Rachel trabaja como dependienta en una joyería, donde conoce a Vincent, por el cual se siente rápidamente atraída gracias a su franqueza y su encanto. Sin pensarlo mucho, decide montar una cena a la cual asisten también sus respectivas parejas, Teri y Franck. Durante el encuentro se dan cuenta de lo bien que todos congenian entre sí, lo que hace que nazcan nuevas amistades. Teri y Franck empiezan a frecuentarse y sin planearlo terminan teniendo un lío. Al igual que Rachel y Vincent.
despedidas de soltero con profundas lagunas mentales, viajes y
secuestros no son suficiente. En una buena fiesta también hay lugar para
castillos hinchables, fuego y coches… acuáticos.
la historia por dar la mayor fiesta jamás contada. Pero si organizar un
evento de esta magnitud se te puede ir de las manos, es mejor asegurarse
de que no quede grabado. Por supuesto, el aprendizaje y la lección de
los protagonistas están planteados desde el humor surrealista ya
conocido del productor y por la imaginación del director.