una inesperada amistad.
El paso del tiempo
Un segundo hace girar toda su poética alrededor del paso del tiempo dando gran importancia a la pérdida del tiempo y lo que vamos dejando atrás en la vida, y es que un tema recurrente y vital en esta historia es la lucha por conservar la memoria para que no caiga todo en el olvido, evitando que nuestras experiencias y vivencias acaben como recuerdos amarillentos por el paso del tiempo, siendo sobre todo una oda al cine y como ayuda a mantener vivo nuestra historia y por tanto nuestros recuerdos.
Es maravilloso ver como la película gira alrededor del cine, pero no como arte sino como lo que movía y unía a toda una comunidad, parando por completo un pueblo remoto cuando irrumpía una nueva proyección en la vida de sus habitantes, siendo un cine en esa época que contaba relatos épicos, plasmaba los sueños de sus creadores y hacía que sus espectadores se sumergieran por completo en lo que veían, aunque las condiciones no fueran las óptimas.
Recalcar, por si no ha quedado claro, que la última obra de Zhang Yimou sirve de agradecimiento al poder evocador del cine, una oda llena de memoria, de nostalgia por el pasado, y la afirmación de la importancia de la imagen. Un segundo está magníficamente rodada y fotografiada para amplificar la fuerza de las imágenes del paisaje, en las que realmente parece ver la mano del Zhang de las primeras películas, esas en las que se recreaba con los más íntimo y la fuerza de los sentimientos servían de motor impulsor de las historias.
La joven es interpretada por la recién llegada Liu Haocun, quien ofrece una actuación impresionante y es otra más en una larga lista de jóvenes actrices talentosas que Zhang ha descubierto durante las últimas décadas. Junto a ella tenemos a Zhang Yi, quien francamente está también excepcional, teniendo un bagaje que lo convierte en un actor perfectamente capaz de encarnar a un personaje contradictorio como es el protagonista, un hombre desesperado por encontrar la bobina de película que podría contener una toma de su hija perdida hace mucho tiempo.
Un segundo está bellamente filmada por el director de fotografía habitual de Zhang, Zhao Xiaoding, y contiene algunas bellas escenas alrededor del mundo del séptimo arte mucho antes de estar todo digitalizado, evocando a su manera al clásico Cinema Paradiso y su forma de introducir el cine dentro del cine.
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