sábado, febrero 24, 2024

Crítica de ‘Terminator: Destino Oscuro’: Buena película de acción para reflotar una saga mítica

Las críticas de David Pérez «Davicine»:
Terminator: Destino Oscuro

Hay una frase o refrán que dice «Segundas partes nunca fueron buenas», pero eso es algo que Terminator 2: El Juicio Final (1991) consiguió cambiar, pues  la secuela de Terminator (1984) llevó a otro nivel el uso de efectos especiales en una película de acción y pasó a formar parte de la historia del cine por méritos propios.

Por desgracia, tan alto fue el listón que dejó esta secuela que sus siguientes entregas (Terminator 3: La rebelión de las máquinas (2003), Terminator: Salvation (2009) y Terminator: Génesis (2015)) pasaron sin pena ni gloria por los cines, con el único reclamo de pertenecer a una franquicia mítica, pero que pocos consideraron grandes películas de ciencia ficción, quedando como productos palomiteros para pasar el rato en el cine.

Quizá por la desidia que habían dejado las últimas entregas, o puede que por la combinación de personajes nuevos con los ya conocidos, ayudada por un alarde de efectos especiales y acción «non stop», llega ahora la sexta entrega de la saga, Terminator: Destino Oscuro, ubicada tras los acontecimientos de la segunda parte, y lo hace para satisfacer a muchos fans tanto de la franquicia como del cine de acción.

El principal reclamo podríamos decir que es la petición que nos hacen de olvidarnos de las 3 fallidas últimas películas, pero también ayuda contar de nuevo con Linda Hamilton y Arnold Schwarzenegger interpretando a sus icónicos personajes (Sarah Connor y T-800, respectivamente), así como la combinación del productor James Cameron con el director Tim Miller, a quien debemos una película tan increíble como Deadpool.

Terminator: Destino Oscuro tiene lugar después de ver cómo Sarah Connor evitaba la muerte de su hijo John a manos de un Terminator, salvando así la vida de 3 mil millones de personas. Con ese punto de partida podrían habernos pedido que también nos olvidáramos de la segunda película, pues durante gran parte del metraje vivimos en un permanente «déjà vu».

En Terminator 2, el T-1000 (Robert Patrick) era una máquina de matar de metal líquido que cambiaba de forma y que literalmente podía explotar en mil pedazos y aún así volver a recomponerse y seguir dando guerra. Pues, curiosamente, en Terminator: Destino Oscuro el Rev-9 (Gabriel Luna) es una máquina de matar muy avanzada que… o casualidad, también es de metal líquido y puede explotar, separarse, trocearse… y volver a unirse para plantar cara a Connor y compañía.

Pero esas no son las únicas similitudes, sino que la propia historia parece un remake de su predecesora (la que nos piden que sea su predecesora, no la quinta entrega), pues nos presentan a alguien llegado del futuro para salvar a una mujer a quien quiere matar un Terminator también venido del futuro, y es que esa mujer tiene la llave para plantar cara a una Inteligencia Artificial que quiere deshacerse de la raza humana.

Y por si no parecía repetitivo, en Terminator: Destino Oscuro parece que aunque cambiemos las cosas, nuestro futuro está escrito, y a pesar de haber logrado destruir a Cyberdyne Systems en esta linea temporal, al final los robots van a seguir dominando nuestras vidas y van a comenzar una guerra global, por lo que esta película vuelve a la casilla de salida.

Al menos, ahora ya no estamos en los años 90 y viajamos hasta nuestra época, en 2020, arrancando la historia en Ciudad de México, lugar en el que un ser desnudo cae del cielo, se pega con unos humanos y consigue una ropa que le queda perfecta… Sí, también nos suena esta parte. Pero esta vez el viajero del tiempo no es un Terminator, sino que -comienza lo original- se trata de una humana «aumentada» con superfuerza y ​​supervelocidad llamada Grace (Mackenzie Davis), que está aquí para proteger a Dani (Natalia Reyes), una trabajadora de una fábrica que se convertirá en la última esperanza de la humanidad en el mundo.

Obviamente tiene que haber un malo, y aquí el citado Rev-9 es intepretado por Gabriel Luna, que llega poco después de Grace e inmediatamente comienza a matar a cualquiera que se interponga en su camino mientras busca a Dani, ofreciéndonos una secuencia de persecución de automóviles que quizás en otra época nos hubiera encantado, pero llega a hacerse eterna, y es que podemos tener toda la acción del mundo, y unas explosiones atronadores que nos rodean por todos los lados de la sala, pero aún así no lograr llamarnos la atención lo suficiente.

Pero no todo iba a ser malo, y es que a pesar de las similitudes y la poca originalidad, la película cumple con su cometido, y nos entretiene, nos ofrece algunas escenas de lucha muy buenas, y nos permite de nuevo ver a los dos protagonistas originales acaparando la pantalla. Ver otra vez a Linda Hamilton en el papel de Sarah Connor es increíble, y saber que ha pasado las últimas dos décadas matando ocasionalmente a Terminators nos pone la piel de gallina, pues mantiene, a pesar de la edad, la misma presencia en pantalla con la que estamos seguros es capaz de machacar robots del futuro, con su brazaco y un buen cañón. Y qué decir de Arnold Schwarzenegger, que regresa como el Terminator original, aunque evolucionando de alguna manera y volviéndose más humano. El director y los guionistas saben que muchos vamos al cine a ver a Chuache, y juegan mucho con el humor para que, sin llegar a la parodia de si mismo, nos saquen más de una sonrisa con las frases y reacciones de este increíble Terminator para el que los años pasan y él es muy consciente de ello.

Entre los nuevos actores cabe destacar Mackenzie Davis, quien está impresionante en las escenas de acción, dotando de emociones reales y buenos diálogos a alguien creado para luchar contra los Terminators. Por otro lado, Natalia Reyes debería haber sido otro de los personajes principales, pero a pesar de tener «el papel» de Connor en la original, no logra ser un personaje tan completo y acaba siendo engullida por la acción.

Como curiosidad, no debemos sorprendernos al ver muchos actores españoles dando vida a mexicanos en esta nueva entrega, pues parece que no vieron con buenos ojos rodar realmente en México, y gran parte de la película ha sido rodada en España, como en el Barrio de Lavapies (Madrid), la Isleta del Moro (Almería), la Presa de Aldeadávila (Salamanca), el embalse de Buendía (Cuenca), pasando por Murcia, Guadalajara, Toledo y Alicante, entre otras muchas localizaciones.

Concretando, la suma de las debilidades y virtudes de Terminator: Destino Oscuro hace que estemos ante una buena película de acción y ciencia ficción con muy buenos efectos especiales y homenajes a Terminator 2 para satisfacer a los fans, pero no pasará a la historia como su predecesora aunque sí que logrará que salgamos del cine con un buen sabor de boca, que al fin y al cabo es lo que parece que querían conseguir.


¿Qué te ha parecido la película?

[kkstarratings]  

6

Puntuación

6.0/10

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