viernes, abril 19, 2024

Crítica de ‘Riddick’: Bochornoso regreso a Pitch Black

Las críticas de Carlos Cuesta: Riddick

Riddick da continuidad a las hazañas de un peligroso convicto espacial procedente del planeta Furya. Este asesino sin escrúpulos ha conquistado a un numeroso público que desde el año 2000 ha estado pendiente de su existencia gracias al carisma, crueldad y desapego del personaje que le entregó la fama a Vin Diesel. Con esta nueva entrega esos seguidores se llevarán una enorme decepción. Como si fuera una presagio de lo que el espectador ha de soportar, el protagonista afirma al principio de la película «esto no es nuevo para mí». Y efectivamente, ni para él ni para nadie que haya visto Pitch Black, Dark Fury o Las crónicas de Riddick. Pero el mayor pecado de esta cinta no es la falta de originalidad, sino la estrepitosa falta de coherencia, de cuidado o estilo, el nulo interés por el contenido de los diálogos y el patético desarrollo de los personajes. Todo en esta película es un tremendo despropósito que no merece la pena pagar por ver.

El relato incurre en tantos errores, faltas de sentido y mediocridades inadmisibles en todas sus facetas, incluso en el apartado de efectos especiales (no todo es malo, las criaturas que pueblan el planeta tienen su encanto) que uno termina por desinteresarse por lo que ocurre. Llega un punto del metraje en el que incluso los fans más incondicionales dejan de justificar el tremendo bochorno por el que esta película les hace pasar y se rinden a la evidencia de que Riddick es una copia mala de Pitch Black que se escuda en referencias a dicho título para conseguir extraer de nosotros algún tipo de sentimiento épico-nostálgico; por supuesto sin éxito. 

Los personajes de esta chapuza se pasean temblorosos por este peligroso planeta participando como marionetas en sonrojantes conversaciones para ensalzar lo malditamente peligroso, mítico y letal que es Riddick. No estoy en contra de que se creen historias al servicio de un actor o personaje, pero cuando se tira por ese camino hay que mostrar elegancia y mesura y en este caso ni siquiera el cacareado antihéroe es una sombra de lo que fue. Sus palabras y acciones no son más que repeticiones de lo mismo, deja de evolucionar, se desdibuja y se queda a las puertas de la parodia. Su flacidez muscular y de carácter se justifica con una referencia textual («me he civilizado») que no tiene ni un suficiente recorrido ni un enfoque adecuado en la trama.

En ese sentido se puede criticar también el interés desproporcionado que el director David Twohy (responsable de dos de las interesantes películas precedentes) da al perrazo domesticado de Riddick. Pasemos por alto que si tu dueño te usa como cobaya para inmunizarse contra un veneno no creo que le cojas demasiado cariño; desde que la criatura sale a escena con sus grandes ojos llorosos uno ya sabe que ese pobre animal digital será un cebo para chantajearnos emocionalmente. Lo que uno no quiere terminar de creerse es que resultará la prueba más evidente de que el protagonista se ha ablandado y que los responsables de darle vida no saben por donde tirar con él.

Desde sus comienzos este personaje ha pasado de ser un peligroso presidiario fugado a lograr ser el lord mariscal de un pueblo tenebroso en una siniestra deriva hacia la trascendencia. Riddick desaprovecha la fabulosa oportunidad de construir un relato en torno a la manera en que es traicionado y abandonado en un planeta hostil repleto de criaturas mortales. Esta parte se resuelve de una forma acelerada y plana con un vertiginoso flashback. A los responsables de este estreno explicar este giro de la historia les resulta una molestia que hay que quitarse de encima cuanto antes. Les parece más útil dedicar un buen montón de minutos a hacer de esta historia algo parecida a un videojuego en la que el protagonista se va pasando pantallas.

Entra dentro de lo razonable que el personaje de Vin Diesel destaque sobre todos los demás (de ahí al onanismo va una distancia que la película cruza de sobra y sin decoro), pero si algo engrandece a un héroe o antihéroe es la talla de sus enemigos. Y ya no es que nadie le haga sombra, es que el grado de estupidez e incompetencia de sus rivales causa vergüenza ajena. Suelo alegrarme de que actores españoles logren un hueco en el cine internacional, pero el papel de estúpido mequetrefe que le asignan a Jordi Mollá (¿de verdad es en serio que ese tipo y su gentuza pretendiera cazar a Riddick?) no encajaría ni en un Atrapa a Riddick como puedas. Llamarle Santana es absurdo y anacrónico y demuestra que parte de Hollywood sigue pensando en los latinos únicamente como narcotraficantes, sicarios y dictadores bananeros.

Perdida la posibilidad de la épica historia de un destronamiento parece obligado un título que deje la saga en un punto menos humillante, porque Riddick lo tiene complicado hasta para llegar al calificiativo de entretenida. Es más bien un insulto a la inteligencia del espectador y un comprensible berrinche para los seguidores del personaje.

3 COMENTARIOS

  1. A mí me gustó mucho Pitch Black. Fue una auténtica revelación que podía haber pasado totalmente desapercibida y que trajo un personaje genial. Las Crónicas de Riddick me encantó y estoy pendiente de ver Dark Fury. Pero de verdad, lo de esta última no tiene un pase.

  2. Primero para hacer una crítica hay que analizar el objetivo, el objetivo de esta película no es otro que volver a enganchar a la gente y atraer más público ya que la anterior "supuestamente" es mala para la gente (mentira) la anterior es buenísima, segundo esta historia intenta acercarnos a Riddick y permitirnos un cambio en el personaje, evitando un estancamiento en su rol,si el director no ha querido poner un derrocamiento épico en esta historia, sus motivos tendrá, para mí es que prefiere centrarse más en Riddick,en conclusión, lo que esta historia nos presenta en una historia de supervivencia, cambio en el personaje y un retorno a la saga ya que han pasado 8 años, lo poco que se ven los necróferos en mi opinión es para dejar al público atento a la siguiente, porque si la has visto bien comprenderás lo que te digo. Todo fan de Riddick se irá con ganas de ver más, sobresaliente en fotografía y sigue fiel a la banda sonora de la predecesora, si les gusta Riddick, vayan a verla.

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