Las críticas de David Pérez «Davicine» en el 68 SSIFF:
Druk
Druk (Another Round) recibió el pasado mes de mayo el prestigioso distintivo de Cannes 2020, dirigido a las películas que hubiesen formado parte del Festival de Cannes de este año si se hubiese podido celebrar de forma presencial. Tras su participación en el Festival de Cine de Toronto (TIFF) 2020, BTeam Pictures ha presentado la película a competición (y con muchas papeletas) en la sección oficial del Festival Internacional de Cine de San Sebastián.
La nueva película del director de Celebración y de la nominada al Oscar La Caza, Thomas Vinterberg, es una nueva colaboración entre el cineasta, el premiado actor Mads Mikkelsen (La Caza, Hannibal) y Tobias Lindholm (guionista de La Caza), y es una poderosa y emotiva reflexión sobre los efectos y consecuencias del consumo alcohol en la vida de las personas.
En Druk (another Round) nos cuentan como existe la teoría de que deberíamos nacer con una pequeña cantidad de alcohol en nuestra sangre, y que una ligera embriaguez abre nuestras mentes al mundo que nos rodea, disminuyendo nuestros problemas y aumentando nuestra creatividad. Animados por esa teoría, Martin y tres de sus amigos, todos cansados profesores de secundaria, se embarcan en un experimento para mantener un nivel constante de intoxicación etílica a lo largo de su jornada laboral. Si Churchill ganó la II Guerra Mundial aturdido por el alcohol, ¿quién sabe lo que unos pocos tragos podrían hacer por ellos y sus alumnos?
Druk (Another Round) no es una película más sobre la crisis de la mediana edad, es LA PELÍCULA sobre la crisis de la mediana edad, que además deja claro que Mads Mikkelsen es uno de los grandes actores de la actualidad.
Estamos acostumbrados a que este tipo de películas se dividan en dos géneros, por un lado la comedia (al estilo Niños grandes) y por otro el drama (destacando en este género Entre copas), e incluso a veces cuesta dejar claro su género, pues acaban siendo historias con hombres infantiles que deben acabar aprendiendo la importancia de madurar. En ese sentido, Druk se resiste a ofrecer un final fácil, pero no por ello se niega a presentarnos una sorprendente conclusión.
Mads Mikkelsen interpreta a Martin, un profesor de historia de secundaria que lleva una vida aburrida y seria. Pasa los días de forma anodina entre las clases y su vida familiar con dos hijos adolescentes y su esposa con la que apenas habla por la diferencia de sus turnos laborales. Y ciertamente, el rol de personaje gris, con una vida plana, lo borda de forma que notemos que su vida no es la que querríamos para ninguno de nosotros, cargando con el pesar de haber dejado atrás una vida plena en su juventud. De eso se da cuenta él mismo una noche de fiesta con sus tres amigos de toda la vida, a la par que compañeros de trabajo, y ahí surge una posible forma de volver a recuperar lo que les falta en su vida… que no es ni más ni menos un 0,5% de alcohol.
El psicólogo noruego Finn Skårderund escribió que todos los seres humanos tienen un déficit de contenido de alcohol en sangre y deberían tratar de mantener un nivel del 0,5%. Ahí es donde comienza verdaderamente la parte central de la película, cuando estos cuatro profesores se lanzan a introducir alcohol en sus vidas, y momento en el que Mikkelsen demuestra el magnífico actor que es, ofreciendo dos facetas muy distintas de un mismo personaje, y una evolución más que notable hacia una vida más emocionante y plena, pero sin ir a la comedia, que es lo que habrían hecho otras películas de esta temática (lo que no implica que no nos riamos con algunas situaciones).
Thomas Bo Larsen, Lars Ranthe y Magnus Millang completan el reparto como los tres amigos de Martin, en los roles del profesor de gimnasia Tommy, el profesor de coro Peter y el profesor de psicología Nikolaj, respectivamente, y todos ellos ofrecen un trabajo actoral sobresaliente, para mostrarnos con diligencia y «sobriedad» como se puede introducir un cambio radical de ebriedad en tu vida sin llegar a ser un borracho.
Interpretar a unos hombres borrachos de manera convincente no es nada sencillo, sobre todo cuando deben ir mostrándonos los diversos grados de intoxicación, pero todos ellos son capaces de ser convincentes en su proceso sin llegar a convertirse en una parodia de sus personajes, aunque Mikkelsen sigue siendo quien destaca y logrando un auténtico espectáculo interpretativo.
Lejos quedan los papeles de Mikkelsen en los que ha dado vida a un villano en el cine y televisión, desde Casino Royale hasta Doctor Strange pasando por Hannibal Lecter en Hannibal, y aquí vuelve a demostrar que es capaz de llegar a grandes interpretaciones, de carácter muy realista, como ya hiciera en La caza, comunicando innumerables emociones con cambios sutiles, manifestando de forma evidente su lucha con sus frustraciones tanto con el mundo exterior como consigo mismo.
Druk es decididamente una película sobre el ego masculino, y el único papel femenino significativo en la película es el de Maria Bonnevie, a la que recordamos de la subestimada Reconstruction, y que es capaz, como las otras mujeres de la película, de poner los pies en la tierra y no tener que lidiar con lo absurdo que es no sentirse joven y alocado superados los 40.
Algunas personas podrán tildar a la película de «apología del alcohol», pues es lo único que parece capaz de atenuar las frustraciones de estos protagonistas, pero es una solución a corto plazo. Vinterberg es capaz de evitar que este proceso de introducción del alcohol en las vidas llegue a ser una defensa de beber en horario laboral, e incluso lo justifica e indica lo que no se debe hacer para llegar al alcoholismo.
También es cierto que la película se ayuda de cifras y ejemplos que permiten controlar el mensaje «positivo» de beber, y Druk deja claro que Dinamarca es un país construido con muchas tradiciones basadas en el alcohol, como las fiestas de graduación de los adolescentes que vemos en la película, entre las que se incluye una carreras de relevos con una caja de cerveza alrededor de un lago. Y gracias a estas recreaciones justifican que tampoco el alcohol consumido de forma ingente es bueno.
Aunque en apariencia Druk no es una película particularmente innovadora, pues la crisis de la mediana edad forma parte del cine habitual, desde el planteamiento a la dirección, ayudado por la interpretación, Vinterberg hace que estemos ante una película sorprendente y conmovedora, que seguro cosecha muchos éxitos tanto para si misma como para Mikkelsen, quien logra quizás su mejor interpretación hasta la fecha.
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