Podría ser la adaptación de una película animada en imagen real más tediosa del año. Kenneth Branagh se ha aburrido tanto haciéndola como nosotros viéndola. Innecesariamente extendida y con actores incomprensiblemente desaprovechados, no se entiende que esta adaptación al cine sea tan soporífera después de más de treinta versiones previas del mismo cuento.
No es tan mala en solitario, el problema es que se la compara (y es obligatorio) con todo lo que se ha hecho desde X-men (en las adaptaciones de superhéroes al cine) y, hasta contra aquella, sale perdiendo. Un reinicio innecesario y de cuyo resultado final, se intuye, que tuvo mucha culpa la mano de la productora. Probablemente, un nuevo caso como el de Alien 3, se revalorizará con el tiempo.
El nuevo intento de los hermanos Wachowski por rehacer Matrix fue un fracaso comercial, tal vez influyó en la audiencia el intento de acumular demasiadas influencias cinematográficas: Dune, El quinto elemento o el esquema argumental de la propia Matrix en versión femenina e interestelar. El público asistía estupefacto a un derroche de efectos especiales y con un argumento demasiado complicado, que casi podría rellenar tres temporadas de una serie de televisión.
Si la primera entrega de la saga explicaba a las niñas qué es la guerra con chulazos y una protagonista hinchada a bollos, esta secuela es el sopor más absoluto donde lo único «importante» para los personajes es que la niña se corta el pelo. Reiterativa, plomiza, soporífera, trata al espectador de limitado mental repitiendo el mismo esquema argumental durante dos horas.
Tras unos soporíferos veinte minutos donde el espectador llega a odiar el título de la película (lo repiten más de cien veces), la película llega a su final feliz… pero todavía le falta más de media hora, donde Rob Marshall tortura al espectador hasta límites inimaginables con escenas absurdas, desapariciones de personajes e interminables canciones. Muchas canciones para dos horas. Demasiadas.
Otra manida y plomiza historia sobre jóvenes inadaptados de un pequeño pueblo que ansían triunfar en la vida a través del deporte, gracias al apoyo de su incansable profesor. Esta película (hecha y vista ya 500 veces) sólo sirve para justificar los cheques de sus actores y desaprovechar pantallas de cine. No hace falta ver la película completa, con el tráiler es suficiente para provocar arcadas.
Pretenciosa, relamida, atacando a la fibra sensible del público con mucho descaro, con un reparto poco acertado y una nefasta interpretación (por llamarlo de alguna forma) de Penélope Cruz. Aborrecible desde el tráiler y odiable hasta el infinito, es tan innecesaria como el (obligatorio, legalmente hablando) espacio entre las sílabas del título, podrían haberla titulado «como tirar dinero y, además, ir de digno».
Aburrida, poco acertada y hecha con prisas. Chistes facilones, repetidos y, lo peor, con poca o ninguna gracias. El mejor ejemplo de cómo un éxito de taquilla no garantiza una buena película (lamentablemente es la película española más taquillera de 2015).
Si estás a cuarenta grados, con amigos y alcohol, Pixels es lo mejor que te puedes echar a los ojos. A poco que se le exija, la película pierde interés y sólo se basa en la añoranza del espectador de más de treinta y muchos años. Montajes musicales donde el público puede ir al baño sin perder el hilo narrativo (¡como si lo tuviera!) y un Adam Sandler que «ha clavado el último clavo de su ataúd cinematográfico». Ojalá.
Se lleva la palma y es la peor película de 2015. Un guión torpe, manido, lleno de clichés, diálogos estúpidos y escenas cogidas del manual de los desastres naturales: es tan burda que no tiene una, ¡¡tiene 2 parejas de ancianitos anónimos!! Y, ¿qué decir del ridículo tan espantoso que hace Kylie Minogue? Para matarla en la misma escena en la que la introducen no hacía falta que fuera presentada como una hijadeputa. Lo de que el padrastro sea un cabrón y la abandone tampoco era necesario… con matarlo y que no pudiera ayudar a la chica era suficiente, pero lo de arreglar los problemas matrimoniales en mitad de un terremoto es de culebrón del mediodía.
Tampoco es tan mala, pero sí defrauda a nivel argumental, había muchas esperanzas puestas en volver al principio de la saga y recuperar el espíritu original perdido cuando Sony comenzó a producir secuelas. Por desgracia, la nueva entrega de la franquicia pagada por Paramount no sabe hacia dónde va y abusa de los saltos temporales, los múltiples robots y un sinfín de meandros argumentales que no llegan a desembocar en ningún sitio.
Seth MacFarlane sigue atrapado en un bucle donde encadenar chistes soeces, racistas, homófobos y sin gracia le rellenan un episodio de Padre de familia y le dan dinero. Este (agotado) esquema no funcionó con Mil maneras de morder el polvo y no funciona con la saga Ted. Por favor, que alguien le prohíba volver a tocar una cámara.
- Home, hogar dulce hogar
- Ardor
- Cherry Pie
- Hotel Transilvania 2
- El caso Heineken
- Ma ma
- Tomorrowland
- Jurassic World
- Annie
- Mis escenas de lucha
- Jurassic World
- El Desafío
- Fast & Furious 7
- Lost River
- El corredor del laberinto: Las pruebas: Aburrida carrera hacia ninguna parte.
- El destino de Júpiter
- El gurú de las bodas: Comedia tonta con un doblaje peor.
- Horns: Pese a la espera por la adaptación del libro, me encuentro ante una película de Antena 3 de un domingo a las 4 de la tarde.
- Insidious 3: ¿Qué es la más tenebrosa de toda la saga?.
- Extinction
- La cumbre escarlata
- Marte (The martian)
- Dragon Ball Z: La resurrección de F
- Los juegos del hambre: Sinsajo 2
- Ataque a los titanes
- The shelter
- Chappie
- El septimo hijo
- Yakuza apocalypse: The great war at the underword
- Babadook
- Cuatro fantásticos
- Focus
- No confíes en nadie
- Spectre
- Krampus
- La cumbre escarlata
- It follows
- Palmeras en la nieve
- Eliminado
Aquí podéis leer las que, para mi, fueron las peores películas de 2012, 2013 y 2014. Disfruten del texto y no pierdan su tiempo con esas películas.
¡¡¡Feliz año nuevo 2016!!!
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Yo diría Regresión, Ma Ma, y 8 apellidos
El problema de Regresión es que tuvo una campaña de márketing equivocada.