martes, abril 16, 2024

Crítica de ‘Sin rodeos’: Cuando la empatía abre el camino a la comedia

Las críticas de David Pérez «Davicine»: Sin rodeos

Santiago Segura tiene una reputación como director conseguida por la saga Torrente, y logró tener una legión de fans que adoraban a ese casposo y deleznable personaje, lo que también hizo que mucha gente pudiera tener reticencias a la hora de ver las nuevas películas de Segura como director. Pues hay que conseguir que toda esa gente anti-Torrente se quite los prejuicios y vea Sin rodeos, dado que sino se perderán una película que se aleja sobremanera de sus anteriores trabajos y consigue entretenernos gracias a un desfile de personajes con los que sentirnos identificados (o identificar a nuestro alrededor) con una magnífica Maribel Verdú como protagonista principal.

En Sin‌ rodeos, Paz tiene una vida aparentemente perfecta. Tiene trabajo, pareja, amigas… pero algo falla. En realidad hay cosas en su entorno que no le gustan. Se siente angustiada y agobiada pero no se atreve a expresar sus sentimientos. Hasta que un día recurre a una extraña terapia que le hará decir absolutamente todo lo que piensa, Sin‌ rodeos, poniendo a todos en su sitio y diciendo a la cara la verdad. ¿Cómo sería tu vida si sólo dijeras lo que piensas?

El empoderamiento de la mujer se va afianzando día a día y eso es lo que Segura ha querido contar, aunque siempre desde su particular óptica y, claramente, con una clara intención de entretener. Sin llegar al humor zafio de Torrente, y sin buscar la carcajada extrema como otras comedias españolas recientes, en esta película el director ha preferido que mantengamos una sonrisa durante toda la duración de la misma, jugando con anécdotas y chascarrillos fáciles, pero que no por ello hacen que la película pierda valor, todo lo contrario.

Al frente del reparto nos encontramos con Maribel Verdú, actriz con una filmografía con casi 70 películas y dos premios Goya, y de la que raras veces podemos decir algo negativo. Sea comedia o drama, Verdú logra siempre meterse de lleno en el personaje y recrear con acierto hasta los pensamientos más profundos del mismo, algo que de nuevo aquí logra, y empatizamos rápidamente con ella. El multifacético Santiago Segura, Goya al Mejor Actor Novel por El día de la Bestia, tampoco ha querido faltar en su propia película con un papel pequeño, pero de gran relevancia en la trama, siendo quizás el más estridente de todos los personajes que se asoman por la pantalla, pero que no nos descoloca en absoluto, pues bien es cierto que gente así hay en todos los lados.

Como es habitual en el cine de Segura, además de la protagonista principal, que acapara la mayor parte del metraje, y él mismo, tenemos una cantidad ingente de cameos como Candela Peña (Princesas), Diego Martín (Rec 3), Rafael Spregelburd (El hombre de al lado), Cristina Pedroche en su debut cinematográfico, Bárbara Santa-Cruz (Tres bodas de más), el monologuista David Guapo, Toni Acosta, Cristina Castaño, Quique San Francisco, Wyoming, Florentino Fernández Flo, Abigail Frías y Paco Collado.

Todos y cada uno de los cameos cumplen con eficacia el objetivo de recrear un personaje que todos podamos reconocer perfectamente, bien en nuestros hermanos, cuñados, amigos, jefes, vecinos o trabajadores de diversas índoles con los que alguna vez nos ha tocado lidiar, siendo motivo más que suficiente para que entonemos una sonrisa pues, quien más quien menos, y en mayor o menor medida, seguro que tendrá en su vida a algún «personaje» similar. Sorprende el debut en el cine de Cristina Pedroche, aunque tampoco es que haya tenido que hacer un alarde de interpretación, pues se ha limitado a ser ella misma llevada al extremo. De la misma forma que David Guapo parece haber encontrado su hueco sin variar demasiado su perfil, sino más bien manteniendo el humor que le caracteriza para plasmarlo en un personaje machista y peculiar. Destacar la presencia de Florentino Fernández Flo, a quien podemos ver más identificado en muchos técnicos que han pasado por nuestras vidas, como enorme el cameo de Quique San Francisco, a quien ya teníamos ganas de ver de nuevo en el cine. Del desfile de cameos, con más relevancia tenemos a Toni Acosta en el rol de la hermana de la protagonista, una auténtica apasionada de las mascotas, de esas que en los tiempos que corren los tratan como hijos, y obligan al resto a comportarse con ellos como si fueran humanos, siendo una clara crítica de hacia donde nos dirigimos, lo que también queda patente con Cristina Castaño, quien es la pertinente crítica a los jóvenes de ahora que no se separan del móvil ni prestan atención a lo que no está dentro de la pantalla. Mención especial para Candela Peña, cuyo personaje tiene algunas de las escenas más memorables.

Quienes busquen una comedia al uso, de las que nos tienen acostumbrados ahora tanto en cine como en televisión, quizás se lleven un chasco, pero quienes desean disfrutar de 90 minutos con una película amena, fresca, y terminar con un empujón de positivismo, ésta es su elección. Hay que verla… sin rodeos.

6

Puntuación

6.0/10

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