El Festival de Malaga de cine español ha concluido con un palmarés bastante llamativo. Ha sido una semana intensa y y tras un gran número de proyecciones entre la Sección Oficial, Zonacine, Cortometrajes y documentales, toca hacer balance sobre esta.
El Viernes 21 arrancaba este festival en los que las ilusiones y esperanzas puestas durante meses atrás se volvieron de un tono negro por la presencia de algunos periodistas y profesionales del sector que se han llevado una semana de discriminaciones constantes como recompensa al esfuerzo y dinero invertido para promocionar el propio festival.
El mismo día de la inauguración del festival notamos ya algunos como se nos discriminaba y hasta poco tiempo después nos dimos cuenta que esta discriminación era producida por el color de las acreditaciones, las cuales si eran verde, tenían total acceso de primera mano y sin esperas ante los eventos como son el photocall o las ruedas de prensa. Muchos son los que hemos visto pasar de manera prepotente a estos periodistas con acreditación verde y que no hacían más que mofarse en algunos casos de quienes teníamos las acreditaciones de color rojo.
En el caso del photocall y alfombra roja, nos colocaban en una zona donde los artistas no se paraban para atendernos, salvo algunos casos y después de dejarnos la voz llamándoles. Mientras que en las ruedas de prensa, muchos de los que tenían la acreditación roja se han tenido que sentar en el suelo en una sala con un aforo pequeño.
Otro gran error por parte de la organización ha sido el reparto de las entradas. Para conseguirlas había que registrarse en la sección de acreditados y reservarlas todas de una sola vez, aun así ha habido casos que no entendieron esto y al encontrarse que sólo tenían una entrada para toda la semana, reclamaban para que se arreglase mientras les decían que ya no se podía hacer nada.
El momento de recoger las entradas en taquilla era más caótico si cabe. Con tres cuartos de hora de tiempo entre una proyección y otra, había que recogerlas en tan sólo dos taquillas habilitadas para los acreditados mientras que se esperaba en una cola interminable. Finalmente cuando se llegaba, te pedían el nombre y te daban un sobre que contenía la entrada o no. En mi caso particular, he visto como me han entregado dos sobres vacíos y tras mis consiguientes y justificadas quejas, sus respuestas eran mudas o las pocas veces que contestaban decían: «Lo entiendo, pero lo único que puedo hacer es escuchar tus quejas y trasladarlas.»
Tras la monotonía diaria ante estos problemas uno decide dejarlo pasar difícilmente, teniendo en cuenta que no sólo había una persona quejándose sobre la organización, sino decenas de ellas.
No todo ha salido mal en este festival, es de agradecer el empeño puesto por parte de algunos miembros de la organización y concretamente en los jefes de prensa, mencionando sobretodo a Beatriz y Lara, que han hecho todo lo posible para que estuviéramos al corriente de las entrevistas y dándonos la oportunidad de poder hablar con los protagonistas.
También han ayudado mucho los azafatos y acomodadores que se encontraban tanto en las puertas del teatro, como los que estaban en las ruedas de prensa, quienes han sabido mostrar la amabilidad que les ha faltado a algunos miembros superiores de la organización.
Finalmente, ha sido todo un acierto la elección de algunas cintas, que no sólo han sorprendido y han contado historias de manera distintas, sino que han dado que hablar y ha dejado muy abiertas las posibilidades de llevarse un galardón, lo que ha producido una competición directa muy sana.
Esperemos que estas pequeñas muestras de amabilidad perduren en la edición del próximo año, y que los grandes errores cometidos por parte de la organización no sean más que piedras en el camino que sepan retirar a tiempo antes que haya un tropiezo mayúsculo y sin más que decir, volveremos en 2015 con la misma ilusión que con la que hemos ido este año.
Increíble este año el festival… me alegré mucho por Paco León