Hace un tiempo supimos que Paramount Pictures retrasaba el estreno de la secuela de Terminator: Génesis, previsto inicialmente para 2017. Suponíamos que la intención de este retraso era intentar tener más tiempo para mejorar el guión y conseguir hacer que la saga recuperara la esencia de la original, sobre todo tras los malos resultados en taquilla.
Terminator: Génesis, protagonizada por Arnold Schwarzenegger, Jason Clarke y Emilia Clarke, recaudó sólo 89 millones de dólares en Estados Unidos y 350 millones en el resto del mundo, no consiguiendo por tanto ni el apoyo de público ni de crítica, lo que no ayudaba demasiado a la hora de pensar en una secuela, y menos aún en una nueva trilogía, como inicialmente quería hacer Paramount con Skydance.
La continuación de Terminator: Génesis estaba previsto que llegara a los cines el 19 de mayo de 2017, y la siguiente película el 29 de junio de 2018, todo ello antes de que los derechos de la franquicia regresare a manos de su creador, James Cameron, en 2019.
La trama de Terminator: Génesis contaba como cuando John Connor, líder de la resistencia humana, envía al sargento Kyle Reese al año 1984 para proteger a Sarah Connor y salvar el futuro, un inesperado giro de los acontecimientos crea una línea temporal fracturada Ahora, el sargento Reese se encuentra en una versión nueva y desconocida del pasado, donde descubre aliados insólitos, como el Guardián, nuevos y peligrosos enemigos, y una misión nueva e inesperada: reconfigurar el futuro.
Pues nada, otro intento fallido de revitalizar la saga quedando de nuevo cancelado un proyecto de trilogía. Y ya van dos. Mejor que abandonen la idea que la gente ya está harta de tanto reboot y tanto actor nuevo haciendo del mismo personaje.